En la Península Ibérica su distribución y su número se han reducido enormemente; históricamente ocupaba la práctica totalidad del territorio ibérico, y en la actualdad sigue presente en casi todas las provincias españolas y portuguesas, pero sólo en zonas de bosque.
El gato montés o europeo es un mamífero carnívoro que, aunque presenta similitud con la raza doméstica conocida como "gato romano", es más grande y corpulento que este. El gato montés posee un cráneo más ancho y robusto que el gato doméstico. También puede diferenciarse por la forma de la cola, así mientras que el gato doméstico y los híbridos tienen la cola fina y puntiaguda, la del gato montés es roma y gruesa. También pueden diferenciarse por la longitud del pelo, que suele sobrepasar los 4 cms. en el montés y no pasar de los 3 cms. en el doméstico.
El gato montés presenta un claro dimorfismo sexual. El macho es ligeramente mayor que la hembra: un 15-25 %. También son apreciables los testículos en los grandes machos. También la cresta sagital es mayor en machos que en hembras.
La raza ibérica es de mayor tamaño que la del resto de Europa, pudiendo superar fácilmente los 8 Kgs. Los gatos monteses europeos, a su vez, se diferencian de los gatos monteses asiáticos (Felis ornata, Gray, 1830) en que tienen un color grisáceo, más amarillo o más rojizo del fondo, además de que los gatos monteses asiáticos suelen ser de menor tamaño que el europeo, pesando entre 3- 4 kilogramos (Schalle,1967, Roberts, 1977).
El ancestro más antiguo que se le conoce al gato es el MIACIS, uno de los primeros mamíferos en poblar la tierra, de craneo achatado, cuerpo largo y delgado, patas cortas y cola larga. Se cree que habitaba en los árboles, cazando pequeños animales para alimentarse. Como los gatos de hoy en día poseía uñas retráctiles que usaba para cazar, pelear, correr y trepar los árboles. Es aceptado por la gran mayoría de los científicos como el ancestro de mapaches, osos, civetas, hienas, perros y gatos. De este MIACIS, surgieron dos grandes líneas de félidos una de las cuales, la de félidos de gran tamaño da origen al Smilodon (el tigre dientes de sable) de la cual no quedan exponentes pues toda esa línea se extinguió. La otra, que incluye al Dinictis produjo una serie de felinos más pequeños, ágiles e inteligentes que el Smilodon. Muchos investigadores coinciden en que esta línea es la que dio origen a todos los felinos existentes hoy en día, incluido el gato montés y el gato doméstico. Por lo que taxonómicamente se encuentra ya superada la idea muy arraigada entre antiguos naturalistas que el gato doméstico desciende del gato salvaje egipcio (Felis lybica), pero hoy en día se considera que tanto el gato montés o europeo como el egipcio o africano arrancan, al igual que el gato montés asiático, de un mismo tronco: el Felis catus, del que derivaron hasta constituir estas especies, que en realidad constituyen subespecies del Felis catus. Esto explica que según los estudios más modernos, el gato montés y el doméstico se pueden cruzar entre sí y que sus descendientes sean perfectamente fértiles, lo que está creando problemas para conservar la pureza de la especie.
Es un animal solitario, tímido, crespuscular y nocturno, aun cuando se vuelve de hábitos más diurnos en invierno. Las horas de sol suele pasarlas en huecos de árboles y oquedades del terreno, siendo la hembra más sedentaria que el macho, que suele desplazarse en un radio de unos 20 Kms. a una velocidad de 3 a 6 Kms./hora, durante la noche, practicando una caza itinerante.
Tiene los sentidos muy desarrollados, particularmente la vista, adaptada a la visión nocturna, y el oído. Es muy silencioso cuando acecha o persigue a una presa, pudiendo dar grandes y ágiles saltos cuando tiene a las víctimas en sus proximidades, a las que agarra primero con las uñas de sus garras retráctiles, para buscar su nuca en los animales pequeños, donde les muerde hasta
Gato montés
Felis silvestris
Felidae
Carnívoro
Felis
Entre 50 y 80 cms.
De 28 a 35 cms.
Los machos entre
5 y 10 kg.,
las hembras entre 4 y 6 kg
13-14 años
Residente
causarle la muerte, mientras que en las presas de mayor tamaño les muerde en la base del cuello, hasta producirle la muerte por asfixia o parada cardiaca. En muchos casos también se arrastra a ras de suelo y mediante sigilosas aproximaciones consigue capturar a sus presas. Suele ascender a los árboles para expoliar nidos alimentándose tanto de pollos como de huevos. Además de buen trepador es un buen nadador.
Las presas las consume en el lugar de caza, aunque cuando en caso de sentirse en peligro puede taparlas con maleza para volver después a comerlas o llevarlas a lugares elevados en que se encuentra más seguro (una roca, el tronco de un árbol, etc.).
Un hábito muy curioso dentro de la etología de la especie ha sido descrito por Leyhausen (1988) que lo ha llamado "la hermandad de los gatos machos", el que lo describe del siguiente modo: cuando los machos se encuentran por primera vez lo normal es que anden a la brega; como consecuencia de estos enfrentamientos todos los gatos se conocen entre sí y establecen una jerarquía que les permite aprovechar comunalmente los recursos y disponer de un territorio conjunto de caza. Al caer la tarde suelen reunirse amistosamente, respetando cada uno las distancias individuales de los otros e incluso respetando esta jerarquía en la época de celo. Sin embargo los combates son muy duros cuando un joven macho se considera preparado parar entrar en la hermandad. En este caso, señala Leyhausen, se establecen duros combates y el joven ataca una y otra vez a los machos viejos, aun cuando suele salir estrepitosamente derrotado, sufriendo heridas más o menos graves. Pero apenas se cierran las heridas vuelve a plantear combate a los viejos machos. Cuando tras aproximadamente un año de mantener esta situación de enfrentamientos, si no se ha visto finalmente dominado, ni se ha visto obligado a dejar la zona, tiene ya un lugar en la hermandad, no produciéndose nuevos combates sino con otros ejemplares jóvenes que quieren iniciar el mismo proceso de introducción en la hermandad.
En la mayoría de los casos vive de manera solitaria, aunque puede formar pareja para cazar. Los machos comparten su territorio con 3 a 5 hembras, pero nunca con individuos del mismo sexo. Para marcarlo suelen orinar en lugares concretos y restriegan sus glándulas anales con la vegetación, arañan árboles y depositan excrementos en lugares elevados. Los adultos se defienden ferozmente de sus enemigos, pero sus crías pueden ser capturadas por lobos, linces, zorros o grandes águilas.
El gato montés es un típico predador de roedores, aun cuando las aves (particularmente pájaros), anfibios, reptiles e incluso insectos también constituyen un porcentaje significativo de su dieta. No consume los frutos otoñales. Se estima que gato montés tiene unas necesidades alimenticias de unos 500 gramos diarios.
El hábitat principal del gato montés lo constituyen las áreas de bosque relativamente bien conservadas, aisladas de la actividad humana. Es un animal típico del bosque mediterráneo. Los ecosistemas más adecuados para la especie lo constituyen el matorral bien conservado del sur y del centro de la Península, junto con estepas, bosques caducifolios y zonas húmedas del norte. Se estima que es posible que su único territorio sea lugar de descanso, mientras que puede existir un amplio solapamiento de su área de campeo y una cierta jerarquía en la explotación de estas zonas de modo que si bien comparten áreas de campeo, caza y bebederos, no suelen utilizarlas al mismo tiempo, existiendo una jerarquía que ha sido denominada de "utilización de servicios", si bien no es muy rígida, ni tampoco definitiva, siendo las hembras más territoriales que los machos, particularmente cuando están criando, no tolerando la presencia de otros congéneres en las inmediaciones del cubil, posiblemente por el temor de que ataque y devore a las crías.
Se extiende por toda la península ibérica, aunque está ausente de las zonas urbanas, estepa y parajes desérticos.
Huellas. Aun cuando el gato montés tiene cinco dedos en la pata delantera y cuatro en la trasera, siempre presenta cuatro almohadillas digitales (excepcionalmente tres) sin uñas (son retráctiles) y una gran almohadilla plantar. Las dimensiones son de 4 x 4,5 cms. (en ocasiones hasta 6 cms.) con un aspecto prácticamente circular muy característico. La huella de gato doméstico es de menor tamaño (3 x 3 cms.) y están más abiertas las marcas digitales. También puede confundirse con la de la gineta, la que es de menor tamaño (3,5 x 3 cms.) y no tan redondeada como la del gato montés, en la gineta está también más juntas las almohadillas y puede marcar un quinto dedo, lo que no hace nunca el gato montés.
Excrementos: Los excrementos del gato montes tienen una longitud de 4 a 8 cms. y un grueso de 1 a 1,5 centímetros , rematados en un extremo en una punta muy característica. Suele formar letrinas o cacarruteros dentro de su territorio, los que normalmente cubre con tierra, sin embargo en los bordes territoriales los deposita en lugares elevados.
Otros rastros: Al subir a los árboles, particularmente en los caducifolios de corteza blanda, deja marcadas las uñas en el tronco.
Se distribuye por toda Europa y la mayoría de las islas mediterráneas. En la Península Ibérica su distribución es poco conocida, pero parece que se encuentra por casi toda la Península Ibérica y las Islas Baleares. Localmente se puede presentar en elevadas densidades, especialmente en determinadas zonas del sur de España.
Gato montés (Felis silvestris) Llegado el mes de diciembre comienza la época reproductora, en la que el macho delimita su territorio defendiéndolo de intrusos. El celo dura hasta febrero.
En este período las hembras maúllan fuertemente y marcan también su territorio con orina, excrementos y secreciones glandulares para mostrar su receptividad. El macho puede copular con varias hembras, y aunque es un animal solitario, se mantiene unido a la hembra durante el período de reproducción.
La gestación dura entre 63 y 69 días, al final de los cuales la hembra busca grietas y árboles huecos, donde pare una única camada al año, de dos o tres crías. Interviene ella sola en el cuidado de las mismas, durante unos cinco meses.
Los machos alcanzan la madurez sexual a los 9 ó 10 meses de edad, mientras que las hembras lo hacen a los 10 ó 12 meses. Su longevidad máxima es de 15 años. Se ha observado que ciertos machos han acabado con la vida de algunas crías, nunca suyas. Esto tendría un claro significado biológico: fecundar de nuevo a la hembra, asegurándose de que los genes de la nueva descendencia serán suyos.
Aun cuando la especie no tiene interés peletero, la creencia de que el gato montés puede atacar a las especies domésticas y de caza, ha supuesto un continuo acoso sobre el animal, si bien Heptner y a Sludski (1972) en un riguroso estudio han puesto de manifiesto que los gatos domésticos y los híbridos atacan con más frecuencia a las aves de corral que el gato montés, el cual se muestra muy receloso de la presencia humana. Por lo que muchos ataques imputados al gato montés en realidad procede de especies domésticas o híbridas.
Otra problemática es la derivada del cruce de gatos monteses con ejemplares domésticos (gatos cimarrones), que está creando problemas para conservar la pureza de la especie.
Los métodos selectivos y no selectivos de caza.