El compositor italiano Doménico Scarlatti (1685-1757) compuso una fuga para clavicordio en re menor, conocida como la fuga del gato, inspirándose en cierta ocasión en que su gato se subió al clavicordio y comenzó a pasear por el teclado pulsando al azar las teclas. Igualmente, Fréderic Chopin (1810-1849) estaba componiendo el vals número 3 en fa mayor cuando su gato corrió sobre las teclas del piano, divirtiendo tanto a Chopin que trató de reproducir los mismos sonidos en lo que se conoce como Vals del gato.
En 1505, el Papa Julio II encargó a Miguel Angel Buonarrotti (1475-1564), que por entonces tenía solo 29 años, la construcción de su futuro sepulcro. El artista diseñó un monumento de dos pisos, formado por un sarcófago rodeado de relieves en bronce y de cuarenta esculturas en mármol. Una montaña entera de este material, extraído de las canteras de Carrara, a varios cientos de kilómetros de distancia, fue transportada hasta Roma. Sin embargo, según algunas rónicas contemporáneas, el pintor Rafael Sanzio (1483-1520) y su pariente y protector, el arquitecto Donato d'Angelo, más conocido por Bramante (1444-1514), celosos de la gloria que esta obra iba a reportar al joven Miguel Angel, intrigaron ante el Papa, convenciéndole de que la construcción de su sepulcro en vida podría traerle desgracia. Le recomendaron que, a cambio, Miguel Angel pintase el enorme techo abovedado de la Capilla Sixtina, pensando que este trabajo excedería las facultades de Miguel Angel, hasta entonces solo conocido como escultor. El sepulcro quedó abandonado durante años, entre 1508 y 1512, mientras el artista completaba la decoración del techo de la capilla con las escenas de la Creación, una de las obras pictóricas más asombrosas de todos los tiempos. De esta forma, al morir Julio II en 1513, su tumba no estaba acabada. Miguel Angel requerido por sucesivos papas, fue demorando la finalización de esta obra. Cuarenta años después de haber iniciado la construcción del sepulcro, Miguel Angel solo había esculpido algunas estatuas de las cuarenta que tendrían que haber flanqueado la tumba (entre ellas el famoso Moisés de 3 metros de altura, considerada la escultura más representativa del Renacimiento italiano). En 1545, Miguel Angel, ya con sesenta y nueve años, concluyó una versión muy reducida de la tumba de JulioII (con el Moisés en el centro) en la iglesia de San Pedro Encadenado de Roma.
Se ha calculado que si un copista transcribiera toda la obra musical de Wolfang Amadeus Mozart (1765-1791) emplearía veinticinco años en completar su labor, trabajando diez horas al día. Mozart pasa por ser el compositor más precoz y más rápido que ha existido nunca: por ejemplo, compuso la ópera La clemencia de Tito en solo 18 días y en otra ocasión compuso, transcribió ensayó y estrenó en solo cinco días su sinfonía en C mayor Kegel 425, conocida como Linz.
El famoso cuadro Guernika de Pablo Picasso sufrió una curiosa agresión en marzo de 1974, cuando un exaltado escribió con pintura roja la frase "Mueran todas las mentiras" sobre el lienzo. Afortunadamente, se pudo restaurar sin que quedaran huellas visibles del acto vandálico.
El pintor francés Claude Monet (1840-1926) vivió con apreturas financieras, como es proverbial entre los artistas, hasta que tuvo la fortuna de ganar 100.000 francos en la Lotería Nacional francesa. Gracias a este premio pudo dedicarse sin agobios a su gran vocación: vagar por la campiña francesa pintando paisajes.