Revista 115
Número 115

Lagartija ibérica

En España hay 14 especies de este animal, inofensivo y beneficioso, que se alimenta de insectos y pequeños invertebrados y que es capaz de desprenderse de la cola para huir de sus enemigos.

lagartija

 

Silenciosa y vivaz, familiar y simpática, la lagartija es un reptil beneficioso que se alimenta de todo tipo de insectos e invertebrados. A pesar de ello le sigue la mala fama. Por su condición de reptil se la compara con la serpiente, representación del mal en la cultura cristiana.


El rango de tamaños más común entre los machos varía entre 4,2 y 5,9 cm de la punta del morro a la cloaca, aunque algunos individuos pueden alcanzar los 6,5 cm. Las hembras, más pequeñas y gráciles, miden de 4,1 a 5,7 cm. La cola puede llegar a alcanzar hasta 10 cm, prácticamente el doble que el resto del cuerpo.


Además del tamaño y la corpulencia, los machos se diferencian de las hembras por su cabeza masiva, triangular y de escamas más marcadas, así como por la mayor longitud de las patas, sobre todo las traseras.


El color y dibujo de la piel varía enormemente de una zona a otra e incluso entre individuos de una misma población. Por lo general es pardo-verdoso, a veces rojizo en la zona de la espalda, cuello y cabeza. En estos lugares pueden aparecer moteados o retículas, algo característico de los machos. Predomina la presencia de bandas laterales, especialmente en las hembras, entre las que destacan dos, gruesas y oscuras, que pueden ir perfiladas por otras amarillentas más delgadas. El pecho, aplanado, es de color amarillento y presenta menos escamas ventrales en machos (25-30) que en hembras (28-36). La cola también posee un rango de colores enormemente variable (pardo, verdoso, rojizo, amarillento o incluso azulado, característica propia de los ejemplares juveniles), pudiendo ser uniforme, con dos colores distintos o incluso con manchas oscuras alineadas a todo lo largo de la misma. En la época de celo, los machos suelen presentar unos ocelos azules en los costados.

 

Hábitat

La lagartija ibérica abunda con mayor frecuencia en terrenos rocosos o pedregosos, donde cuenta con plataformas en las que tomar el sol y refugios donde esconderse en caso de peligro. En zonas rurales vive también en casas y muros de piedra que le proporcionan entornos similares; se encuentra también en áreas de bosque, pradera y matorral, aunque algunas actividades humanas asociadas a la agricultura extensiva pueden haberla hecho desaparecer de algunos de sus hábitats originales. Las lagartijas ibéricas no muestran un auténtico comportamiento territorial.

 

Costumbres

Las lagartijas poseen un singular comportamiento defensivo que es de los más conocidos entre las especies silvestres cercanas al hombre. Este comportamiento se llama autotomía. Es la facultad que poseen las lagartijas y otros reptiles afines de automutilarse. Cuando es atrapada por algún predador, en una estrategia para escapar, se desprende de su cola que de inmediato y de manera refleja,

Clasificación
científica

Nombre común:

Lagartija ibérica

Nombre científico:

Podarcis hispanica

Familia:

Lacértidos

Orden:

Escamosos

Longitud: 

Entre 4,2 y 5,9 cms.

Longitud cola: 

Hasta 10 cms.

Peso: 

Entre 1,6 y 3,9  g.

Longevidad:

Hasta 3 años

Estatus:

Residente

empieza a moverse con rapidez separada del cuerpo, dando sensación de algo vivo. De esta manera, logra distraer al enemigo y puede escapar.


No es inconveniente demasiado grave puesto que pueden vivir sin dicho apéndice, si bien tampoco es el caso puesto que las lagartijas son capaces de regenerar en poco tiempo la cola perdida. El nuevo miembro no será, por lo general, igual que el mutilado, sino algo más pequeño, menos funcional o, en ocasiones, brotará doble. Esta característica regenerativa se pierde después de varios episodios.
Solo durante la época de celo muestra un comportamiento territorial, siendo frecuentes las luchas entre los machos de lagartija ibérica. En este periodo muestran una llamativa coloración ventral rojiza o anaranjada y la cola se vuelve verde.


Los ejemplares de esta especie no hibernan realmente, sino que se mantienen activos la mayor parte del año. Solo la existencia de episodios realmente fríos en el invierno pueden forzarlos a permanecer en sus refugios durante un tiempo. La especie necesita veranos cálidos, por esta razón está ausente en las áreas con los veranos más frescos de la Península ibérica, como Asturias y el norte de Galicia, así como en las áreas de montaña por encima de los 1650 m. Es una especie diurna y de claras preferencias trepadoras. Con frecuencia toma el sol cerca de un refugio, donde se introduce rápidamente a la menor alarma.

 

Alimentación

Su alimento lo constituyen una enorme variedad de pequeños invertebrados a los que buscan activamente, aunque en ocasiones cazan al acecho. Dada su extrema agilidad y capacidad para trepar, capturan sin excesivos problemas multitud de hormigas, moscas, pequeños escarabajos y arañas. Incluso pueden llegar a comportarse como caníbales y devorar puestas y juveniles de su propia especie. También se ha documentado la captura de juveniles de otros reptiles, como las salamanquesas con las que comparte hábitat.

 

Lagartija-joven

 

Reproducción

A finales del invierno los machos comienzan a defender un pequeño territorio y muestran una coloración mas intensa al iniciarse el periodo de celo. Defienden pequeñas porciones del roquedo y en las luchas que se producen muchas veces pierden la cola. Una vez conquistada una hembra, la inmovilizan mediante mordiscos en el cuello o el lomo y se aparean con ella. Las cópulas tienen lugar hasta finales del mes de abril. La hembra selecciona grietas o huecos bajo piedras, o directamente realiza un pequeño agujero en la tierra donde deposita de 1 a 5 pequeñísimos huevos de consistencia elástica. Dependiendo de su tamaño puede realizar hasta 3 puestas en una temporada. El periodo de incubación es de entre 60 y 80 días por lo que a finales de julio, y sobre todo en agosto y septiembre, emergen las pequeñas y vistosas lagartijillas. El cuerpo mide unos 2 cm y más de 3 cm la cola, que está llamativamente coloreada de azul y verde. Alcanzan la madurez sexual al año y tienen una longevidad máxima comprobada de cuatro.

 

Protección y conservación

La lagartija ibérica sufre la pérdida de hábitats y la muerte de ejemplares a manos de animales de compañía, como los gatos, que matan gran número de lagartijas y otros pequeños reptiles. La sustitución de los tradicionales muros de piedra, para el vallado o las construcciones rurales, por alambradas y otros materiales actuales, reduce el número de hábitats óptimos para la especie.

 
Contacto:
Tel: 620 61 21 82
eMail: revistasolana@gmail.com
Web: www.revistasolana.es
Director: Rogelio Manzano Rozas
Diseño: Rogelio Manzano
Foto Portada: Rogelio Manzano
Fotos Excursión: Rogelio Manzano
Colaboran:
Fotos fauna: AGE
Corrección: Silvia Soldado
Foto portada: Rogelio Manzano