Revista 112
Número 112

Colirrojo real

 

Pequeño pájaro de cola roja, el plumaje es elegante y vistoso en los machos. Se encuentra ampliamente distribuido por las latitudes templadas y boreales de Europa y más localizado en el sur. En España ocupa áreas de sierra y media montaña en la cornisa cantábrica, el Sistema Ibérico, el oeste del Sistema Central, Sierra Morena occidental y, puntualmente, otras sierras interiores.

Macho-colirrojo-real-en-vuelo

 

Uno de los pájaros más llamativos por su plumaje es el colirrojo real macho, Phoenicurus Phoenicurus. El color blanco nítido de la frente es lo primero que llama la atención. Destaca mucho sobre la cara y la garganta negras, color que bordea también los ojos por encima y cruza sobre la base de la mandíbula superior; la cabeza y la espalda son grises y el negro de la garganta se extiende a los lados del cuello. El pecho y los flancos son anaranjados y este color se extiende a los lados del vientre que es blanco en el centro. Las plumas infracobertoras de la cola son beige anaranjadas, las alas pardo negruzcas y la cola castaño rojiza, excepto el par central de rectrices que es pardo negruzco. El obispillo y las plumas supracobertoras caudales son de vivo color castaño rojizo. En otoño e invierno el contraste entre las diversas coloraciones se atenúa porque el gris de la cabeza y espalda está punteado de pardo, que enmascara la brillantez de aquel.


La hembra tiene una coloración notablemente más apagada con todas las partes superiores pardo grisáceas, aunque conserva casi la brillantez del plumaje del macho en el obispillo y en la cola, también castaño rojizos. Las partes inferiores varían desde el beige blancuzco del mentón y la garganta hasta el anaranjado del pecho y los flancos. La intensidad cambia mucho de unas hembras a otras.


El plumaje de los jóvenes colirrojos, machos y hembras, tiene en sus partes superiores (frente, píleo, nuca, espalda y escapulares) un tono negruzco, grisáceo en la base de las plumas, las cuales poseen bordes pardos y punteado beige. Las partes inferiores son beige blancuzcas con la punta de las plumas pardo oscuro, de manera que forman como un rayado en ondulaciones. El obispillo es castaño rojizo más pálido que en los adultos, pero no la cola que es tan rojiza en las rectrices como la de las hembras adultas. Conforme avanza la muda, desde julio a septiembre, va siendo relativamente fácil diferenciar los sexos.

 

Hábitat y costumbres

El colirrojo real es un pájaro fácil de observar y estudiar, tanto por su abundancia como por sus curiosas costumbres. Además del brillante plumaje de los machos, llama también la atención el continuo movimiento de la cola, una vibración muy rápida o un temblor de arriba abajo, que le ha valido nombres populares como el de temblarrabos, y que ambos sexos realizan. Sus actitudes son características de la

Clasificación científica

Nombre común:

Colirrojo real 

Nombre científico:

Phoenicurus
phoenicurus

Familia:

Turdidae

Orden:

Passeriformes

Longitud:

14 cms.

Envergadura:

24 cms.

Peso:

18 g.

Longevidad:

Hasta 5 años

Estatus:

Migrador

especie y resulta difícil compararlas a las de otro pájaro. Se mueve ágilmente por entre las ramas de los árboles y captura insectos al vuelo desde su posadero, pero más corrientemente lanzándose al suelo. Se posa siempre al descubierto en el extremo de postes, alambradas, cables de conducción eléctrica, ramas de árboles, tanto secos como con hojas, tejados, muros, rocas, etc.


El hábitat ocupado por el colirrojo varía mucho. Desde grandes bosques con espacios y claros, hasta jardines de ciudades. Desde caseríos, aldeas, casas de campo o parques con viejos árboles, hasta zonas suburbanas de ciudades y pueblos. Hay una gama extensa de biotopos que este pájaro escoge año tras año con una fidelidad asombrosa. En la práctica toda la campiña es buen hábitat para él, pero hay una cierta tendencia conectada con la costumbre de acudir anualmente al mismo lugar donde las parejas se agrupan en colonias o semicolonias. Sucede a menudo que en una aldea crían 2-4 parejas y hasta otra próxima, pero distante no menos de 4 km en línea recta, no se encuentra un solo colirrojo a pesar de que la campiña presenta condiciones ideales para este pájaro. El colirrojo real tiene cierta preferencia por casas viejas o medio derruidas, ruinas y muros casi desmoronados. Probablemente le atraen los agujeros y huecos que allí encuentra.


El colirrojo real canta agradablemente, emitiendo una corta estrofa formada por dos sonidos: uno que recuerda cierta parte del canto del petirrojo y otro en tono más alto, al que sigue inmediatamente un gorgojeo de notas variadas en tono apenas audible, a no ser que el pájaro esté cerca de nosotros.

 

Alimentación

La alimentación del colirrojo real es principalmente insectívora: coleópteros, lepidópteros y sus larvas, dípteros e himenópteros. Muchas son las orugas de todas las especies y colores que llevan a los nidos para cebar a los pollos. También las mariposas nocturnas son presas habituales. Las arañas forman así mismo parte de su dieta, al igual que gusanos y lombrices de tierra. Los pollos son alimentados en el nido con un 82 % de orugas. A partir del mes de julio los colirrojos frecuentan muchos árboles frutales, principalmente cerezos y ciruelos. También en el otoño comen frutos del saúco, Sambucus nigra, y otros árboles.

 

Reproducción

Cuando un macho ocupa un territorio canta inmediatamente con vigor tratando de atraer a la hembra. Continúa cantando después de la llegada de aquélla y, en especial, en los días en que la invita con continuos vuelos hacia el agujero que ha elegido para que la hembra haga el nido. Tan pronto como ella comienza, y aunque él no toma parte en el trabajo de llevar material, se vuelve silencioso, para empezar nuevamente a cantar en cuanto el nido está terminado. Este silencio puede durar solamente 2 días, puesto que algunas hembras se dan mucha prisa para construir el nido. Durante la puesta el macho canta poco, pero en cuanto la hembra se sienta a incubar lo hace con fuerza y continuidad desde un posadero muy próximo al nido.


Cuando el macho quiere atraer la atención de la hembra hacia el agujero elegido por él, permanece dentro con solamente la cabeza y el pecho asomando o bien introduce la mayor parte del cuerpo y deja fuera la cola bien desplegada. Las persecuciones en vuelos zigzagueantes por entre los árboles, y siempre cerca del lugar donde se va a construir el nido, son continuas, terminando alguna vez con el apareamiento. Este cortejo dura hasta que la hembra comienza la incubación.


Casos de bigamia en el colirrojo real han sido comprobados alguna vez; en cualquier caso esta situación no es corriente y, de hecho, ocurre que muchos machos se quedan sin emparejar. Las hembras parecen, pues, más escasas que los machos.

 

Hembra-posada


El colirrojo real anida en lugares muy variados. Primitivamente lo hacía en agujeros de árboles o en viejos troncos. Hoy ha sufrido una extraordinaria adaptación y un gran número de parejas son vecinas del hombre en su propia vivienda, construyendo el nido en grietas, agujeros, bajo las tejas, sobre vigas e incluso en el interior de automóviles desechados. El nido es una ligera construcción de hierba seca y musgo, no muy bien entrelazado, con tallos delgados y largos de plantas secas, cortezas y raicillas. El interior está forrado con pelo, lana y algunas plumas.


La puesta normal en Iberia es de 5 huevos. Algunas veces también 6 y, ocasionalmente, 7 u 8. Las segundas puestas dentro de la misma temporada son invariablemente de 5 huevos y algunas de 4.
Los huevos son normalmente de color azul claro sin marcas y solo de forma ocasional se ven algunos que tienen un extremo, el más ancho, ligeramente oscurecido con motas pardas.


Los pollos nacen en un período de entre 12 y14 días. Al nacer los jóvenes colirrojos tienen un plumón de color gris oscuro en la cabeza y espalda, bastante largo y espeso. El interior de la boca es amarillo, sin puntos oscuros en la lengua; las comisuras tienen un tono blanco crema.


La salida del nido de los colirrojos es muy variable. Ambos adultos los ceban con orugas e insectos alados y, aunque el macho se muestra muy activo, es la hembra quien discretamente acude al nido más veces. La tasa normal de cebo debe de estar influenciada por las condiciones meteorológicas. El macho captura muchas de las presas al vuelo. La hembra normalmente entre la vegetación.


La piel azulada de los pollos se va cubriendo con los oscuros cañones y solamente se conserva el plumón de la cabeza, incluso cuando ya están emplumados. No abren los ojos hasta el sexto día, y completamente hasta el noveno. Sus débiles piídos no se escuchan hasta el quinto día de vida. A los 11 días empiezan a aletear y algunos salen fuera de la cavidad a los 12 o13 días, pero no suelen abandonar el nido hasta cumplir entre 15 y18 días. No vuelan apenas y son colicortos. Durante dos o tres semanas más son alimentados por los adultos, o por el macho solamente si hay una segunda puesta. Al cumplir el mes son ya independientes y se dispersan, pero es frecuente que vaguen por los jardines y huertos en grupos de dos o tres. Pronto empiezan a mudar las plumas del cuerpo (a las seis semanas de edad) y, al desarrollar completamente la rojiza cola, se parecen mucho a las hembras adultas. Los adultos mudan a la vez que los jóvenes de la primera nidada.

 

Distribución

El colirrojo real se reproduce en casi toda Europa. Su amplia distribución, sin embargo, no indica una gran densidad, siendo especie numerosa localmente, con preferencia por regiones húmedas y frescas. Falta en gran parte de los países mediterráneos y no alcanza el extremo norte de Escandinavia. No se determinan subespecies, pero no hay duda de que existe una variación clinal de Norte a Sur y de Oeste a Este. Ambas parecen afectar a la coloración, más pálida cuanto más al Sur y al Este, y a la longitud alar, mayor cuanto más al Este.


El colirrojo real inverna al sur del Sáhara desde Guinea hasta Etiopía. En Senegal muchos han sido capturados en el mismo lugar en años consecutivos, lo que indica una gran fidelidad a su área de invernada. En Gambia se ven en los bordes de tierras cultivadas. En Nigeria son comunes.

 
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