Revista 110
Número 110

Cotorra argentina

Originaria de Sudamérica, donde es una especie muy común y abundante, la cotorra argentina resulta bastante popular como ave de compañía, lo que ha propiciado su expansión debido a fugas o sueltas deliberadas. Es así como ha llegado a colonizar no solo lugares próximos a sus áreas habituales de cría, sino otros tan alejados como algunos países europeos, entre ellos España, donde cuenta con algunos núcleos reproductores de cierta entidad.

Cotorra-argentina

El plumaje superior es de color verde. La cara, la garganta, el pecho y las patas son de color gris pálido. El pecho tiende a ser de color marrón-gris, y cada pluma afilada suele ser de un gris pálido. La parte superior del abdomen es amarillo oliva y el bajo vientre, nalgas, muslos, cola y coberteras superiores son de color verde amarillento. Las bandas exteriores de las plumas de vuelo son de color azul. El lado superior de la cola es de color verde, con un centro abajo azul. La parte inferior es de color verde pálido, con una base de color azul grisáceo El pico es de color ocre claro; los pies son de color gris y los ojos son marrones oscuros, con anillos oculares grises (anillos perioftálmicos).


Los machos y las hembras se parecen entre sí. Los jóvenes se parecen a los adultos, pero la frente gris se tiñe de verde. La cotorra argentina se parece un poco a los pericos. Sin embargo, estos son más pequeños y tienen la cara y el pecho de color verde, como también una banda amarilla evidente en las superficies exteriores de las alas.

 

Hábitat y distribución

Procedente de Sudamérica (donde se distribuye desde el norte de Bolivia, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil hasta la Patagonia argentina), esta cotorra ha colonizado otros países del continente americano y de Europa a través de ejemplares liberados por los humanos. En Europa existen núcleos reproductores en Italia, Bélgica, la República Checa y España; en el Reino Unido, Alemania y Países Bajos se conoce su presencia, aunque no ha llegado a formar poblaciones viables.


Dentro de las aves introducidas, se trata probablemente de la especie que más ha crecido. En el proceso de expansión la mano del hombre ha sido imprescindible, de ahí que muchos especialistas prefieran hablar en este tipo de casos de especies introducidas y no invasoras, como se califican en la

Cotorra argentina

Nombre común:

Cotorra argentina

Nombre científico:

Myiopsitta monachus

Familia:

Psittacidae

Orden:

Psittaciformes

Longitud:  

30 cm.

Envergadura:

45 cm.

Peso:

100 grs.

Longevidad:

En cautividad:

25-30 años
En libertad:

3-10 años

Estatus

Residente

legislación. Su expansión por la Península no procede de un solo núcleo de población. Los primeros ejemplares se detectaron en España en 1975, en la ciudad de Barcelona. Pero el incremento generalizado en todo el país no llegó hasta diez años después.


En España cuenta con núcleos estables en ciertas áreas urbanas del litoral mediterráneo en Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía. Algunos puntos del interior peninsular también han sido colonizados, como ciertas localidades de Ciudad Real, Zamora, Salamanca, Soria, Navarra, Zaragoza o Galicia, si bien su presencia resulta bastante escasa; no así en la Comunidad de Madrid, donde existe un núcleo de mayor entidad. Por lo que respecta a los archipiélagos, en Canarias cría en Tenerife y Gran Canaria, en tanto que en Baleares existen algunas colonias en Mallorca, Menorca e Ibiza.


Aunque en sus lugares de origen se trata de un ave bastante generalista, en España se instala preferentemente en parques y jardines, con acusadas diferencias en lo que al arbolado se refiere de unas regiones a otras. Así, en Barcelona y Canarias parece decantarse por palmeras, mientras que en Málaga elige eucaliptos, en Madrid especies caducifolias y en Mallorca coníferas.


La plaga de la cotorra argentina, un ave exótica catalogada como invasora, se ha plasmado por primera vez en cifras: En España hay cerca de 20.000 ejemplares. Es la principal conclusión del censo que han elaborado unos 600 voluntarios de SEO/BirdLife en 450 municipios españoles. Las provincias de Madrid y Barcelona son las provincias más afectadas. En la primera se han detectado 2.091 nidos, lo que supone entre 5.875 y 6.643 ejemplares. En el caso de la provincia catalana, se han localizado 2.092 nidos y entre 5.525 y 6.248 aves.


Costumbres

Son animales muy inteligentes y con una gran capacidad de adaptación. Desarrollan su vida en grupos sociales de gran complejidad llegando a construir nidos comunales a la mayor altura posible, generalmente en los árboles. Es la única especie de loro que construye sus propias nidificaciones utilizando ramas.


En la naturaleza vuelan en ruidosas bandadas a gran velocidad, nunca levantando las alas por encima del cuerpo y aleteando constantemente. Las cotorras a veces vuelan en grupos de más de 100 ejemplares en busca de comida y mientras que unas comen otras montan guardia. Son capaces de emitir una amplia variedad de chillidos y graznidos, también pueden vocalizar o imitar palabras.

 

Alimentación

Posee una gran adaptación alimentaria y suele explotar diversos recursos alimenticios, esto se debe a su peculiar morfología conformada por un pico muy fuerte y versátil, así como a la estructura flexible de sus patas, que le permite trepar por la vegetación y asir alimentos.


Es una especie principalmente granívora; en la naturaleza se alimenta de semillas de plantas tanto silvestres como cultivadas. Entre las primeras destacan las semillas de cardo; entre las segundas muestra preferencia por el sorgo, el maíz y el arroz. También consume frutos, flores y brotes tiernos, así como insectos adultos y sus larvas. En raras ocasiones, pueden consumir carne de animales muertos, si bien no es infrecuente que ingiera puestas y pollos de paseriformes como los gorriones.

 

Reproducción

Muestra un comportamiento marcadamente gregario a la hora de criar. Como ya hemos dicho, es la única especie de loro que construye ella misma el nido, al contrario que la mayoría de los loros que aprovechan un hueco natural. Pueden llegar a instalarse varias parejas muy próximas unas a otras, formando grandes estructuras construidas con ramitas de plantas espinosas entretejidas, que son, en realidad, el resultado de la unión de varios nidos. A veces, utilizan los enormes nidos de las cigüeñas, junto a las que crían. En los arboles construyen sus nidos en las copas, a una altura de unos 10 metros. También usan estructuras artificiales, como torres de radiocomunicación o tendidos eléctricos. Los huevos se adaptan a cualquier tipo de climas templados o tropicales, debido a la protección térmica que proporcionan las cámaras de los nidos coloniales. Pueden llegar a poner entre 6 y 8 huevos por nidada, cuya incubación dura unos 26 - 28 días. Los pollos abandonan el nido a los 50 días de vida.
La cotorra puede criar en colonias o en solitario. Cuando nidifica en colonias, todos los miembros de la colonia colaboran en la tarea de construir el nido, incluso aquellos que no se están reproduciendo.
Una vez que las crías han nacido, los padres suelen tener pájaros ayudantes que colaboran en la alimentación de los polluelos. Por lo general, esa tarea recae sobre algunos descendientes que ya han crecido.

 

Cotorra-argentina-nido

 

Amenazas y Conservación

La cotorra argentina no está sujeta a ningún tipo de amenaza; por el contrario, sus poblaciones aumentan de forma notable. En los países de donde proviene se la considera como una plaga, ya que puede llegar a causar graves daños en algunos cultivos. En España se hace necesario un seguimiento de la población que indique en qué situación real se encuentra en la actualidad. Asimismo, deberían ponerse en práctica planes de manejo de la especie, precisamente por el incremento que ha experimentado en los últimos tiempos. También son necesarios estudios que esclarezcan las interferencias con la fauna autóctona y los efectos sobre la vegetación.

 

Ecología

Sus principales depredadores naturales son las aves rapaces y la comadreja colorada (Lutreolina crassicaudata). Se han introducido en España como mascotas que posteriormente se abandonaron y se asilvestraron. Esta especie introducida entra en competencia por el alimento con especies autóctonas como el gorrión común (Passeridae), el mirlo (Turdus merula) y la urraca (Pica pica), a las que desplaza y termina por hacerlas desaparecer de su entorno natural, rompiendo el frágil equilibrio de los ecosistemas.


Para edificar sus enormes nidos, llenos de recámaras y que pueden llegar a pesar hasta 150 kilos, destrozan sistemáticamente la vegetación para hacerse con ramas con que construirlos.
Antes de prohibirse su importación, las cotorras argentinas eran muy baratas en comparación con los loros u otras especies. Muchas familias querían tener un animal exótico y se decantaban por ellas sin pensar que eran demasiado chillonas y podían resultar violentas.


Al final sus propietarios las acababan soltando y se expandieron ayudadas por su capacidad para comer prácticamente de todo: dátiles, hierba, las piñas de los pinos y cipreses, tomates, fruta y, sobre todo, por su adaptación al pan, que ahora supone el 40 % de su dieta. Además, se alimentan también de los huertos, como saben muy bien los payeses de los barrios de Sarrià y Horta o de localidades vecinas como El Prat, en Barcelona, donde se han detectado casos en los que han arrasado el 80 % de la cosecha.

 

Carácter invasor en España

La población de Myiopsitta monachus se ha multiplicado en España, donde las cotorras son ya un problema para especies autóctonas, para los agricultores y para los habitantes de varias ciudades y sus alrededores. Debido a este potencial colonizador y por constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido incluida en el Catálogo español de especies exóticas invasoras, aprobado por Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, y está prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.
Son muy inteligentes y son de las aves que más rápido aprenden a hablar… el problema es que luego no se callan nunca: «Es un animal muy ruidoso y ocasiona muchas molestias en el hogar, lo que está posiblemente en el origen de las liberaciones», explican desde SEO/Birdlife.


Además, en una demostración de inteligencia adaptativa extraordinaria, se ha documentado cómo algunas poblaciones de cotorras argentinas bajan la voz al comunicarse con sus llamadas habituales en presencia de un halcón peregrino y optan por volar por lugares más resguardados.


Con un alto ritmo de reproducción y sin depredadores efectivos que las frenen, su población crece exponencialmente. Además, no son nada exquisitas y comen casi cualquier cosa, siendo mucho más omnívoras que otros loros, lo que facilita su adaptación a nuevos ecosistemas. En ocasiones se dedican a depredar huevos y pollos de otras aves, llegando incluso a provocar la extinción de especies locales, como es el caso de urracas y gorriones, a los que dejan sin recursos y espacio físico en el que anidar.


Si anidan cerca de cultivos o árboles frutales, el resultado puede ser devastador. Lo peor es que se siguen extendiendo: «Aunque cada población puede seguir ritmos y evoluciones diferentes, parece existir una tendencia general positiva en nuestro país. Un modelo recientemente elaborado apunta a que en la actualidad ocupa únicamente una cuarta parte del total del territorio que se considera favorable para ella. Por tanto, es muy probable que en un futuro próximo continúe su expansión y crecimiento», explican en SEO/Birdlife. En Cataluña, las poblaciones de cotorra argentina tienen un ritmo anual de crecimiento de un 9 % y en Barcelona este ritmo se dispara hasta el 14 %.

 
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