El Casar
Manuel Abádez era uno de los vecinos más conocidos y queridos en El Casar. Su pasión fueron las motos clásicas, a las que dedicó todo su tiempo cuando se jubiló.
Manuel Abádez nos dejó hace tres
años, un cáncer lo fue consumiendo poco a poco; sin embargo siempre
que sus fuerzas se lo permitían se escapaba al pequeño taller que
tenía al lado de su casa. Allí pasó gran parte de su tiempo desde
que se jubiló. Para muchos vecinos y amigos, el pequeño taller de
Manuel era casi su segunda casa. Por allí pasaban los personajes
más peculiares del pueblo a comentar chascarrillos, otros le
llevaban algún trasto para ver si tenía arreglo y muchos se
acercaban solo para ver cómo resucitaba las viejas motos, que a
veces no eran más que un montón de hierros oxidados.
Este merecido homenaje quizás se debió hacer en vida. Manuel
comentaba con cierta tristeza como le hubiese gustado que el
Ayuntamiento le cediese un local para hacer un museo de motos
clásicas y que todos los enamorados de las dos ruedas pudiesen
admirar sus maravillosas máquinas, restauradas con tanto esmero. En
fin, más vale tarde que nunca.