Revista 117
Número 117

Búho chico

El búho chico, Asio otus, está entre las aves de presa menos conocidas, sin duda a causa de sus costumbres eminentemente nocturnas, ser poco activo y no emitir su voz con la frecuencia con que lo hacen otras aves de su misma familia, como el Cárabo Europeo, Strix aluco.

 

Búho-chico-en-bosque

 

De aspecto estilizado y elegante, el búho chico luce un abigarrado plumaje de tonos ocres, leonados y pardorrojizos, finamente decorado por punteados y por suaves listas que lo mimetizan perfectamente con el boscoso medio que frecuenta. Como otras rapaces nocturnas, presenta una cabeza redondeada y rematada por «orejas» (penachos cefálicos que en este caso son particularmente largos y móviles, y que sirven tanto para descomponer la silueta del ave como para indicar excitación o miedo). En la cara de este búho destaca vivamente un ribete de plumas blancas, en forma de x, que enmarca el pico y los ojos de un bello color anaranjado. Los jóvenes presentan un diseño de plumaje muy semejante, aunque mucho menos contrastado, al de los adultos. Cuando alza el vuelo -ondulante, tranquilo y silencioso-, esta rapaz nocturna descubre sus largas y estrechas alas, adaptadas a la caza en las lindes y los calveros del bosque

 

Costumbres

Cuando permanece posado durante el día lo hace, casi siempre, bien erguido y pegado al tronco de un árbol de forma que, a no ser que se ponga una especial atención, puede confundirse con la rugosa corteza de los árboles y pasar desapercibido. Prefiere bosques de coníferas, pero también ocupa otro tipo de árboles. Así, durante la reproducción se le ve a menudo en robles y castaños en toda la zona cantábrica, y buscan cobijo en el invierno en especies arbóreas de hoja perenne. También se oculta en nidos abandonados o viejos de urracas y cornejas. Al volar lo hace con gran habilidad, zigzagueando entre las ramas de los árboles y no haciendo ningún ruido. Rara vez se le puede ver al descubierto.
El búho chico es, probablemente, la más discreta y silenciosa de nuestras rapaces nocturnas y, aunque posee una gran variedad de vocalizaciones, durante la mayor parte del año su carácter es sumamente sigiloso. El canto del macho consiste en un profundo y melancólico ululato, repetido cada 2-2,5 segundos y parecido al del búho real, pero más rápido y menos rotundo. La hembra tiene un canto más agudo, áspero y nasal. La voz de alarma es un raspante «ruack-ruack». Como otros búhos, también produce chasquidos con el pico y las alas.


En la mitad norte de su área de distribución, esta rapaz se comporta como migradora, en tanto que en el sur es sedentaria o realiza desplazamientos de corto radio. La invernada de los ejemplares norteños se produce en latitudes templadas de Europa, así como en el norte de África; las penínsulas mediterráneas y el sur de Francia acogen a buena parte de las poblaciones invernantes, que en esta época del año tienden a mostrar un carácter bastante gregario. El volumen de migrantes y la magnitud de sus desplazamientos están muy relacionados con la disponibilidad de alimento, de manera que, en localidades apropiadas donde abunden las presas, puede congregarse un buen número de individuos.

 

Hábitat

Aunque depende estrechamente de las formaciones boscosas para criar, el búho chico prefiere zonas con arbolado disperso, bosquetes-isla y sotos ribereños, y se instala junto a claros y linderos si se trata de un bosque muy extenso. La especie siente especial predilección por los pinares, asentándose incluso en los de repoblación. Ocasionalmente puede llegar a ser abundante dentro de los núcleos urbanos.

 

Alimentación

La captura de las presas que constituyen su dieta la efectúa exclusivamente durante la noche y la potencia y agudeza de su vista deben tener pocos rivales entre los demás pájaros. Los micromamíferos capturados son muertos con un picotazo fuerte y preciso en la nuca que parte en dos el cráneo, aunque también la presa puede morir con una fuerte presión de las garras.


Los estudios para determinar las presas tomadas por el búho chico son muy numerosos y variables en cuanto a las especies capturadas, según la microfauna de mamíferos de cada región o país. Ciñéndonos a lo referente a la Península Ibérica podemos asegurar que la dieta de esta especie no

Clasificación científica

Nombre común

Búho chico

Nombre científico:

Asio otus

Familia:

Strigidae

Orden:

Strigiformes

Longitud:

36 cms aprox.

Peso:

De 200 a 335  g.

Envergadura:

97 cm aprox.

Longevidad:

Hasta 15 años

Estatus:

Residente

difiere mucho de la de la lechuza común. Fundamentalmente está compuesta por roedores. Sin embargo, es en la frecuencia con la que consume otros vertebrados donde se encuentran algunas diferencias con la lechuza común Tyto alba. La escasa representación de micromamíferos insectívoros, en particular las musarañas, constituye una característica destacada. Otra, la presencia en los restos obtenidos de egagrópilas de gran número de pájaros pequeños.


 La presencia de buen número de aves en la dieta parece estar ocasionada, muchas veces, por desfavorables condiciones climáticas. Una espesa capa de nieve sobre el suelo incapacita prácticamente al búho chico para efectuar la captura de sus presas habituales, lo que le obliga a capturar pequeños pájaros. El gran número de especies de pájaros capturados por el búho formarían una relación interminable. Bástenos decir que los gorriones son las presas más frecuentemente reconocidas.


Los insectos también están presentes en la dieta de esta especie. Entre ellos los ortópteros y coleópteros son los invertebrados más a menudo capturados. El grillo cebollero, Gryllotalpa gryllotalpa, y los grillos campestres, Gryllus spp, están entre los más abundantes de los ortópteros.

 

Reproducción

El búho chico es en general un temprano nidificante. En el mes de febrero ya ocupa su zona cada una de las parejas, con gran fidelidad al sitio donde lo hicieron el año anterior. En esos últimos días invernales sus vuelos sobre el bosque son continuos y el macho los hace en círculos sobre el posadero de la hembra. Cuando llama con su típico ulular, aquella le contesta, pero en tono diferente. El nido típico de un búho chico ocupa el viejo de una urraca, una corneja, paloma torcaz e incluso en el de un gavilán.


En los pinares el Asio otus es uno de los primeros pájaros que llegan y puede elegir entre nidos de cuervo, corneja, grajilla y urraca. La estructura de los nidos viejos es aprovechada, recubriendo el interior con plumas propias y también, en algunos casos, plumas y acículas de pino. Las especies arbóreas utilizadas en el centro-norte de la Península Ibérica son fundamentalmente pino negral, Pinus pinaster, pino silvestre, Pinus silvestris, pino piñonero, Pinus pinea, alcornoque, Quercus suber, encina, Quercus ilex, etc.


La puesta suele consistir normalmente en cuatro o cinco huevos, pero las de tres no son raras. Seis e incluso ocho parecen excepcionales. Son de color blanco y con poco brillo. La incubación se inicia normalmente con la puesta del primer huevo. Estos son puestos en días alternos y, a consecuencia de ello, los pollos nacen con una gran diferencia de edad. La incubación se efectúa por ambos sexos.

 

Búho-chico-con-pollo


A los 25-27 días comienzan a nacer los pollos, que están cubiertos con un plumón blanco, corto y muy denso que les llega hasta las uñas de los pies. Durante la incubación uno de los adultos adopta un posadero fijo próximo al nido, en general en una rama del mismo árbol. Este búho realiza también funciones de vigilancia, pues al aproximarse los curiosos al nido inmediatamente los ataca, dando rápidas pasadas sobre sus cabezas. El primer pollo en nacer abandona el nido aproximadamente a los 23-25 días, aunque fechas anteriores (20 días) parecen bien comprobadas. Sin embargo, su estado no es precisamente como para independizarse y no vuelan, volviendo al nido para ser cebados y continuar allí el desarrollo. Debido al sistema de incubación de los adultos, las diferencias entre los pollos son muy notables y a veces sucede que cuando un búho joven está completamente emplumado, en el mismo nido otro de sus hermanos puede aún estar con el primer plumón. Varios ornitólogos coinciden en la posibilidad de que el búho chico ponga un huevo bastante más tarde que los otros. Este no es un hecho nuevo en el mundo de los pájaros. Una especie bien estudiada, el aguilucho pálido, Circus cyaneus, también tiene esa particularidad.


En el nido los jóvenes búhos son alimentados con presas que aportan ambos adultos. Los micromamíferos son normalmente tragados enteros, pero las presas mayores y los pájaros no. Así, con frecuencia las ratas son descabezadas y comidas en dos o más veces y los pájaros son parcialmente desplumados. En las egagrópilas están casi siempre ausentes las plumas de las alas y cola y a menudo también falta el cráneo.


Los pequeños búhos hinchan el plumaje y bufan cuando se les intenta coger. Los demás pájaros sienten por el búho chico una gran aversión y a menudo se descubre su presencia por el griterío que aquéllos organizan alrededor del posadero del búho. En especial el arrendajo, Garrulus glandarius, y los carboneros y herrerillos, Parus spp.


Una vez que han abandonado el nido los pequeños búhos siguen a sus progenitores y forman grupos familiares durante los meses otoñales. A veces estos se unen entre sí y alcanzan cifras sorprendentes: todos buscan cobijo en un determinado árbol, que suele ser algún pino u otra especie de hoja perenne.
En el norte de Iberia, donde la especie está bastante más diseminada, las concentraciones son menores y siempre se limitan a una sola familia. Su sedentarismo en la zona cantábrica es grande y únicamente cabe señalar desplazamientos dentro de la misma zona, buscando refugio en especies no caducifolias.
El búho chico es un pájaro que mantiene su densidad estable en los bosques de Iberia y que no puede considerarse especie abundante. Sin embargo, existe mayor concentración en los pinares de la meseta castellana que en áreas próximas a la costa mediterránea, atlántica y cantábrica.


El búho chico es una especie muy extendida por Europa, no faltando prácticamente en ningún país (salvo en Islandia y la mitad norte de Escandinavia), y siendo más abundante en el centro del continente que en los países mediterráneos.

 
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