Revista 116
Número 116

Vencejo real

 

Asociado sobre todo a grandes cantiles rocosos, especialmente de la España caliza, también coloniza en menor grado zonas urbanas, puentes y presas. Dotado, como todos los vencejos, de una enorme capacidad de desplazamiento, recorre cada día cientos de kilómetros en vuelo. Su estancia entre nosotros es prolongada, aunque en todo ese tiempo solo realiza una puesta anual.

 

Vencejo-real-volando

 

Se trata del vencejo más grande de la península. Su silueta tiene forma de ballesta, la cola es corta y levemente ahorquillada, pero su escotamiento es menor que en la del vencejo común; las alas son muy largas y estrechas, de aleteos lentos. Posee un pico corto, plano y con la boca muy ancha; las patas están emplumadas y son muy cortas, tanto que le impiden posarse en el suelo; también sus pies son pequeños y con fuertes garras, sus cuatro dedos van dirigidos hacia delante. La coloración general es pardo olivácea, volviéndose más oscura en las alas. Tiene además dos destacadas manchas blancas en el vientre y la garganta, separadas ambas por un collar parduzco. El iris de los ojos es pardo oscuro y no hay dimorfismo sexual. Los jóvenes resultan muy parecidos a los adultos, aunque un poco más oscuros, con plumas ribeteadas de blanco y con la banda pectoral parda más estrecha. Este pájaro pasa la mayor parte de su vida en el aire, por lo que casi siempre se le ve volando y agrupado, tanto en núcleos urbanos como en acantilados costeros y de interior.


Mucho más grande que el vencejo común, se le distingue fácilmente cuando ambos vuelan juntos, no sólo por la diferencia de tamaños y el color de las partes inferiores, sino por planear durante mucho más tiempo.

 

Hábitat y costumbres

Por su especialización en el medio aéreo, es independiente de la vegetación, aunque está limitado por la existencia de zonas aptas para nidificar. Instala sus colonias fundamentalmente en acantilados, tanto marinos como de interior, y prefiere cortados muy abruptos, orientados al sur y de cierta altura. El sustrato que mejor cumple estos requisitos es el calizo, pero se conocen colonias en granito, cuarcita, pizarra y arcilla. A veces utiliza edificaciones humanas, bien rurales, como puentes y presas, bien urbanas. En algunos lugares de Europa es un ave de hábitos urbanos, proceso observado desde los años sesenta en Cataluña, donde se le aprecia cierta tendencia a nidificar en edificios, incluso a costa del abandono de colonias en roca. La pequeña población extremeña cría en gran medida en puentes, incluso en zonas con cortados naturales apropiados. Se conocen colonias desde el nivel del mar hasta los 1.700 metros de altitud en las sierras béticas y 1.900 en Pirineos.


En España es un ave estival. La población europea inverna en África ecuatorial. En nuestro país está presente entre marzo y octubre y a veces incluso en febrero y noviembre. Los pasos por el estrecho de Gibraltar son discretos, con máximos en marzo y septiembre. Sin embargo, una parte de las aves procede de otros países europeos, pues las ibéricas se marchan en octubre. Se calcula que el vencejo real recorre de forma rutinaria entre 600 y1.000 kilómetros cada jornada.


En cuanto llega a Iberia, en los últimos días de abril y en mayo, comienzan los vuelos de persecución acompañados de gritos que no se parecen realmente a los del vencejo común, pues son sonidos bastante musicales y no chillidos estridentes. Más se parecen sus gritos a los de un bando de limícolos,

Vencejo real

Nombre común:

Vencejo real

Nombre científico:

Apus melba

Familia:

Apodidae

Orden:

Apodiformes

Longitud:

21 cm aprox.

Peso: 

110 gr aprox.

Envergadura:

Entre 55 y

60 cm aprox.

Longevidad:

Entre 10 y 15 años

Estatus:

Migrador

y se pueden escuchar durante toda la temporada que permanecen los vencejos en la península ibérica, hasta bien entrado septiembre en el Norte y primeros de octubre en el Sur.


Mediante la técnica del anillamiento, los ornitólogos han demostrado que las parejas se guardan fidelidad prácticamente durante toda la vida y que sienten, además, un gran apego al viejo nido familiar, siendo capaces de orientarse hasta el punto de regresar y recordar un año después su emplazamiento exacto. En algún caso se ha podido comprobar incluso cómo una hembra ocupó 12 años seguidos el mismo nido.


Uno de los aspectos más llamativos de la biología de los vencejos es su extraordinaria adaptación para la vida aérea, pues pueden pasar meses enteros volando ininterrumpidamente y sin posarse nunca. De hecho, desde el momento en que abandonan el nido por primera vez no paran de volar ni un solo segundo hasta transcurridos 21 meses, cuando llega el momento de ser padres. Esta circunstancia fue descubierta por un naturalista británico hace 200 años, quien observó que los vencejos solo se posan cuando están criando y, aun así, lo hacen exclusivamente en el nido y en ningún otro lugar. Su habilidad y resistencia les permite alimentarse en el aire, y beben de charcas y lagunas mediante arriesgadas pasadas a ras de agua, sin tocar el suelo ni una sola vez.


La pericia aérea de estos animales alcanza tintes asombrosos cuando se disponen a pasar la noche, ya que los vencejos, como no podía ser de otra forma, también duermen en pleno vuelo. Con la puesta de sol estos animales finalizan sus erráticas acrobacias y se integran en un solo bando, que se eleva en amplios círculos hasta desaparecer finalmente de la vista. ¿A dónde se dirigen? Mediciones de radar han demostrado que tras alcanzar suficiente altura, los vencejos quedan suspendidos en el aire y en un estado de aletargamiento similar al sueño, aunque sin dejar nunca de aletear. En estas condiciones, mecidos por las corrientes de aire, han sido sorprendidos ocasionalmente por pilotos de aviones a altitudes de casi 2.000 metros, donde permanecen toda la noche hasta que, al amanecer, bajan de nuevo en bandadas que se disgregan cerca del suelo.


Se dice que el vencejo real es la máquina más perfecta para volar, ya que además de alcanzar velocidades de 200 km/h, es increíble la manera en que puede cambiar el sentido en pocos metros, o incluso la velocidad a la que puede llegar a entrar en sus nidos. Esto se debe a que es el ave con la anatomía más aerodinámica de todas. De hecho, está tan adaptado al aire que por eso resulta tan torpe para moverse en tierra firme, con esas patas cortas y prácticamente inservibles.


Se trata del único pájaro conocido que puede cambiar su rumbo y hacer rodeos para evitar zonas tormentosas, ya que pueden predecir con suficiente antelación la llegada de los frentes o las bajadas térmicas. Cuando se acerca una borrasca a su territorio, los vencejos prevén su llegada y se desplazan delante de ella, eludiéndola. Las aves desaparecen y aparecen después en gran número en otras regiones, a menudo a cientos de kilómetros de su lugar de origen. Una vez pasado el mal tiempo, los vencejos regresan a su área inicial y continúan la crianza de sus hijos como si no hubiese pasado nada.
La población española es poco conocida. La estimación mínima de 9.000 parejas debe revisarse al alza, pues solo en Cataluña se cree que hay 10.000-18.000; por tanto, parecen más realistas cifras en torno a 30.000- 50.000 parejas. En Europa se contabilizan más de 100.000 parejas, con las poblaciones principales en Turquía, España y Croacia.

 

Alimentación

Los vencejos capturan infinidad de pequeños insectos, los cuales llegan a formar auténticos enjambres suspendidos sobre pueblos y ciudades. Para cazarlos se limitan simplemente a abrir la boca, que en estos animales es un auténtico embudo. Aun así, las presas son tan pequeñas que los padres necesitan aportar diariamente más de 40.000 insectos para poder alimentar a su progenie. A fin de dar una idea de la gran cantidad de invertebrados que un vencejo es capaz de atrapar, diremos que en una sola ceba a una de sus crías se pudieron contar hasta 600 pulgones.


Las presas más comunes son hemípteros (chinches), himenópteros (avispas y hormigas), pequeños coleópteros y arañas. En zonas donde coincide con otros vencejos suele cazar a más altura y puede capturar presas de mayor tamaño.

 

Cabeza-vencejo-real

 

Reproducción

Realiza una puesta anual. La temporada de cría se extiende entre abril-mayo y agosto. Es una especie colonial, normalmente con colonias de pequeño tamaño, de 10-20 nidos, que muy raramente superan las 50 parejas. El nido es una copa de unos 8-13 centímetros de diámetro y 4-10 centímetros de profundidad, elaborada con plumas aglutinadas mediante materia vegetal y saliva. Puede instalarlo en huecos y grietas de rocas y edificios, o bien adherirlo en superficies verticales; en el primer caso, el nido es más ancho y plano que en el segundo. Copula tanto en vuelo como en el nido. Habitualmente pone dos o tres huevos de color blanco, de forma alargada. Parece ser que ambos sexos incuban, alternándose en cortos períodos, durante 19-21 días. Los pollos son alimentados por ambos adultos, que traen al nido y regurgitan unas bolas formadas por insectos, transportándolas en la bolsa de la garganta. A las 6 semanas ya vuelan bien, pero la salida del nido puede retrasarse en función de condiciones meteorológicas diversas que impiden una alimentación regular. Tiempos lluviosos retrasan bastante la cría, viéndose los vencejos obligados a cazar en pleno crepúsculo. Alcanzan la madurez sexual a partir del segundo año.


En estas circunstancias adversas la ausencia de los padres durante varios días no entraña peligro alguno para la pollada. Tan pronto como los padres se marchan y cesa el suministro de alimento, las crías entran en un periodo de letargo durante el cual su gasto energético disminuye hasta niveles sorprendentes. Pueden mantener este letargo hasta 10 o 12 días, tiempo más que suficiente para el regreso de los padres y la vuelta a la normalidad.


Arn-Willi (1960) estudió bien una colonia en Suiza, anillando muchos ejemplares. Determinó que el 75 % siguen criando en el mismo nido durante 2-3 años consecutivos y comprobó asimismo que, en los años de sus experiencias, 54 parejas se mantuvieron unidas en el mismo nido por entre 2 y11 años. Algunos de los vencejos anillados rebasaron edades de 18-19 años. Bernis (1970) cita los ensayos que se realizaron con vencejos suizos que fueron anillados y transportados a Lisboa en avión. De un primer grupo de 28 adultos desplazados, se dieron al menos 12 retornos a la colonia y una de estas aves estaba ya en su nido al tercer día de haber sido liberada en Portugal.

 
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