Revista 116
Número 116

Peñalén

En lo más alto del páramo, a la orilla izquierda del Tajo, muy cerca del valle del arroyo Merdero, se asienta el pequeño pueblo de Peñalén. Son muchos los senderistas y amantes de la naturaleza que eligen este lugar como punto de partida para sus excursiones por el cañón que forma el río Tajo.

 

Fuente

 

El mayor atractivo de esta población es el paisajístico. Las vistas desde su casco urbano son espectaculares. El oscuro verdor de los bosques de pinos y los cerros que emergen del amplio valle por el que discurre el río Tajo. Su casco urbano adolece, igual que otros pueblos de la comarca, de una normativa urbanística que marque unas pautas a la hora de edificar o restaurar edificios. El conjunto de casas es heterogéneo y carece de un criterio estético. Cada uno hace o restaura su casa según le parece.


Entre su patrimonio monumental destaca la iglesia parroquial de San Juan Bautista, reconstruida recientemente conforme al estilo antiguo, que era románico rural con portada semicircular. El templo es muy austero: el interior no cuenta con ningún retablo y las escasas imágenes son de nueva factura.

Ubicada en la parte más alta del pueblo, ofrece unas vistas espectaculares del valle del alto Tajo.
Cuenta con una portada semicircular con archivoltas que descansan en capiteles sin ornamentación. La torre cuadrada del campanario, con vanos para las campanas, se alza sobre su ángulo meridional. A pesar de su escaso interés artístico, constituye una bella estampa urbana en lo alto del caserío.


Peñalén destaca por sus singulares fiestas, que se celebran en honor de la Virgen de la Torre, en las que se escenifica una vistosa batalla entre moros y cristianos. Pero, sin lugar a dudas, su manifestación tradicional más relevante es la popular y conocida Fiesta ganchera, que tiene carácter itinerante y se celebra cada año, en el mes de septiembre, en uno de los siguientes municipios: Peralejos de las Truchas, Poveda de la Sierra, Peñalén, Taravilla y Zaorejas. En ella se rememora el viejo oficio de los gancheros (desaparecido en los años 40 del siglo pasado), quienes trasladaban las maderadas a través del Tajo hasta las factorías madereras de Aranjuez. Está declarada fiesta de interés turístico regional.


También hay que destacar las tres minas de caolín ubicadas en su término municipal. Hoy permanecen inactivas, pero los enormes desmontes de tierra son visibles desde muy lejos. Curiosamente estas minas no han supuesto ningún beneficio para el pueblo, más bien al contrario ya que el incesante tráfico de enormes camiones ha destrozado la carretera que lleva hasta el pueblo, así como la que lo comunica con Poveda de la Sierra, en obras desde hace tres años y a la que, por el paso que lleva, calculo que le quedan otros tres años más.

 

Garganta


Como hemos dicho el mayor encanto de Peñalén reside en su patrimonio natural. De su casco urbano sale un camino llamado calle Subida a la iglesia. Dicho camino se adentra en el valle formado por el Tajo ofreciendo unas vistas espectaculares de la zona. Siguiendo este camino nos encontramos, a unos siete kilómetros del pueblo, con el bello puente de Peñalén. Algunos creen que es un puente de factura medieval, pero lo cierto es que fue construido en 1943, como indica una inscripción. El puente es estrecho y no está pensado para el tráfico de vehículos de motor, sino más bien para el tránsito de personas y animales, que posteriormente seguían su camino por estrechos senderos que serpentean entre los abruptos riscos y desfiladeros que conducen hasta Molina de Aragón y otras localidades más cercanas.

 

Peñalen-puente


Las vistas desde el puente son impresionantes: afilados riscos, donde anidan los buitres y águilas, se elevan sobre la espesa vegetación y profundas gargantas. Este es el hábitat ideal no solo para las grandes aves rapaces y carroñeras, sino también para grandes mamíferos como el ciervo, el corzo, el gamo o el jabalí, que  han encontrado en este agreste terreno un espacio ideal para vivir.
Esta abundancia de grandes mamíferos ha provocado que la caza sea una de las actividades preferidas por los lugareños. Para muchos más que una actividad de recreo se ha convertido en una obsesión, y es que en Peñalén no hay muchas diversiones aparte de dormitar en la terraza del bar o echar la partida con los amigos.


 Peñalén perteneció, desde su reconquista en el siglo XII por Alfonso VIII de Castilla, al común de la Villa y Tierra de Cuenca, pues hasta aquí alcanzaba el amplio alfoz, o territorio comunal de dicha ciudad, gozando de su Fuero y protección. Sabemos también que en algún momento de la Edad Media perteneció en señorío a la Orden militar de San Juan. Ya en las reformas administrativas territoriales del siglo XIX quedó incluido este pueblo en la provincia de Guadalajara, donde continúa, aunque geográficamente pertenece a la serranía de Cuenca.

 

 

 
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