El Casar
Después de cinco años de ilegalidad y más de 60 denuncias Pablo Sanz ha ordenado el cierre de la Emisora de El Casar.
La ley de medios audiovisuales
vigente en Castilla-La Mancha impide a una emisora municipal
conectar con otra de tipo comercial. Así lo establece el Decreto
59/1998 de 9-6-1998, por el que se regula la gestión indirecta del
servicio de radiodifusión sonora de ondas métricas con modulación
de frecuencia, así como la Ley 10 de 19-03-97 de Medios
Audiovisuales de Castilla-La Mancha. La ley también exige que la
potencia máxima de emisión no supere los 50 W. Por último, la ley
exige que la gestión de las emisoras municipales se realice con los
medios económicos propios del consistorio y prohíbe expresamente la
emisión de publicidad o contenidos comerciales. Lamentablemente la
radio de El Casar incumplía todos estos requisitos desde el
comienzo de sus emisiones.
Según la información aportada por el Ayuntamiento, en mayo de 2008
el anterior alcalde, el socialista Ramón Vidal, firmó con Raúl
Cisneros García, administrador único de la empresa Broadcasting 10,
un contrato para la gestión de la radio municipal. Posteriormente
Broadcasting 10 cedió la explotación de la emisora a Punto Radio.
Vidal dijo entonces que su propósito era dotar de una Radio
Municipal a El Casar sin coste alguno para el Ayuntamiento. A
cambio del soporte técnico aportado por Broadcasting 10, el
Ayuntamiento debía ceder gratuitamente a Punto Radio la gestión de
la emisora y un local en el Silo para usarlo como estudio
radiofónico. Además, Punto Radio se quedaría con todos los ingresos
por la emisión de publicidad durante los diez años de vigencia del
contrato. Negocio redondo para la emisora comercial.
Mediado el año 2009 La emisora comunitaria Radio Enlace, ubicada en
el barrio de Hortaleza (Madrid) y con más de veinte años de
existencia, solicitó reiteradamente una reunión con Ramón Vidal
para comunicarle que la potencia de emisión de la Radio Municipal
sobrepasaba el límite de 50 W marcado por la ley y causaba
numerosas interferencias en las emisiones de la radio comunitaria
en su ámbito de emisión: los barrios del norte de Madrid. Vidal
nunca acepto reunirse con los responsables de Radio Enlace y los
remitía al entonces director de Punto Radio El Casar, Jaime Adrada,
demostrando así que el Ayuntamiento no tenía ningún control sobre
la radio municipal. Pronto quedó claro que los intereses de Punto
Radio no eran el servicio público y social, sino los puramente
comerciales. Rápidamente la radio se fue vaciando de contenidos y,
desde hacía varios años, solo emitía publicidad y música,
convirtiendo lo que debería ser un ejemplo de buenas prácticas en
un lamentable atropello político basado en la prepotencia del más
fuerte y que infringía todas las normas elementales de coordinación
y respeto a otras entidades.
Durante sus cinco años de vida la radio de El Casar acumuló más de
60 denuncias de particulares y otros medios de comunicación por el
uso fraudulento de la emisora municipal. Vidal archivó
sistemáticamente todas las denuncias. Quizá pensaba que ocultando
el problema Punto Radio podría seguir actuando impunemente desde la
ilegalidad. Pero no fue así.
El verano pasado, la emisora municipal gestionada por Punto Radio
fue objeto de dos actos vandálicos que destrozaron parte de los
equipos de emisión, pero en unos pocos días se repuso el material
y, según el actual alcalde, Pablo Sanz, el estudio de emisión se
trasladó desde el Silo al domicilio particular de Raúl Cisneros,
administrador de Broadcasting 10.
A principios de marzo de este año el grupo Vocento, propietario de
Punto Radio, se fusionó con la Cadena COPE y esta emisora,
relacionada con la Iglesia, tomó el control de todos los postes de
emisión de Vocento a través de los que emitía ABC Punto Radio en
España. Ello ha supuesto la desaparición nacional de Punto Radio y
el despido de todos sus empleados. Según estos «El cierre de ABC
Punto Radio se debe principalmente a una malísima gestión tanto por
parte de los directivos de Vocento, encabezados por diversos
consejeros delegados, como de los sucesivos directores que han
ocupado el despacho principal de la emisora». La verdad es que
viendo sus prácticas no nos sorprende.
Llaman la atención las declaraciones de Ramón Vidal, principal
responsable de la situación ilegal de la emisora municipal, tras el
cierre de la misma, en las cuales dice: «Lo que tenía que hacer el
Ayuntamiento era fomentar la radio como vehículo de comunicación
con los vecinos, sobre todo al ser un medio libre.
Lo que ha ocurrido es increíble. ¡Cómo se puede cerrar una radio
local!
A mí me tiene que venir un Juzgado para que la cierre, y no una
queja o denuncia de nadie. Es lamentabilísimo llegar a esta
situación en plena Democracia». Quizá el señor Vidal piense que en
la democracia la ley es de obligado cumplimiento para todos los
ciudadanos menos para él. Sin duda más pronto que tarde tendrá que
rendir cuentas ante la Justicia ya que, a sabiendas de que estaba
incumpliendo la ley de Telecomunicaciones, siguió con su plan de
«regalar» la frecuencia municipal a una emisora comercial,
incurriendo posiblemente en un presunto delito de
prevaricación.
La ley de telecomunicaciones en su artículo 50 establece las
sanciones para aquellos que cometan infracciones. Según expertos
consultados por Solana las infracciones cometidas por el
Ayuntamiento, como propietario de la frecuencia, están catalogadas
como muy graves y podría ser sancionado con una multa entre 60.000
y 1.000.000 de euros. Así mismo también es delito emitir música sin
pagar derechos de autor a la SGAE, como hasta ahora se venía
haciendo. Las multas por este concepto son muy elevadas. Nos
gustaría saber de dónde va a salir el dinero para pagar estas
sanciones en caso que se produzcan. ¿Las van a pagar el señor
Vidal, Punto Radio o Broadcasting 10? De sobra saben los implicados
que las multas las pagará el Ayuntamiento de El Casar, es decir,
todos los vecinos.