Revista 101
Número 101

Ortiga, la gran desconocida

Sin duda es una de las plantas más numerosas en nuestros campos, su mala fama viene del picor que producen sus hojas al tocar la piel. Sin embargo, pocos saben que es una de las plantas medicinales más importantes.

ortiga

 

La ortiga (urtica dioica) recién recogida es muy valiosa pues conserva todo su potencial «vivo», lo que la hace mucho más activa. Su sabor recuerda un poco al de las espinacas, y se pueden aprovechar todas sus partes, raíces  y semillas incluidas.La ortiga ha sido utilizada tradicionalmente para aliviar múltiples dolencias. Destaca, además, por contener una interesante variedad de nutrientes.


Propiedades nutricionales: es una de las plantas más ricas en clorofila y proteínas, nos aporta cantidades abundantes de carotenoides, vitaminas del grupo B, K, ácido fólico, vitamina C, hierro, ácido silícico, calcio, magnesio, potasio, fósforo, etc.


Propiedades medicinales: tradicionalmente se conoce la ortiga como una planta depurativa, reconstituyente, antiinflamatoria, antianémica, antihemorrágica, diurética, antihistamínica, antirreumática, expectorante... Por otro lado, tanto sus hojas como sus semillas han formado parte a lo largo de la historia de los tratamientos naturales contra el cáncer. Estas son algunas de las enfermedades en las que la ortiga se ha utilizado como apoyo: arteriosclerosis, alergia primaveral, infecciones urinarias, afecciones de próstata, gota, ácido úrico, reumatismo, artritis, hemorroides, catarros bronquiales, intestinales, vesicales y renales, hemorragias internas y externas, dermatitis, eccemas, afecciones del hígado y del bazo, úlceras estomacales, intestinales, afecciones pulmonares, trastornos de la circulación de la sangre, tuberculosis, diabetes (semillas), cáncer...

 

Cómo manipularla

A la hora de consumirla tenemos que «desactivar» los pelillos urticantes. Existen dos métodos seguros para hacerlo:
• Machacando la planta. De este modo los pelillos se rompen, y una vez rotos pierden toda su acción. Esto se puede lograr con un mortero, licuadora, batidora...


• Por la acción del calor. Una vez se calienta la planta al cocinarla, en pocos minutos se puede comer sin problemas.

 

Cómo conservarla

Podemos guardarla en la nevera como haríamos con cualquier otra verdura de hoja verde. O bien dejarla en una jarra con agua, del mismo modo que conservamos el perejil o el apio en nuestra cocina. Si accidentalmente nos pincháramos con ella, podemos utilizar cualquier método casero contra picaduras, como aplicar una pasta de arcilla sobre el área de piel afectada, o usar un aceite esencial como el de espliego macho (Lavandula spica).

 

Cómo consumirla cruda

1. Zumos de frutas o verduras, batidos, licuados, smoothies... Son ideales las licuadoras lentas o de bajas revoluciones, porque exprimen muy bien las hojas verdes manteniendo todas sus propiedades. La medida puede ser de un manojo de ortigas por vaso.


2. Añadida a nuestros platos o ensaladas en forma de pesto. Podemos machacarla en el mortero con otros ingredientes como limón, ajo, piñones, aceite de oliva... o cualquier otra receta de nuestro gusto. En este caso utilizaremos sólo las hojas.

 

Cómo consumirla cocinada

1. Caldo. La ortiga enriquece mucho los caldos depurativos o remineralizantes. A modo de ejemplo, podríamos echar en un litro de agua, dos puñados de ortiga (se pueden incluir los tallos), dos cebollas cortadas, y dos cúrcumas cortadas. Llevar a ebullición, bajar el fuego, tapar y dejar a fuego lento 30 minutos. Sazonar con sal marina y un chorrito de aceite de oliva. Guardar en la nevera máximo 24 horas. Las posibilidades de recetas son muchas, pues la ortiga combina bien con todo tipo de verduras como apio, zanahorias, col, puerros, nabos...


2. Sopa. Se pueden añadir hojas frescas de ortiga durante los últimos 10 minutos de cocción de cualquier sopa que preparemos.


3. Hervida o al vapor. La podemos hacer como unas espinacas, al vapor o hervida, usaremos sólo las hojas. En caso de hervirla, la cocinaremos con poca agua (que aprovecharemos después), y la dejaremos a fuego suave de 8 a 10 minutos como máximo. Al vapor se deja unos pocos minutos hasta que veamos que está tierna. Combina muy bien con patatas al vapor o hervidas, un poquito de ajo picado y aceite de oliva.


4. Salteada. Se pueden saltear las hojas en un chorrito de aceite de oliva y ajo, sola o junto a otros ingredientes como setas, tomate, alcachofas, espinacas... etc. Son un delicioso acompañante de muchos platos.


5. Infusión o decocción. Por supuesto, es una magnífica idea aprovechar sus propiedades preparando una infusión de ortiga fresca o una decocción breve. Un ejemplo: dos cucharadas colmadas de ortiga fresca (hojas) por taza, a la que podemos añadir una pizca de stevia y alguna planta aromática como romero, menta, albahaca... o combinarla con plantas de acción complementaria, como la cola de caballo, para reforzar el efecto depurativo, antihemorrágico  y remineralizante.

 
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