Este año la vuelta al colegio ha
estado marcada por los recortes; hay menos dinero para el comedor,
el transporte escolar, las becas, los libros… Sin embargo no
creo que la falta de dinero sea la responsable de la alta tasa de
fracaso escolar de nuestro país, un 25 % según Eurostat.
No creo que los jóvenes españoles sean más tontos que el resto de
jóvenes europeos. Pienso que el fracaso escolar en España se debe
fundamentalmente a dos causas: el sistema de enseñanza y la escasa
preparación y motivación de los profesores.
En España se ha politizado la enseñanza sin ningún escrúpulo. Es
habitual que cada nuevo gobierno cambie la ley de educación.
Pedagogos y teóricos alejados de las aulas redactaron una LOGSE,
una LOCE, una LOE y ahora una LOMCE que hacen imposible el correcto
desarrollo de la actividad docente. Desde la administración se
desprecia la capacitación de los maestros. Podemos ver a profesores
de Matemáticas que tienen que dar clase de Historia o profesores de
Ciencias Naturales que tienen que dar clase de Inglés.
En noviembre de 2011, 14.110 aspirantes se presentaron a las
oposiciones de maestro convocadas por la Comunidad de Madrid, que
ofertaba 489 plazas. Esta prueba incluyó, por primera vez, un test
con preguntas de conocimiento de un nivel equivalente a sexto de
primaria, según indicaron desde la Consejería de Educación. El 86 %
de los 14.110 aspirantes suspendieron la llamada prueba de
conocimiento.
Contaba el expresidente Felipe González que en uno de sus viajes
por Escandinavia le pusieron como asistente a una joven del cuerpo
diplomático. Cuando González le preguntó cómo se había decidido por
la carrera diplomática, un poco avergonzada le respondió que a ella
le hubiera gustado ser maestra, pero que no tenía suficiente nota
para entrar en la carrera de magisterio. Para estudiar magisterio
en Finlandia hay que obtener más de un 9 en el expediente de
bachillerato y superar una prueba de aptitud. Parece lógico que si
queremos unos jóvenes bien preparados, sean los mejores de la
sociedad quienes asuman esa responsabilidad.
En la mayoría de las universidades españolas basta con un cinco de
nota media para cursar la carrera de magisterio, es allí donde
acaban muchos rebotados que no tienen nota ni aptitud para entrar
en otra carrera.
Para bien o para mal nuestras vidas han estado condicionadas por
los profesores que hemos tenido. Todos recordamos con respeto y
cariño a aquel maestro que nos hizo amar aquella asignatura que
tanto habíamos odiado. Pero también recordamos a aquellos que nos
hicieron aborrecer aquella materia que tanto nos gustaba, o
aquellos que directamente nos arruinaron la vida frustrando nuestra
vocación porque no estaban capacitados para ver nuestro
potencial.
Rogelio Manzano Rozas