Vivimos en un sistema tan poderoso como
perverso: el capitalismo. Desde sus orígenes en la
revolución industrial y a lo largo de los años ha desarrollado la
capacidad de absorber todos los movimientos sociales que lo han
cuestionado, vaciarlos de contenido y convertirlos en una moda
frívola y comercial, en una caricatura, en la que la mayoría de las
personas, falseando la verdad, prefieren parecer a ser. El
movimiento ecologista, en gran medida, también ha sucumbido al lado
oscuro.
Cada día se utiliza más la etiqueta «ecológico» como un gancho
para aumentar las ventas. Las estanterías de las grandes
superficies comerciales, buscando nuevos mercados, se llenan de
productos supuestamente ecológicos, naturales, biológicos… Para
muchos supuestos ecologistas su militancia se limita al consumo de
estos productos.
Una parte del movimiento ecologista ha caído en un sectarismo que
rechaza a todo aquello que no encaja en su esquema de lo que debe
ser la ecología. Algunos falsos ecologistas se han investido como
salvadores del mundo apropiándose de valores que siempre estuvieron
presentes en la gente del campo. Muchos de los ecologistas que
conozco provienen del medio urbano, y el contacto que han tenido
con la naturaleza ha sido a través del parque de su barrio.
Dentro de este heterogéneo rebaño hay que separar las churras de
las merinas. ¿Cómo distinguir un ecologista de un cretino? Muy
sencillo, un ecologista se relaciona con el mundo de un modo
intimo, consciente de su papel como depredador, trata al mundo con
delicadeza y respeto, y aunque podría ser un acaparador consumista,
solo toma aquello que necesita, lo imprescindible. Creo que el
ecologismo es una opción personal, una alternativa vital que tiene
que ver más con la manera de relacionarse con el mundo que con
buscar cambiarlo.
Las palabras que más sentido deberían tener para los ecologistas
son responsabilidad y coherencia, desgraciadamente creo que muchos
desconocen su significado. Hace poco leí una frase que decía:
«¿Quién es más ecologista? ¿Un vegano con un 4x4 o un carnívoro que
se mueve en bicicleta?» ¿Qué piensan ustedes?
Rogelio Manzano Rozas