Revista 62
Número 62

AperturaRecópolis

 

Recópolis se construyó por orden del rey Leovigildo en el año 578, para conmemorar la consolidación del poder real y el estado conocido como reino visigodo de Toledo. Se le dio el nombre de Recópolis en honor del futuro rey Recaredo. Es uno de los pocos núcleos que se conservan de la cultura visigoda. Fue un centro administrativo, político y económico reflejo de lo que fue el reino de Toledo.

 

El yacimiento se halla sobre el Cerro de la Oliva. Desde este promontorio el asentamiento, domina la vega del río Tajo, cuyo meandro rodea la ciudad por el norte, sur y oeste. En este privilegiado emplazamiento, los Visigodos ejercían la caza, la pesca, la equitación y la cetrería que tanto les apasionaba.

Recópolis es una de las dos ciudades fundadas por los godos en España, la otra es Victoriacum, en Álava, origen, al parecer, de Vitoria. Son las únicas ciudades de nueva planta en la Europa occidental entre los siglos VI al VIII. Construida por Leovigildo en honor de su hijo Recaredo en el 578, como sede de éste en su condición de rey asociado y abandonada en el siglo X, después de ser habitada por los musulmanes con el nombre de Madinät Raqqubal, posee los restos del más importante palacio de ese periodo y fue la fundación real más antigua de esa época de la historia europea.

 

Se trata de un núcleo urbano de gran valor histórico en el que, siguiendo modelos urbanísticos bizantinos, se incluía tanto su función de residencia real como la administrativa y de gobierno. La trascendencia de estos datos ha sido ratificada por los descubrimientos arqueológicos que incluyen, dentro de una planificación urbanística escalonada, palacio, iglesia palatina, murallas, acueducto, zonas comercial y de viviendas, calles, fábrica de moneda y canteras. Todo ello dentro de un territorio de alto valor ecológico, de cultivos mediterráneos, riqueza ganadera y mucha caza, en un paisaje que no ha sufrido grandes transformaciones. La parte habitada ocupaba una extensión de 30 Ha. y el recinto, rodeado de murallas sólidas formadas por lienzos de sillarejo, con torres cada 30 metros y con una única puerta de entrada al oeste, se componía de dos núcleos diferenciados: la «villa alta» y la «villa baja». En la zona más alta, a la que se accedía por una puerta monumental también al estilo bizantino, se encuentran los restos de un gran conjunto palatino y los de la iglesia, comunicados entre sí. En la "villa baja" se instalaban los servidores, los hombres de armas y el resto de habitantes de la Ciudad-Palacio.

 

El palacio, de grandes dimensiones ya que tenía 133 m. de largo por 9 de ancho, era una construcción con forma de nave rectangular con soportes centrales, lo que hace suponer un tejado a dos aguas. Todo el edificio era de dos plantas y, por los restos de decoración y de pavimentos encontrados, la superior debió ser la de mayor relevancia. Tenía torreones cilíndricos en su costado interior.

 

La iglesia, cuyos restos se encuentran debajo de los de la pequeña ermita románica de Nuestra Señora de Recatel, es posiblemente la última iglesia visigoda arriana y, por la estructura de su planta es claramente de la fase de transición y se puede considerar como un antecedente de las iglesias cruciformes.

 

En cuanto a la técnica de construcción, los edificios principales eran de sillería en arenisca y piedra de toba, extraídas de las canteras próximas y talladas en la propia cantera con técnicas romanas, mientras el resto de los edificios eran de mampostería. Las cubiertas eran generalmente de teja curva, a dos aguas, sobre estructura de madera.

 

También es interesante destacar los restos esculpidos que se han encontrado, en los que se mezclan los capiteles, cimacios y canceles de la iglesia que ya hemos mencionado, tallados a dos planos con técnicas habituales visigodas, con otros de tipo paleocristiano quizá procedentes de sarcófagos.

 

Recópolis se convirtió en una ciudad muy dinámica, con sus transformaciones y cambios durante época visigoda (S VI-VIII) y de la primitiva época andalusí (S VIII- mitad IX). A mediados del S IX, ya abandonada la ciudad, sus restos sirvieron como cantera para construir la nueva ciudad andalusí de Zorita. A finales del S XII, ya consolidada la conquista cristiana, se asienta en lo alto del cerro una comunidad de campesinos que aprovecha las ruinas visigodas y construyen la iglesia y sus viviendas.

 

Sus restos, conocidos desde antiguo, fueron excavados parcialmente en 1944 y 1945, tarea continuada entre 1976 y 1978, confirmándose que se trata de Recópolis.

 

En el año 2005 se creó el Parque Arqueológico de Recópolis, que incluye un centro de interpretación del yacimiento. Este centro actualmente se encuentra cerrado debido a los recortes, La directora del parque, así como el personal de mantenimiento y guías han sido despedidos.

 
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