Según la leyenda, durante un viaje a Egina Diógenes fue capturado por los piratas y vendido como esclavo. Cuando fue puesto a la venta le preguntaron qué era lo que sabía hacer, respondió: "Mandar. Comprueba si alguien quiere comprar un amo". Fue comprado por un tal Xeniades de Corinto, quien le devolvió la libertad y le convirtió en tutor de sus dos hijos. Pasó el resto de su vida en Corinto, donde se dedicó enteramente a predicar las doctrinas de la virtud del autocontrol.
Visitaba la revolucionaria marxista Rosa Luxemburgo un museo de curiosidades en Bruselas, cuando vio en una vitrina dos lenguas disecadas, preguntó al guía a quién habían pertenecido, este le contestó en muy serio: "Esa lengua, la más grande de las dos, es la de Carlomagno, rey de los francos y primer emperador de Occidente, hijo de Pipino el breve". Entonces Rosa Luxemburgo exclamó: "Ya está; no tengo por qué preguntarle de quién es la otra, pues supongo que será de Pipino, hijo de Carlos Martel". El guía quedó desconcertado y le preguntó: "Señora, ¿de donde saca usted eso?". A lo que la revolucionaria le dijo: "Por algo debieron llamarle a aquél rey El Breve, al menos la lengua lo es". Entonces, ante el asombro de todos el guía sentenció en tono erudito: "Pues está usted en un error, porque ambas lenguas son de Carlomagno, la pequeña, de cuando era niño; la grande, de cuando era mayor".
Cuenta Teofrasto, en el siglo IV a.C. que los lacedemonios obligaron a su rey Arquidamos a pagar una multa por haberse casado con una mujer muy bajita. Los subditos alegaban que ese matrimonio condenaba al pueblo a tener en el futuro reyezuelos en vez de reyes, y a rebajar el concepto de la dignidad real.
El compositor ruso Peter Chaikowski siempre pareció mayor de lo que era, posiblemente por su barba prematuramente encanecida. En cierta ocasión se encontró con su amigo el compositor noruego Edvard Grieg y su esposa, matrimonio menudo, ambos delgados y de escasa estatura, que aparentaban menos años de los que tenían. Al día siguiente la prensa dio la siguiente noticia: "El autor del Lago de los cisnes Peter Chaikowski, asistió ayer al teatro acompañado de sus hijos".
El político conservador Francisco Silvela jamás compraba lotería, pero siempre miraba la lista de los números premiados. Después de cada sorteo compraba el suplemento de La Iberia. En cierta ocasión el Marqués de Valdeiglesias le dijo a Silvela mientras consultaba la lista de nº premiados "Pero no quedamos en que usted no jugaba a estas cosas?". A lo que replicó: "No es lo que se figura; yo no compro, pero juego al número 4.444, que no ha tocado nunca, con lo que puede imaginarse lo que desde hace tiempo me ahorro; esto me confirma que la lotería es un negocio ruinoso".
Al presidente norteamericano Roosvelt le gustaba ir al grano en 1943 dirigió al General Eisenhower el siguiente mensaje: " Por favor, reúna sus tropas. Vamos a invadir Europa". En términos parecidos se dirigió Winston Churchill al primer Lord del Almirantazgo en 1941: "Le ruego que informe hoy mismo y en una sola página de los preparativos que realiza la Armada para cumplir con los requerimientos de la guerra moderna".