El limón ocupa un primer lugar dentro los
frutos curativos, preventivos y de aporte vitamínico,
lo que hace de él un gran eliminador de toxinas y un poderoso
bactericida.
Si bien es un fruto de sabor
ácido son tantas sus propiedades que este pequeño defecto se
transforma en una virtud luego de conocer las ventajas nutritivas y
curativas que nos otorga.
Posee en abundancia vitamina C que refuerza las defensas del
organismo para evitar enfermedades, sobre todo las de las vías
respiratorias que van desde un simple catarro, ronquera o
amigdalitis, hasta pulmonías, bronquitis, congestiones, gripe,
pleuresías, asma, etc. La vitamina C o ácido ascórbico posee un
gran poder desinfectante y tiene además una acción antitóxica
frente a los venenos microbianos y medicamentosos. Junto a la
vitamina C se encuentra la vitamina P que ayuda a tonificar los
capilares y vasos sanguíneos. Es llamada también vitamina de la
permeabilidad capilar, ya que sin ella los capilares sanguíneos se
vuelven frágiles y tienen peligro de romperse con facilidad,
provocando pequeñas hemorragias. Además, el limón ayuda a
cicatrizar heridas de todo tipo, aplicado interior y
exteriormente.
Es muy rico en minerales entre los que destacan el potasio
(elemento esencial para la vida y beneficioso para el tratamiento
de la hipertensión arterial), magnesio, calcio y fósforo, aunque
contiene también sodio, hierro y flúor.. Cuenta con algunas
vitaminas del complejo B (B1, B2, B3, B5 y B6). La vitamina B1
(tiamina) previene y cura la enfermedad del beriberi, cuyos
síntomas son parálisis, edema e insuficiencia cardíaca, E
interviene además en el metabolismo de los hidratos de carbono.
Tiene también vitamina PP (niacina) que previene contra la piel
áspera y la pelagra, enfermedad que se manifiesta por la
inflamación de la piel, mala digestión y alteraciones mentales.
Esta vitamina es muy necesaria para conservar la salud de la piel,
el aparato digestivo y el sistema nervioso.
En suma, el limón es un fruto que podríamos definir como medicinal
por excelencia ya que actúa como curativo en más de 150
enfermedades. En cualquier parte del organismo donde se encuentren
las toxinas, ya sea en la sangre, en los órganos o en los tejidos,
el limón, una vez ingerido, acude para combatirlas y expulsarlas
disolviendo sus acumulaciones.
En casos de intoxicación gastrointestinal o digestiones pesadas
y malestares del hígado y vesícula, por consumir alimentos en mal
estado o combinarlos mal, el limón actúa normalizando las funciones
alteradas, neutralizando las toxinas y ayudando en su eliminación.
Es además un gran reductor de microbios y el mejor protector contra
las enfermedades infecciosas. En los casos de fiebre, a excepción
de la fiebre reumática, ayuda a eliminarla, oxidando y excretando
los tóxicos que no han sido debidamente neutralizados y
eliminados.
El limón es bueno en casos de hipertensión, arteriosclerosis y
enfermedades cardiovasculares, porque activa la circulación de la
sangre ), y en enfermos de diabetes ayuda a evitar complicaciones
relacionadas con las arterias. También previene la formación de
cálculos renales y puede llegar a disolverlos lentamente.
Al igual que cualquier medicamento su consumo está directamente
ligado a las condiciones físicas de cada persona pues, si bien es
un gran aliado de la salud, también su consumo deberá ser
restringido frente a situaciones especiales que pueda estar
padeciendo un individuo, siendo en esos casos su consumo no
indicado. Está contraindicado, Por ejemplo, en casos de
desmineralización, descalcificación, anemia, raquitismo, fragilidad
de los huesos, inflamación de las encías, dientes flojos y muy
cariados, llagas en la boca y garganta, grietas en la lengua,
heridas en la piel, edad avanzada o niños débiles, insomnio,
acidosis, sensibilidad a los ácidos, estreñimiento crónico,
enfermedades de los nervios e inflamación de la próstata, de la
matriz, vejiga o esófago, así como mientras dura el período
menstrual.
La cantidad a consumir depende de cada persona y de su
constitución. Las personas de constitución fuerte lo toleran más
que los ancianos y los niños. Los obesos más que los delgados. Cae
mejor en verano que en invierno (el frío retarda su eliminación a
través de la piel). Dependiendo de estos factores se pueden llegar
a tomar desde pequeñas dosis de jugo de medio limón hasta el jugo
de tres limones diarios aquellas personas que lo toleran
bien.
Algunas sugerencias sobre cómo aplicarlo
* Para el dolor de cabeza colocar rodajas de limón sobre la zona
dolorida, sustituyéndolas por otras a medida que se vayan
calentando.
* Cuando hay dolores musculares, ciática, lumbalgia o dolores de
piernas y columna masajear con jugo de limón la zona
afectada.
* Para los pies, cuando están cansados o hinchados, hacer baños con
agua y zumo de limón.
* En caso de indigestión se puede combinar con una tisana de
manzanilla. Si es por problema hepático se combina con boldo o
diente de león.