Antiguamente los árabes nombraban a cada
año según el hecho más importante que hubiese ocurrido en
sus 365 días. ¿Cómo llamaríamos al año que acabamos de dejar atrás?
Sería difícil ya que han sido muchos los hechos relevantes
ocurridos en el 2016.
El año pasado batió todos los récords en cuanto a altas
temperaturas desde que comenzaron los registros en 1880. Las olas
de calor no nos dieron tregua. En el caso del Ártico, el hielo
marino registrado fue 11,4 % más bajo que el promedio registrado
entre 1981 y 2010. Ya nadie cuestiona el cambio climático, ni
siquiera el primo de Rajoy. Y lo peor de todo es que ya no hay
marcha atrás.
En el 2016 nos dejaron un buen número de músicos. El año comenzó
con la triste noticia de la muerte de David Bowie, después fue
Prince, Leonard Cohen, George Michael… En España, también nos dejó
la voz rota de Carlos Tena. Parece que los viejos roqueros también
mueren, en contra de lo que nos habían contado.
También fue un año muy electoral: en nuestro país: tuvimos dos
elecciones generales y a punto estuvimos de tener unas terceras
como regalo de Navidad. Durante casi un año no tuvimos gobierno y
la verdad es que no lo echamos de menos. En el mundo democrático,
la democracia se les atragantó a los demócratas. El Brexit fue una
sorpresa y una llamada de atención a una Europa envejecida, donde
los nacionalismos más rancios están renaciendo a costa de manipular
el descontento de las clases populares. En Italia se votó en contra
de una reforma de la constitución para agilizar el proceso
legislativo. En Colombia se votó en contra de la paz con las FARC.
Pero, sin duda, la mayor tragedia electoral la vimos en los Estados
Unidos. Era difícil elegir entre lo malo y lo peor, pero, una vez
más, las encuestas se equivocaron y los norteamericanos votaron a
lo peor. Es difícil saber las consecuencias que tendrá para el
planeta el gobierno de Trump, pero las perspectivas son poco
esperanzadoras. La verdad es que viendo el panorama uno se plantea
si la democracia, como hoy la conocemos, es el mejor sistema de
gobierno posible.
En 2016 miles de inmigrantes siguieron llamando a las puertas de
Europa, pero, poco a poco, la tragedia fue desapareciendo de los
telediarios y ya sabemos que ojos que no ven... También el
terrorismo islamista acaparó día tras día los titulares de las
noticias. Acobardados, hemos renunciado gustosos a la libertad a
cambio de una seguridad incierta.
Con estos antecedentes los augurios para el 2017 no son buenos. No
creo que aprendamos de los errores. Cuando observo a la gente solo
veo decadencia, personas infelices cuyo único valor es el dinero
que nunca tendrán.
Rogelio Manzano Rozas