Revista 107
Número 107

Halcón peregrino

Es una de las rapaces más conocidas desde la antigüedad, sobre todo por su empleo en cetrería. El Halcón peregrino es un ave de aspecto compacto y musculoso, su anatomía está diseñada para la velocidad. Experimentado cazador de aves pequeñas y medianas. Es una rapaz cosmopolita que ha visto como sus poblaciones se reducían drásticamente a consecuencia de la escasez de presas, la cetrería y la intoxicación con plaguicidas y otros venenos agrícolas.

 

Halcon-peregrino-posado

 

Esta rapaz de mediano tamaño, robusta y de aspecto compacto, presenta un acusado dimorfismo sexual invertido por el cual las hembras resultan considerablemente mayores y más pesadas que los machos y a veces hasta 10 cm más altas que ellos. El color general es más oscuro en la espalda y en el obispillo o rabadilla y soplando las plumas blancas se descubre la base de las mismas más ocrácea que en los machos. Los individuos adultos poseen las partes superiores oscuras, de un tono gris pizarroso bastante homogéneo, con los bordes de las coberteras ligeramente más claros, y las partes inferiores pálidas (en algunos casos extensamente teñidas de ocre o rosado) con un fino barrado horizontal, que se extiende también por las alas. En la cabeza llama la atención el corto, pero poderoso, pico y una extensa bigotera que enmarca las blancas mejillas y los ojos, que son muy oscuros y aparecen rodeados por un anillo ocular amarillo. Las hembras suelen presentar un barrado más tosco en el pecho y una bigotera más ancha. Los jóvenes, por su parte, son muy pardos, con un patrón de diseño bastante variable en la cabeza, que resulta en todo caso mucho menos contrastado y definido que en los adultos. Sus partes inferiores son de color ocre y lucen un profuso estriado vertical que, en las alas, da paso a un barrado más difuminado. En el dorso dominan los tonos marrones muy oscuros, sobre los que destacan vivamente los bordes pálidos de rémiges y coberteras, dando al ave un característico aspecto escamoso. El vuelo de este halcón es veloz y poderoso y en él se alternan los planeos con nerviosos aleteos que el ave ejecuta gracias a la posesión de potentísimos músculos pectorales. Las alas son más bien cortas, al igual que la cola, y resultan mucho más anchas en la zona de inserción con el amplio pecho que en su extremo, donde se estrechan considerablemente.


Los inmaduros no se reproducen hasta que tienen dos años de edad, pero algunos pájaros de un año pueden seleccionar una zona de nido y defender su territorio frente a otros halcones.
Es una característica a señalar el diente que tiene en la mandíbula superior, que encaja muy bien en una muesca de la mandíbula inferior. Este diente puede ser insertado en el cuello de cualquier pájaro, de manera que, por simple presión seguida de un rápido giro, el halcón peregrino es capaz de romperle la espina dorsal. Las patas son gruesas y musculosas y los dedos largos y poderosos.
Los halcones de la subespecie brookei, que es la que se considera habitante de parte de la Península Ibérica, algunos ornitólogos opinan que de la totalidad, difieren de los peregrinus en ser de menor tamaño en sus proporciones generales y más rojizos por debajo, con un rayado transversal negro mucho más denso en el plumaje de los adultos. Los jóvenes son más oscuros, menos ocráceos por debajo y más densamente rayados. Algunos adultos tienen en la nuca puntos rojizos o una ligera mancha rojiza.

 

Hábitat y costumbres

El halcón peregrino tiene una silueta de vuelo inconfundible, con alas largas y puntiagudas y cuerpo grande y fuerte que ha sido descrito como en forma de torpedo, destacando mucho su ancha cabeza y cola redondeada de regular tamaño, que suele llevar plegada. Su vuelo es poderoso y ágil, con no muy profundos batidos de alas interrumpidos a intervalos por cortos planeos. Cuando caza, los movimientos de las alas son más rápidos, fuertes y profundos. Suele lanzarse en picado, con las alas casi o totalmente plegadas junto al cuerpo, desde mayor altura que otras especies de halcones. Algunas veces se cierne como el Cernícalo Vulgar Falco tinnunculus, pero más a menudo vuela junto a las paredes de los acantilados lentamente o sobre el campo, de una forma curiosa que a veces parece como alocada, sin rumbo.


El halcón peregrino habita acantilados marinos, pero también roquedos del interior, eludiendo los bosques y volando con preferencia en terreno abierto. Lo mismo se puede encontrar una pareja anidando a nivel del mar como a 3.000 metros de altitud e incluso mucho más alto. Se adapta a todas las situaciones y climas, vive tanto en zonas árticas como en desiertos y páramos calurosos o

Clasificación científica

Nombre común:

Halcón peregrino

Nombre científico:

Falco peregrinus

Familia:

Falconidae

Orden:

Falconiformes

Longitud: 

Entre 30 y 40 cms.

Envergadura:

De 100 a 115 cms.

Peso:

600 - 1300 gr.

Longevidad:

12 años

Estatus:

Residente

en lugares tropicales. Normalmente se posan en rocas no lejos del lugar donde van a anidar, pero a veces también en árboles. El halcón peregrino pasa gran parte del día posado sosteniéndose sobre una pata, con la otra medio recogida o totalmente oculta en el plumaje. En esta situación, permanecen alertas, pero inmóviles, únicamente girando la cabeza y mirando inquisitivamente cualquier cosa que les llame la atención o se mueva aunque sea de forma imperceptible.


El poder visual de esta especie es muy grande, cada ojo del halcón peregrino pesa 28 gramos, y son proporcionalmente más grandes y pesados que los de un ser humano. La retina de los ojos de un halcón tiene un poder de resolución para los objetos distantes dos veces más aguda que la retina humana. Aún es mayor este poder resolutivo en visión lateral, hacia arriba y abajo, puesto que la fóvea tiene una enorme cantidad de conos. Además proporciona un área de percepción mucho más clara ya que en cada ojo hay dos fóveas, una dirigida hacia adelante y la otra lateralmente. Las cuatro trabajando juntas dan a estos pájaros una inusual seguridad en la visión de objetos distantes, hasta ocho veces la del hombre. De esta forma con ligeros giros de la cabeza puede controlar cualquier movimiento de un pequeño animal por lejos que esté.


Dedica varias horas al día a realizar vuelos circulares sobre zonas que él ha elegido para cazar sus presas, aunque no puede decirse que este sea un vuelo típico de caza, puesto que se le ha observado cernirse y planear después de comer abundantemente. Las parejas se unen por toda la vida, se guardan gran fidelidad y permanecen posadas juntas.


Por su vuelo rápido y agresividad son los más apreciados de  todos los halcones para  la cetrería y resultan relativamente fáciles de capturar, amansar y entrenar. Las velocidades en el vuelo de caza no han sido debidamente medidas. En un «picado» pueden alcanzar velocidades de 200 a 300 km por hora, pero por métodos más modernos se ha podido calcular que, en determinados momentos, llegan a más de 400 km por hora y que son capaces de respirar a estas impresionantes velocidades.
En vuelo normal y en migración, los halcones viajan con rapidez y cortos batidos de alas, 5 o 6 por segundo, intercalados con cortos planeos. En migración pueden volar a considerable altura casi siempre en solitario y raramente varios juntos, en general a lo largo de costas y ríos. Su velocidad media en estos vuelos de crucero y migración no suele superar los 100 km por hora.


El vuelo de caza suele ser precedido por alguna forma de juego, espantando con sus ataques fingidos a grupos de gaviotas, chovas o cornejas. Aun cuando está hambriento y ha matado una presa, puede permanecer posado al lado de ella durante 10 o 15 minutos antes de comenzar a comerla. Una caza regular sobre la misma área durante un largo período de tiempo produce un incremento en la reacción defensiva de las posibles presas. El halcón peregrino tiene que evitar atacar a los mismos pájaros demasiado a menudo o todos ellos abandonarán juntos la zona. Por esta razón puede estar cazando en un territorio durante varios días y luego no volver a ser visto durante una semana o más. Rara vez caza presas en el suelo o las persigue a través de cobertura vegetal a la manera de otros halcones, aunque está capacitado para ello.


El halcón peregrino ataca fundamentalmente de dos maneras diferentes. Una desde gran altura, «picando» oblicuamente sobre la presa y atrapando a esta por la parte posterior del cuerpo, clavándole las garras y otra, volando a nivel más bajo y ascendiendo en los últimos metros para clavar las garras en la parte inferior del cuerpo de su víctima. En el instante mismo de la captura y en especial cuando el «picado» oblicuo es efectuado desde gran altura, el halcón se endereza extendiendo las alas y la cola, sin duda para frenar su caída, y proyecta una o las dos patas hacia adelante.

 

Alimentación

El halcón peregrino, captura presas en general de pequeño tamaño; pinzones Fringilla coelebs, zorzales Turdus, mirlos Turdus merula, estorninos Sturnus o arrendajos Garrulus glandarius, constituyen la base de su alimentación durante todo el año; las chovas Pyrrhocorax, palomas Columba y cornejas Corvus corone, son capturadas durante la época de alimentación de los jóvenes. Solo algunas grandes hembras de halcón peregrino son las que atacan con regularidad a las cornejas. El halcón no caza cerca del nido o de su posadero habitual. No ataca ningún pájaro a menos de 150-200 metros del nido, salvo en época de cría.


Las presas más comunes en la dieta del halcón peregrino varían, naturalmente, con la fauna existente en las proximidades de su hábitat. En épocas de migración y en zonas caracterizadas por abundante paso de fringilidos se nota la presencia de halcones comunes, que obtienen así fáciles presas de los bandos de migrantes cansados. El terror que infunden en estos pequeños pájaros es enorme. Las palomas sufren un terror tal que muchas mueren al estrellarse contra los árboles o acantilados, buscando un agujero donde refugiarse.


En general se estima que las necesidades de alimentación de un halcón peregrino son el 11-12 % de su peso en tiempo cálido y el 15-16 % en tiempo frío. La media diaria, puede estar por lo tanto entre 80-100 gramos según la temperatura. Se calcula también que, en los días siguientes al abandono del nido, una pareja de adultos y dos o tres jóvenes necesitan para alimentarse de 400 a 500 gramos diariamente, lo que representa por lo menos la captura de dos palomas.

 

Halcon-peregrino-volando

 

Reproducción

A la llegada de la época de la reproducción, en general a finales del mes de febrero, pero más a menudo en marzo, los machos aún no emparejados se establecen en lugares que ya tienen escogidos durante el invierno, realizan continuos vuelos fuera del acantilado o roquedo y vuelven a posarse de nuevo en el mismo lugar, tratando de llamar la atención de las hembras. Los adultos ya emparejados del año anterior y que han sobrevivido al invierno, ocupan su antiguo nido y en su zona el macho, o ambos juntos, realizan vuelos acrobáticos. Los machos alimentan a las hembras ejecutando un curioso ceremonial de reverencias, moviendo la cabeza arriba y abajo y a los lados. También, aunque menos frecuentemente, se pasan la comida en pleno vuelo.


El mismo lugar o nicho es usado año tras año para anidar. Cada pareja puede tener hasta diez lugares favoritos para establecerse, pero realmente solo uno o dos son los preferidos. El halcón peregrino no construye nido y solo usa una pequeña oquedad en el suelo. La puesta normal es de tres o cuatro huevos, aunque no son raras las de dos y también se ha encontrado alguna de cinco huevos. Los huevos son puestos con intervalos de 2 o 3 días, rara vez de 4. Una vez completada la puesta, los huevos no tocan uno con otro, estando uniformemente separados entre sí, de manera que si son cuatro forman un cuadrado perfecto y si son tres un triángulo. La coloración de los huevos varía ampliamente en la tonalidad, generalmente entre pardo anaranjado y marrón rojizo con manchas más oscuras. Su forma es ovalada y ancha en general. Las puestas suelen comenzar en la segunda semana de abril, aunque se conocen fechas anteriores. La incubación es efectuada por ambos sexos aunque la hembra realiza la mayor parte de la tarea siendo alimentada por el macho, que varias veces al día se acerca al lugar con una presa llamando a la hembra, que deja el nido y sale a su encuentro recibiéndola en el aire de sus patas o cogiéndola al vuelo cuando aquel la suelta, tal como hacen los aguiluchos. La incubación comienza con la puesta del segundo o tercer huevo y en todo caso antes de estar completa dicha puesta. Dura de 28 a 32 días, existiendo con frecuencia notables diferencias de tamaño entre el pollo nacido el primero y el último. Al nacer están cubiertos con un plumón de color blanco crema, muy ralo, con calvas a veces, que es luego sustituido por otros dos, el último muy espeso. A los 10-15 días ya comienzan a nacerles las plumas, que llevan en las puntas mechones del plumón primitivo y que no destacan bien hasta los 18 días de vida. A las tres semanas los jóvenes empiezan a realizar ejercicios con las alas y a partir de este momento permanecen mucho tiempo solos en el nido, realizando el primer vuelo a los 35-42 días de nacer. La hembra pasa casi todo el día fuera del nido, pero viene a dormir al anochecer y también se hace presente por cortos períodos durante el día, en los cuales aprovecha para alimentar a las crías con las presas que el macho ha traído, haciéndolo primero con el pollo más desarrollado de forma muy lenta y como estudiada, pero mucho más rápido y como nerviosa con los otros pollos más pequeños. Cuando el macho llega con presas al nido y la hembra está ausente, también él ceba, y en presencia de aquélla suele también despedazar la presa, aunque es entonces ella la que ceba. Al final de la reproducción, las presas se acumulan en el nido y son entonces los mismos jóvenes quienes las descuartizan y comen.


Durante el período de la cría la agresividad natural de estos halcones se acrecienta, en especial en las hembras, que acometen a todo intruso que se acerca al nido, sean seres humanos o animales, dándoles aletazos y muchas veces clavándoles las uñas.


Después de salir del nido los jóvenes halcones, a los 35-42 días de su nacimiento, permanecen durante uno-dos meses en la zona de cría y son enseñados a cazar por los adultos. Cuando estos traen alguna presa a veces la sueltan en el aire para que los jóvenes la cojan al vuelo, cosa que no siempre consiguen, pero en la mayoría de los casos los adultos se dirigen a un posadero con ella y allí ceban a los jóvenes como si aún estuvieran en el nido.


Cada año salen de los nidos un promedio de dos o tres jóvenes y prácticamente el halcón peregrino no tiene más enemigo en la Naturaleza que el propio hombre.

 
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