Revista 88
Número 88

Gallineta común

Resulta prácticamente imposible encontrar una zona húmeda, por pequeña o degradada que sea, que no cuente con la presencia de la adaptable gallineta común. La clave del éxito de esta especie radica -además de en su fecundidad- en su capacidad para adaptarse a cualquier ambiente y su dieta variada, que incluye desde plantas acuáticas a carroña.

Fotos: age

 

La gallineta Común Gallinula chloropus es una de las aves acuáticas más conocidas y abundantes en nuestras lagunas y zonas húmedas, sobre todo en el invierno. Las adultas tienen el plumaje del dorso de color pardo oliváceo oscuro, incluidas las alas. Por debajo son gris plomizo o pizarroso oscuro y tienen en los flancos unas finas plumas blancas oblicuas. Las plumas debajo del nacimiento de la cola son blancas con una franja central negra, colores que se ponen muy de manifiesto cuando el pájaro, al excitarse, levanta la cola En la frente tiene un pequeño escudete rojo y el pico es también de este color, menos el extremo que es amarillo. Las patas son verdes, con una estrecha banda o liga roja por encima de la articulación y tienen los dedos de los pies muy largos. El iris es rojo carmesí en primavera y verano y rojo pardo en el invierno. No hay dimorfismo entre sexos.


Las gallinetas jóvenes son de color pardo grisáceo oscuro, con el vientre blancuzco y el escudete y el pico verdosos. También las patas son verdosas y la liga amarillenta. Su identificación es relativamente fácil. A finales del invierno ya han adquirido un plumaje similar al de los adultos.

 

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Costumbres

Esta especie es mucho menos tímida que otras rálidas y, sobre todo, que las polluelas. Incluso cuando está mezclada con anátidas y fochas llega a acostumbrarse a las personas, a las que se acerca a pocos metros sin mostrar ningún temor. Cuando camina lo hace agitando la cola y, con frecuencia, desplegándola y mostrando el color blanco y negro de las plumas. También avanza la cabeza con cada paso y anda, deliberadamente, elevando cada pata cuidadosamente antes de apoyarla en el suelo. Aunque puede parecer que es reacia a iniciar el vuelo, cuando vuela bate las alas con fuerza y es capaz de recorrer grandes distancias, sobre todo en migración. Si inicia el vuelo desde el agua, corre por la superficie unos metros batiendo las alas y al elevarse lleva las patas colgando antes de pasar al vuelo directo. Cuando se ve sorprendida corre con rapidez a ocultarse entre la vegetación, ayudándose con las alas que bate ligeramente. Se posa en arbustos y ramas bajas de árboles, balanceándose en ellas y sujetándose muy bien con sus largos dedos. Cuando nada en aguas libres lo hace de forma boyante, moviendo la cabeza hacia adelante y atrás, igual que cuando camina. También bucea de vez en cuando, sobre todo si se ve amenazada. Bajo el agua nada muy bien ayudándose con las alas que bate ligeramente, una vez por cada metro de recorrido, aunque puede acompasar más los movimientos de patas y alas. Las gallinetas jóvenes se zambullen más a menudo. Si están alarmadas o se las persigue, antes de salir a la superficie asoman el pico y después, gradualmente, el dorso del cuerpo, mientras permanecen ocultas entre la vegetación. Cuando nadan en el agua capturan pequeños insectos acuáticos progresando en forma errática hacia un lado y otro y saliendo a tierra continuamente. Normalmente son solitarias, pero en lagunas y embalses pequeños puede haber grandes concentraciones que dan la sensación de que son gregarias. En realidad las gallinetas son pájaros muy inquietos y luchadores. Continuamente corren de un lado para otro o caminan despacio con la cabeza y el cuello en posición horizontal, buscando alimento entre la vegetación. En campos de hierba corta pueden concentrarse en gran número para comer. Si un día de otoño llega una gallineta a una pequeña charca o laguna, podemos tener la seguridad de que al siguiente habrá unas cuantas más y la concentración puede ser muy grande a partir de los primeros días de noviembre. Es un pájaro muy luchador y agresivo, sin importarle el tamaño de la especie a la que hace frente. Cuando luchan en el agua entre sí se lanzan una contra la otra levantándose de la superficie y chocando con las patas.

 

Hábitat

Este rálido es una especie muy tolerante y acomodaticia, que se instala sin dificultad en cualquier humedal con independencia de su estado de conservación o de su extensión. Es posible, por tanto, encontrar poblaciones de gallineta -a veces muy nutridas- en grandes marismas, lagunas, estuarios o deltas, en las riberas de los principales ríos, junto a embalses, acequias y canales, en estanques urbanos o en cunetas encharcadas e, incluso, en cursos de agua contaminados o zonas de vertidos de aguas residuales. No obstante, si ha de elegir, prefiere áreas de aguas tranquilas, con fondos arenosos o limosos y rodeadas de espesos cinturones de vegetación palustre o bosques de ribera.

 

Alimentación

Se alimenta con preferencia de materia vegetal. De los estómagos examinados se obtuvo un 75 % de vegetales y un 25 % de alimento animal. Aquella se compone principalmente de frutos y semillas (55 %), hierba (15 %), hojas, musgo, etc. (5 %). La materia animal está formada por lombrices de tierra (5,5 %), insectos (13 %), babosillas y caracoles (4 %), renacuajos (1,5 %) y diminutos peces (1 %). Los pollos comen sobre todo materia vegetal, pero también gusanos y larvas de insectos. Las semillas de Polygonum, Rumex, Potamogeton, Ranunculus, los frutos de múltiples arbustos y las bayas de los espinos, hiedra, tejo y otros, son comidas con fruición, normalmente cuando están caídas en el suelo aunque también las picotean en los mismos arbustos. En los parques de las ciudades, donde llega a acostumbrarse a la presencia humana sin mostrar temor alguno, come cualquier grano o alimento que se echa a otras aves acuáticas, sobre todo pan.

 

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Costumbres

Es fácil estudiar las curiosas costumbres que esta gallineta tiene durante los primeros días de la primavera. Aunque en el invierno se pueden ver muchas juntas en un estanque pequeño sin advertir más que una ocasional agresividad, que no va más allá de una amenaza con el pico o de una corta persecución sobre el agua, al llegar la primavera la gran territorialidad de esta especie se pone de manifiesto. Se dice que estas gallinetas se emparejan para toda la vida y que los machos buscan en el mismo estanque donde han criado el año anterior a la misma hembra, a la que cortejan con ardor defendiendo su territorio de otros machos, normalmente jóvenes nacidos el año anterior que se aproximan ante la presencia de la hembra. Primero ellos se aproximan uno a otro con las cabezas bajas y abriendo sus colas en abanico, de forma que el blanco y el negro de las plumas infracobertoras parece servir para asustar al respectivo rival. Pronto este simulacro se convierte en lucha abierta y en ella, además de levantar una considerable cantidad de salpicaduras y espuma, se golpean con el pico y las patas hasta que uno de ellos termina arrastrando al otro y medio ahogándolo bajo el agua. Como parece demostrado que las representaciones del celo están muy influenciadas por la bondad del tiempo atmosférico, no es extraño que en buenos días otoñales. e incluso en pleno invierno, varios machos luchen en presencia de una hembra. En cuanto el macho se ha librado de competidores inicia una serie de ceremonias y persecuciones no violentas a la hembra, nadando horizontalmente muy pegado a la superficie del agua y con el cuello bien estirado, tratando de destacar el blanco y negro de las plumas de la cola.

 

Reproducción

La gallineta común anida a muy variadas altitudes, desde el nivel del mar hasta poco más de 1.200 metros. Pero la reproducción también se efectúa en pequeños estanques de parques y jardines siempre que exista la vegetación adecuada. El nido está formado por hojas secas de carrizos, arbustos acuáticos, espadañas, etc., y situado entre vegetación acuática, donde forma un montón

Clasificación
científica

Nombre común:

Gallineta común 

Nombre científico:

Gallinula chloropus

Familia:

Rallidae

Orden:

Gruiformes

Longitud: 

32-35 cm. 

Envergadura:

50-55 cm.

Peso:

250-420 g.

Longevidad:

Hasta 15 años

Estatus:

Residente

de buen tamaño sobre la superficie del agua o en una isleta, con frecuencia al descubierto y siempre cerca del agua. Otras veces lo hace a cierta altura en ramas de arbustos y árboles que orillan el agua. Incluso utiliza viejos nidos de urraca Pica pica y arrendajo, Garrulus glandarius, construidos en arbustos cerca del agua. Parece ser que ambos adultos participan en la construcción del nido, aunque el macho aporta mucho más material. Estos empiezan muy pronto a preparar una plataforma flotante sobre la que se emplazará el nido, a menudo ya a mediados de febrero e incluso antes si el tiempo es bueno y soleado. La puesta normal es de 5 a 11 huevos. A partir de marzo ya se pueden encontrar puestas en lugares favorables por su temperatura suave. El color de los huevos es variable, pardo claro, grisáceo o. amarillento, con profusión de puntos y manchas pequeñas marrones o achocolatadas, a veces rojizas y las más menudas violáceas. Normalmente, la cría se desarrolla a partir de los primeros días de abril y puede haber hasta tres puestas anuales, pero en general solo son dos. La incubación es efectuada por ambos sexos, y empieza algunas veces con la puesta del primer huevo, aunque  normalmente es con el último. Como sucede en otras especies, las hembras pueden estar sentadas en el nido desde el comienzo de la puesta, pero lo hacen sobre los tarsos ligeramente flexionados y aún no hay incubación. Prueba de ello es que casi siempre los pollos nacen a la vez, después de 19-22 días. Durante dos o tres días permanecen en el nido y la hembra los cubre mientras el macho se acerca a menudo a cebarlos. Al bajar al agua nadan muy bien y picotean por ella, pero no existe evidencia de que sean capaces de alimentarse solos hasta las tres semanas de vida. Al nacer están cubiertos con un plumón negro, con brillo verdoso por encima y marrón negruzco por debajo, largo y sedoso, muy espeso, excepto en la cabeza y la cara donde las calvas tienen tonos rosas y azulados. El pico y el incipiente escudete son rojos en la base y aquel es amarillo en el extremo. Hasta las cinco semanas de vida dependen de los padres, pero a las seis o siete semanas ya vuelan bien. Cuando los pollos tienen aún pocos días, no necesariamente se refugian por la noche en el nido donde han nacido, sino en algún otro que el macho ha construido en lugar próximo.

 
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