El conjunto amurallado mejor conservado de Soria es la villa medieval de Rello, rodeada por una muralla del siglo XIV, a 70 kilómetros de la capital de la provincia. Es un pequeño y apartado pueblo marginado por las instituciones y al margen de cualquier camino.
Encaramado en su atalaya de piedra, Rello vigila el valle del río Escalote desde los tiempos turbulentos de la Reconquista. Desde su muralla el paisaje sobrecoge: valles desnudos sin apenas vegetación donde los cortados de piedra caliza parecen mostrar los huesos de la tierra. El lecho del río Escalote muestra las pocas manchas verdes del paisaje, compuestas de chopos, sargas y zarzas. Por las laderas, antaño pastaban rebaños de ovejas y cabras que se alimentaban de tomillo, salvia y espliego. El paisaje está salpicado de apriscos de origen celta con cobertura vegetal en los que los pastores de antaño guardaban sus rebaños.
Por este páramo de vegetación rala campean las perdices, las
liebres, las codornices los zorros y algún lobo despistado, pero,
sin duda, los señores del lugar son los buitres leonados, que han
encontrado en los abundantes cortados cobijo para sus nidos. Se
estima que en la actualidad unas 50 parejas de este enorme
carroñero habitan en el término municipal.
La economía de Rello se centra fundamentalmente en la agricultura.
Los pocos vecinos que aún siguen en activo siembran cereal, girasol
y lino. Como complemento algunos vecinos tienen colmenas, cuya miel
es de una calidad excelente debido a las plantas aromáticas de la
zona que ya hemos comentado.
Los vecinos de Rello se sienten abandonados por la administración. La inversión institucional para la conservación del conjunto histórico es nula, pero, a pesar del abandono institucional, el pueblo tiene un aspecto aseado; los vecinos hacen lo que pueden aunque el dinero de la jubilación no da para mucho. Cuando paseaba por las calles con la cámara de fotos, algunos ancianos curiosos me preguntaban qué era lo que estaba haciendo y todos me pedían que dijese a quien corresponda que necesitaban más dinero, que el pueblo se les cae y ellos solos no pueden hacer frente a los gastos de rehabilitación.
El abandono que sufre Rello por parte de las autoridades roza la
marginación. Es como si la Diputación Provincial se hubiese
olvidado de que existen. En el año 2013 el Diario de Soria se hacía
eco de una queja de los vecinos de Rello en la que lamentaban la
inexistencia de carteles indicativos para llegar al pueblo, y que
muchos turistas se perdieran intentando llegar al mismo. Cuatro
años después la situación no ha cambiado. En la rotonda más próxima
al pueblo no hay ningún indicador que señale el camino hasta él,
aunque este solo se encuentre a unos pocos kilómetros. El
Ayuntamiento de Rello ha tratado de solventar el problema con un
rudimentario cartel sujeto a un palo, en el que, sobre un cartón y
escrita con rotulador, se indica la dirección del pueblo.
Como en muchos otros pueblos de la Serranía Celtibérica el mayor
problema de Rello es su despoblación; según el último censo (2014)
solo cuenta con 19 habitantes, la mayoría de ellos jubilados. El
bar del pueblo solo abre en verano y para los turistas cuenta con
una casa rural en el casco urbano.
Es muy escasa la documentación sobre el origen, la historia y la
importancia que pudo tener esta plaza durante la reconquista. En
las crónicas árabes no se menciona esta villa, mientras que sí la
vecina Barahona, por lo que no está clara su función como plaza
fuerte en las rutas árabes entre Gormaz y Medinaceli. Según
Federico Bordejé, el recinto amurallado data del siglo XIV, pero
según Juan M. Zapatero es del siglo XI.
Tras la Reconquista perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de
Berlanga hasta el siglo XV en que alcanzó el título de villa dentro
del Señorío del conde de Coruña. A la caída del Antiguo Régimen la
localidad se constituyó en municipio constitucional en la región de
Castilla la Vieja, partido de Almazán, que en el censo de 1842
contaba con 58 hogares y 230 vecinos.
De los pueblos y villas de la provincia de Soria asentados sobre
una muela, como Medinaceli, Calatañazor o Peñalcázar, el de Rello
es el que tiene mejor conservado su recinto amurallado, ya que
conserva la mayor parte de las almenas.
En el lado sur de la población hay una muralla en ruinas que baja
hasta el río, y que termina en una torre albarrana que se usaba
para poder coger agua del río de forma segura en caso de asedio.
Posteriores añadidos a la muralla muestran garitas decorativas,
puertas acodadas, torres y saeteras.
Hay tres puertas, una aún sin restaurar, en las que se aprecian
restos de matacanes y escudos de armas, con un águila y las divisas
de la casa de Borbón y la de Lorenzo Suárez de Mendoza, conde de la
Coruña (Coruña del Conde, Burgos) y vizconde de Torija
(Guadalajara).
El Castillo de Rello conserva la torre del homenaje (en muy mal
estado, ya que fue destruida por un rayo) y un aljibe. La iglesia
de Rello es de 1642, de planta de cruz latina, nave única y
cúpula sobre el crucero, construida durante el período
barroco.
Uno de los elementos característicos de la villa es su Rollo de
Hierro, único en toda España. Se trata de una bombarda (pieza de
artillería muy primitiva que acabaría siendo precursora del cañón),
del siglo XV o XVI, a la que llaman «pasavolante», con cinco
argollas de sujeción. Se encuentra en la misma entrada de la
localidad en una plazuela junto al castillo. En los lugares con
jurisdicción para condenar a muerte o castigar penas menores, los
rollos se ubicaban en cruces de caminos o en la plaza de la villa.
Eran también utilizados como patíbulos, lo que conocemos por
picotas, en aplicación de la sentencia a los reos o como
lugar de expiación de las faltas cometidas, sirviendo de ejemplo y
lección para las gentes de la época.
En el término encontramos también una atalaya califal, con inusual
forma troncocónica, llamada Torre del Tiñón, a medio camino de
Bordecorex y en la cual, legendariamente, se sitúa la muerte del
caudillo Almanzor, que se retiraba malherido a Medinaceli.
Estas atalayas eran torres de vigilancia ubicadas en puntos
dominantes. Formaban como una cadena y se comunicaban entre sí con
señales visuales empleando fuego o espejos. Y, si la ocasión lo
requería, desde aquí se avisaba con señales acústicas de los
inminentes ataques. Unas con otras constituían una red de
comunicación que controlaba la presencia del enemigo.
Rello fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de
Conjunto Histórico el 8 de noviembre de 2001. El castillo figura en
el catálogo de Bienes Protegidos de la Junta de Castilla y León en
la categoría de Castillo con fecha de declaración de 22 de abril de
1949.
Casa Rural Los Arquillos
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