A menudo el temor de un mal nos lleva a
caer en otro peor.
Nicolas Boileau
Se puede confiar en las malas personas, no
cambian jamás.
William Faulkner
Diez mil locos puestos en un montón no hacen una persona
razonable.
Arthur Shopenhauer
El hombre es verdaderamente libre cuando no
teme y no desea nada.
Auguste Petiet
Solo nos damos cuenta del valor del idioma cuando
tenemos que poner un telegrama.
Evaristo Acevedo
Un apodo es la piedra más dura que el diablo
puede arrojar a una persona.
William Hazlitt
La excesiva riqueza de vocabulario suele encubrir pobreza
de pensamiento.
Enrique Larreta
Donde no hay caridad no puede haber
justicia.
San Agustín
Nada me parece justo en siendo contra mi
gusto.
Calderón de la Barca
La ira ofusca la mente, pero hace
transparente el corazón.
Niccolo Tommaseo
El que quiere en esta vida todas las cosas a
su gusto, tendrá muchos disgustos en la vida.
Francisco de Quevedo
Es muy difícil no ser injusto con lo que uno
ama.
Oscar Wilde
Pocas veces quien recibe lo que merece,
agradece lo que recibe.
Francisco de Quevedo
No des a nadie lo que te pida, sino lo que entiendes que
necesita; y soporta luego la ingratitud.
Miguel de Unamuno
No sabemos lo que nos pasa y eso es
precisamente lo que nos pasa.
José Ortega y Gasset
Desgraciados los hombres que tienen todas las ideas
claras.
Louis Pasteur
Nuestra verdadera nacionalidad es la
humanidad.
H.G. Wells
Celebraría saber cuantos hombres se necesitan para hacer
uno perfecto.
Principe de Ligne
Transformar una experiencia en conciencia,
en esto estriba ser hombre.
André Malraux
El misántropo es la más de las veces un malvado que, no
sabiendo hacerse amar de ninguno, toma el partido de aborrecer a
todo el mundo.
Barón de Holbach
¡Bienaventurados los que no hablan, porque
ellos se entienden!
Mariano José de Larra