Revista 64
Número 64

Puerta MurallaAlmonacid de Zorita

La villa de Almonacid de Zorita se sitúa en la comarca de la Alcarria Baja, o en lo que desde un punto de vista geohistórico se conoce como tierra de Zorita. Está enclavada en un amplio valle en torno al Tajo, el cual conforma, en gran medida, su paisaje.

 

El topónimo Almonacid de indudable origen árabe, es interpretado tradicionalmente como Almunia-sidi, «Huerta del Señor», aunque otra interpretación es que provenga de la palabra árabe Almones, «El Monasterio». Quizá existió algún pequeño cenobio de caballeros calatravos por ser zona fronteriza en la Edad Media.

En la segunda mitad del siglo XII, se constituyo el Común de Zorita (forma de organización del territorio de Castilla la Nueva) del que formaba parte el concejo de Almonacid con categoría de aldea, pertenecientes a la Orden Militar de Calatrava. A mediados del siglo XV adquirió el título de villa.

En el siglo XIV se construyó una muralla en torno a la población que abarcaba, por aquel entonces, prácticamente todo el casco urbano que actualmente conocemos, lo que da una idea de la importancia que habría alcanzado. Aún hoy se pueden apreciar dos de las cuatro puertas que tenía, al este la de Santa María de la Cabeza (frente al cementerio) y al oeste la de Zorita.

A lo largo del siglo XIV el término de Almonacid aumentó considerablemente debido, en buena parte, a las compras por parte de los vecinos y del concejo: de esta época data la compra del término de la Bujeda.

Ya en el siglo XIII la Orden de Calatrava había cedido parte de sus derechos de riego al Concejo y vecinos de Almonacid y en 1325 la Orden hizo progresiva cesión al Concejo de otros derechos e impuestos. En esta época alcanzó a hacerse dueño de los molinos de Bolarque pleiteando contra la Orden que también los pretendía.

La orden de Calatrava organizaba sus posesiones en encomiendas a cargo de los caballeros más ilustres, la encomienda de Zorita fue uno de los enclaves clásicos de la Orden. Durante la Baja Edad Media se estableció la división de la Orden en tres Partidos: el de Calatrava, el de Andalucía y el de Zorita, este comprendía un total de siete encomiendas: Almoguera, Auñón, Fuente del Emperador, Huerta de Valdecarábanos, Otos, Vállaga y Zorita. La encomienda de Zorita comprendía las siguientes villas y/o aldeas: Almonacid, Albalate, Aldovera, Fuentelencina, Fuentenovilla, Hueva, Hontova, Illana, Moratilla, Pastrana, Yebra, La Bujeda, Escariche, Escopete, Torrejón, Villamayor, Valdeconcha, Conchuela y, por supuesto, la propia Zorita. Desde el siglo XIV la villa de Zorita fue despoblándose cobrando importancia las de Almonacid y Pastrana y distribuyendo entre estas dos poblaciones las funciones administrativas de la Encomienda, residiendo el comendador en esta ultima villa.

En el siglo XVI, la desamortización de los bienes eclesiásticos y de las Órdenes por parte del emperador Carlos que vendió Zorita y Pastrana, hizo que Almonacid se constituyese como cabeza de la Encomienda. Doña Ana de la Cerda, condesa viuda de Mélito, compró Pastrana en 1542, pero viendo las dificultades para construir en ella una casa fuerte pensó en Almonacid como cabeza de sus estados, pero el firme propósito de los vecinos de continuar siendo vasallos tan solo del rey les hizo comprar la villa por dos millones de maravedíes (cinco mil ducados) el 9 de junio de 1542.

El siglo XX trajo a Almonacid de Zorita nuevos aires: la construcción de la presa de Bolarque y del transvase Tajo-Segura, así como la posterior construcción de la central nuclear José Cabrera supuso un aumento de la población y el traslado de empleo desde las tradicionales labores del campo a la construcción y los servicios.

Almonacid cuenta con numerosas edificaciones de gran interés desde la época medieval como el convento de la Concepción, el convento de los Jesuitas, la ermita de Nuestra Señora Virgen de la Luz, la antigua ermita de Nuestra Señora Virgen de la Luz, la iglesia Santo Domingo de Silos, el humilladero y la ermita de San Antón.

También encontramos edificios civiles como la casa del Comendador, el rollo, la torre del Reloj, las fuentes de la plaza Mayor, del Gobernador y del Coso, la plaza Mayor porticada, el ayuntamiento, la casa palacio de la Condesa de San Rafael, el lavadero con sus fuentes, el manantial y lavadero de San Antón

Uno de los personajes ilustres a quienes Almonacid de Zorita dejó una huella más profunda fue sin duda al poeta León Felipe, quien llegó al pueblo en el verano de 1919 y permaneció en el durante un año regentando la farmacia local. Fue aquí donde el poeta escribió su primer verso, y donde se gestó su primer libro de poemas: Versos y Oraciones del Caminante. El poeta describía así el lugar: «… un pueblo claro y hospitalario. Las gentes generosas y amables… ¡Y tenía un sol! Ese sol de España que no he vuelto a encontrar en ninguna parte del mundo y que ya no veré nunca. Me hospedaron unas gentes muy buenas, con quienes yo no me porté muy bien. Y ahora quiero dejarles aquí, a ellas y a aquel pueblo de Almonacid de Zorita… a toda España, este mi último poema. La última piedra de mi zurrón de viejo pastor trashumante».

 
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