El milano negro es una de las aves de presa más abundantes en Europa y en algunos países, entre ellos España, alcanza una gran densidad. Se trata de una especie que se adapta muy bien a cualquier nueva circunstancia que se produzca en la Naturaleza y, desde luego, su alimentación omnívora contribuye a mantener la actual alta densidad de la especie en todas partes.
Esta rapaz de mediano tamaño y coloración general bastante oscura se caracteriza por poseer unas alas más bien largas, así como una larga cola ahorquillada, si bien bastante menos que la de su cercano pariente, el milano real, que ofrece un aspecto más estilizado y es de mayor tamaño. El adulto luce una coloración considerablemente oscura en conjunto, aunque con la cabeza de color grisáceo y finamente listada; las partes inferiores se muestran algo rojizas y aparecen surcadas longitudinalmente por motas alargadas, en tanto que las coberteras alares presentan bordes bastante claros, por lo que definen un característico dibujo dorsal. La cola es marrón-grisácea con abundante barrado. El plumaje del joven es más claro y ostenta un patente moteado pálido en las regiones ventrales, mientras que en las dorsales las coberteras aparecen orladas de color crema, lo que le otorga un aspecto escamoso. La cola no es tan ahorquillada como en el adulto (a veces incluso carece de escotadura), en tanto que las alas, en su parte inferior, muestran dos grandes parches más claros que el resto, aunque no demasiado evidentes. El plumaje de adultos lo adquieren al cumplir el primer año de vida. En vuelo, el milano negro es un ave ágil que muestra una extraordinaria capacidad para maniobrar en el aire. aunque no resulta tan elegante como el milano real.
Sus costumbres en Europa no son exactamente iguales a las que tiene en Africa durante el invierno, porque en este Continente forma grandes bandos que merodean por poblados y lugares habitados, actuando con extraordinaria audacia y recogiendo desperdicios junto a las construcciones humanas entrando en muchos sitios en competición con el propio hombre. Se citan casos muy frecuentes de agresividad al hombre e incluso de capturas de animales domésticos pequeños delante de sus propios dueños. No hay duda que esta audacia de la que hace gala y la alimentación tan poco especializada contribuyen a mantener su abundancia. Su vuelo es boyante y patrulla
Milano negro
Milvus migrans
Accipitridae
Falconiformes
55-60 cm
130-155 cm
Macho: 600-800 g.
Hembra: 75 -1.100 g.
Hasta 20 años
Migrador
incansablemente como lo hace el milano real pero sin escudriñar tan intensamente el suelo y obteniendo en general presas más fáciles. Vuela a una altura variable entre 30 y 100 metros del suelo y más raramente a 200 metros. Cuando busca comida, vuela lentamente y de forma muy rutinaria siguiendo una misma ruta insistentemente y regresando por ella sin apartarse mucho. Repentinamente inicia descensos muy rápidos hacia el suelo para tratar de capturar una presa. También pueden perseguir a otros pájaros al vuelo, pero parece que esto les resulta poco eficaz. Sin embargo, les es fácil la captura del Escarabajo de San Juan (Melolontha) y otros escarabajos zumbones y de vuelo lento como el Ciervo Volante Lucanus cervus.
En la España central vive en toda clase de terrenos, si bien
parece rehuir los bosques de montaña cerrados y extensos. Abunda
extraordinariamente en las arboledas próximas a zonas de monte
bajo, pastizales, cultivos, vegas fluviales y núcleos de población.
Para anidar elige, preferentemente, grandes pinos, sobre todo Pinus
pinea, donde los nidos son muy difícilmente expoliables. Sin
embargo, en otras zonas de la Península construye los nidos en
otras especies arbóreas como alcornoques Quercus ruber, encinas
Quercus ilex, robles Quercus robur, haciéndolo ocasionalmente en
una cornisa e incluso en el suelo.
Las parejas se establecen generalmente en los mismos lugares del
año anterior, pero no está comprobado si se mantienen fieles
durante el invierno en el supuesto de que los dos sobrevivan. Al
ocupar la zona de reproducción representan un cortejo muy
espectacular con vuelos rápidos a gran altura, descensos en picado
y sobre todo vuelos uno contra otro que frenan en el mismo momento
del choque, extendiendo las garras hacia adelante. También el macho
con frecuencia da vuelta en el aire, dirigiendo las patas hacia
arriba hasta tocar a las de la hembra que vuela sobre él. Para la
construcción del nido usan muy variados materiales, pero llama
extraordinariamente la atención la carencia en él de hojas verdes,
lo mismo que sucede en los nidos de milano real, y en cambio es muy
abundante y variada la decoración interior a base de papeles,
plásticos, trapos, corchos, pieles secas, etc.. Los nidos de milano
negro no son muy grandes cuando están construidos por primera vez,
no teniendo generalmente más de 45 a 50 cm. de diámetro, pero sí
una copa bastante profunda y bien arreglada. El mismo nido puede
ser usado año tras año.
Sus preferencias alimentarias están marcadas por el más absoluto eclecticismo, por lo que en su dieta se incluyen las más variadas presas, desde pequeños roedores hasta conejos, además de aves, anfibios, reptiles, peces y grandes insectos. Dado que sus capacidades predadoras no son muy notables, es frecuente que capture, sobre todo, presas disminuidas, enfermas o jóvenes. De hábitos marcadamente carroñeros, esta rapaz se encuentra muy ligada a la existencia de basureros, muladares, granjas, pueblos y, en general, a cualquier actividad humana que le pueda proporcionar alimento fácil, como sucede en las carreteras, que el milano patrulla incansablemente a la búsqueda de las víctimas ocasionadas por el tráfico rodado. Frecuentemente practica el cleptoparasitismo (o robo del alimento a otros predadores), tanto hacia otras rapaces como hacia miembros de su misma especie. Por último, es un hecho habitual que los milanos negros exploten las situaciones de superabundancia de alimento que puedan producirse en el territorio que frecuentan, tales como plagas de topillos y langostas, concentraciones de peces y cangrejos en aguas poco profundas o picos de abundancia de conejos enfermos o muertos por mixomatosis. Los individuos no reproductores, muy móviles, tienden a concentrarse en puntos con abundancia de alimento, tales como basureros, muladares o mataderos, cerca de los cuales constituyen habitualmente nutridos dormideros.
La puesta consiste generalmente de dos o tres huevos en las
primeras semanas de abril en el Centro y Sur de España y algo más
tarde, finales de abril, más al Norte. El color de los huevos es
variable, blancos totalmente o con abundantes marcas de color
rojizo y también manchas violáceas o grises sobre el fondo
blanquecino. Algunos tienen rayas finas haciendo curiosos dibujos.
Son ligeramente más pequeños que los del milano real. Muchas veces
es necesario ver a los pájaros para poder identificar a qué especie
pertenecen con seguridad los huevos. La incubación dura 36-38 días
y la efectúa solamente la hembra, aunque se citan casos de machos
incubando durante cortos períodos. Lo normal, como en el milano
real, es que el macho permanezca posado en las cercanías del nido y
aporte casi el total de la alimentación para la hembra. Sin
embargo, ésta abandona el nido en cortos períodos y posiblemente
aproveche para capturar alguna presa. Los pollos al nacer tienen un
plumón muy sedoso de color blanco en la cabeza y el cuello y con
una mancha negra a través de los ojos. El resto de las partes
superiores es pardo rosado y por debajo son blancos.
A los 20 días comienzan a aparecerles las plumas y crecen con gran
rapidez de forma que a los 30 días ya están bien emplumados y andan
con soltura por los bordes del nido. A los 35 días comen solos,
pero cuando los adultos se acercan les solicitan alimento. A los 42
días dejan ya el nido, permaneciendo en zonas próximas a él, donde
son atendidos por la hembra. Se estima que la mayoría de los
jóvenes milanos comienzan la emigración cuando hace ya un mes o mes
y medio que han dejado el nido. A mediados de junio ya se ven en
Iberia pollos precoces, y más frecuentemente a finales de este mes.
Ocasionalmente también se encuentran pollos en el nido en agosto,
pero esta situación es más propia de bosques de montaña, donde la
reproducción comienza muy tarde.
Los primeros migrantes otoñales llegan a la Península Ibérica en
agosto, registrándose en este mes el paso más intenso, según se
pudo comprobar en el censo efectuado en el verano-otoño de 1972 por
un grupo español en la zona del Estrecho de Gibraltar. Puede
calcularse que de los 38.970 milanos negros observados entonces, el
90 por 100 pasaron en el mes de agosto hacia Africa. Posiblemente
en julio pasaron muchos que escaparon al censo y que podrían elevar
la cifra a 50.000.
La mayor parte de los milanos negros que se reproducen en Iberia
ocupan la zona occidental de la Península. Por lo menos la mitad de
los 50.000 milanos negros que pueden atravesar en el verano-otoño
el Estrecho de Gibraltar, son de origen Peninsular. En la costa
Cantábrica esta especie ha disminuido tanto que en extensas zonas
falta por completo o es muy rara como reproductora.
El milano negro inverna en Africa Tropical y el anillamiento ha
puesto en claro que los países en los que se establece son:
Senegal, Gambia, Guinea, Ghana, Togo, Nigeria, etc., donde en los
meses invernales se dice que se ven en todas partes asociados con
cigüeñas y garzas, comiendo pescado en los canales de los
arrozales. Allí se confunden frecuentemente con las subespecies
nativas, aunque es relativamente fácil su separación, porque los
nativos viven en parejas mientras que el milano negro europeo forma
grandes bandos y se concentra en los dormideros en cantidades de
varios centenares.