Según el diccionario de la Real Academia indecencia es un «dicho o hecho vituperable o vergonzoso». Como por desgracia abundan, pongamos unos ilustrativos ejemplos.
Este Gobierno ha destinado 17 millones de euros para que los comedores escolares puedan abrir este verano y que así miles de niños coman caliente al menos una vez al día, reconociendo así que tenemos un grave problema de pobreza severa y desnutrición; en las mismas fechas se han destinado casi 600 millones a fomentar la compra de camiones y turismos que son una subvención directa a las arcas de las multinacionales automovilísticas. Indecente es también la derogación del derecho al aborto alegando la defensa de la vida y abandonando luego en la pobreza y el hambre a los niños una vez nacidos.
720.000 euros recibirá cada uno de los jugadores de la selección
si ganan el mundial, además por supuesto de todos los demás
sueldos, gastos y fastos con cargo al erario público. Un mundial
para cuya celebración se ha desplazado a decenas de miles de
pobres, se han asaltado militarmente los barrios más pobres,
llamados favelas, se ha asesinado a niños de la calle, etc. para
ocultar al mundo que Brasil es un país indecentemente injusto y
brutalmente violento. Por eso los brasileiros decentes están en la
calle, denunciando que se dilapide tanto dinero, trabajo y recursos
en el negocio espectacular del fútbol.
Pero volvamos a este atribulado país nuestro en que se recortan
gastos en sanidad, educación y servicios sociales básicos y donde
hay cada vez más familias sin ingresos, más desahucios y más
sufrimiento social: el presupuesto militar de 2013 ascendió a
17.000 millones de euros, a los que hay que añadir la deuda
contraída con los fabricantes de armas: unos 32.000 millones que,
con los intereses, alcanzarán los 35.000 en 2015 y así van
creciendo desde que Aznar, en los tiempos de «España va bien», y
ZP, en los de «aquí no pasa nada», se liaron a comprar armas
modernas para un ejército que solo ha ganado guerras contra su
propio pueblo. No por casualidad el actual ministro de Defensa,
Pedro Morenés fue antes director de MBDA, la segunda empresa de
misiles más importante del mundo y acreedora de parte de esa deuda
fabulosa.
Los refugiados saharauis en Argelia son apenas 200.000, pero están
rodeados por 10 millones de minas antipersona (la palabra es en sí
indecente) que ha instalado el ejército marroquí, de modo que cada
refugiado saharaui toca a 50 minas por cabeza, de las cuales en
torno al 20 % se han fabricado en España por honradas empresas
dirigidas por honrados padres de familia.
Sin dejar lo castrense: una de las grandes proezas de nuestro
ejército en tiempos de Trillo y Aznar fue la gloriosa reconquista
del islote de Perejil a 200 metros de la costa de Marruecos, que
había sido invadido por un temible contingente de 4 soldados
marroquís armados con viejos fusiles máuser..., a finales de mayo
otro gobierno del PP permitió al ejército marroquí que se adentrará
en ese «suelo español», esta vez con muchos más efectivos, para
llevarse a unos pobres inmigrantes africanos que habían llegado
allí en balsas hinchables de juguete.
Indecencia es que se hayan metido en la banca privada más de
40.000 millones de euros para rescatarla de su mala gestión y ahora
tengamos que devolver ese dinero con intereses entre todos.
Pero no lo es menos el que Cruz Roja (supuesta ONG dirigida desde
hace 20 años por Juan Manuel Suárez del Toro, uno de los imputados
en el caso Bankia y presidente también de Caja Canarias) gane 67
euros por cada bolsa de sangre que dona gratis la ciudadanía en la
Comunidad de Madrid, cuyo gobierno pretende privatizar toda la
recogida de sangre para hospitales.
Indecente es que el hotel ilegal del Algarrobico, en Almería, siga
en pie mientras se derriban chabolas e infraviviendas habitadas por
familias enteras que carecen de recursos.
Indecencia es que, con la reforma de la justicia universal
acometida por el PP, se haya liberado a más de 50 narcos de los que
mueven cocaína por toneladas, mientras que con la reforma del
código penal se endurezcan las penas por consumo de marihuana y
cultivo para el autoconsumo... ¿alguien le encuentra sentido?
Fernando Llorente Arrebola