Algar de Mesa se asoma como un balcón al hermoso valle del río Mesa, que en este pueblo se despide de las tierras de Guadalajara para internarse en la provincia de Zaragoza.
La parte más espectacular del río Mesa comienza en Algar. Este es el último pueblo de la provincia de Guadalajara, unos pocos kilómetros más al norte se encuentra Calmarza, que ya pertenece a la provincia de Zaragoza. Con apenas 50 habitantes, Algar de Mesa es el más pequeño de los pueblos de nuestra provincia situados en el impresionante cañón de piedra labrado por el río Mesa durante millones de años.
Sus estrechas y empinadas calles suben ladera arriba hasta llegar
a las eras donde antiguamente se trillaba la mies. Junto a ellas
hallamos los maltrechos pajares y las parideras donde antaño se
recogían los rebaños de cabras y ovejas. Desde las eras se domina
el manojo de casas que compone el pequeño núcleo urbano. La
carretera divide al pueblo en dos partes y la verdad es que su
recorrido no invita a parar: sin embargo, a pesar de las
apariencias, Algar de Mesa merece un alto en el camino para
apreciar sus viejas casas y, sobre todo, pasear por las orillas del
río y disfrutar de su famosa chorrera.
No lejos del pueblo, siguiendo el curso del río, se puede ver la ermita de la Virgen de los Albares. Dentro del casco urbano se encuentra, como edificio más destacado, la iglesia parroquial de Santo Domingo, que data del siglo XVI, aunque en el año 1944 fue completamente reformada debido a los destrozos que sufrió durante la Guerra Civil. Del edificio original renacentista se conserva la capilla mayor, que está cubierta de un sencillo artesonado de madera y que se encuentra separada del resto de la nave por un arco triunfal de piedra. En el centro del pueblo todavía se pueden ver las murallas de lo que fue el antiguo castillo, sobre las cuales se han construido algunas casas de moderna factura.
Todas las calles van a morir al río, donde se conserva el
maltrecho puente romano, castigado por tantas riadas. Junto al
puente se encuentran la chorrera y la pequeña central eléctrica,
que aporta uno de los pocos ingresos con los que cuenta el
pueblo.
Para los que piensen en visitar la zona, Algar de Mesa es el lugar
idóneo donde hospedarse, ya que cuenta con la única casa rural de
los alrededores, La Encina, donde además de dar un excelente
servicio se admiten animales. Además, se encuentra en el centro del
Cañón del río Mesa y es equidistante de todos los pueblos de
la zona.
Para los amantes de la Naturaleza, Algar cuenta con unos parajes
que bien merecen una visita. Entre la fauna podemos encontrar
truchas y cangrejos de río además de buitres y alimoches y también
son fáciles de ver los corzos y los jabalíes.