Revista 89
Número 89

Plaza-aperturaAyllón

La villa de Ayllón se encuentra en la parte noreste de la provincia de Segovia, lindando con las provincias de Guadalajara y Soria. Durante muchos años, debido a su ubicación, fue la cabecera de una comunidad de villa y tierra que englobaba pueblos de las tres provincias denominada Comunidad de villa y tierra de Ayllón.

 

A la entrada del pueblo un cartel nos informa de que estamos en uno de los pueblos más bonitos de España; desde luego Ayllón tiene una gran riqueza arquitectónica y cultural. La villa medieval está catalogada como conjunto histórico artístico de carácter nacional desde 1973. Para entrar en el casco urbano hay que cruzar el puente románico sobre el rio Aguisejo, en el cual nadan confiados patos y cisnes sin que nadie les preste mucha atención. Tras cruzar el puente nos encontramos con una de las tres puertas que tenía la villa, conocida como «el arco» y que hoy es la entrada principal al casco histórico. En su parte superior destacan cuatro escudos que identifican a las cuatro familias más ilustres de Ayllón.


Nada más cruzar el hermoso arco nos encontramos con el Palacio de los Contreras, un edificio enorme y majestuoso levantado bajo las ordenes de Juan Contreras en 1497.  En su fachada destaca un cordón franciscano sobre la puerta principal y tres escudos de armas inclinados, algo totalmente inusual en la época. En su interior se pueden ver unos preciosos artesonados, perfectamente conservados, de diferentes estilos que indican el mestizaje cultural que vivió la comarca en la Edad Media.


Dejamos atrás el Palacio de los Contreras y llegamos a la plaza Mayor porticada que es el lugar más representativo de la villa y donde se pueden ver algunos de los edificios más emblemáticos del lugar. En uno de los extremos se encuentra el sobrio y elegante edificio del Ayuntamiento, que en

sus orígenes fue el primer palacio de los marqueses de Villena, y a su izquierda se encuentra la iglesia románica de san Miguel. En el centro de la plaza hay una fuente de cuatro caños, construida en 1892 para conmemorar el IV centenario del descubrimiento de América. Es una lástima que la plaza Mayor sea usada como aparcamiento: los coches colapsan la hermosa plaza y le quitan gran parte del encanto y belleza. Hasta ahora ningún alcalde se ha atrevido a regular el tráfico y el estacionamiento en el lugar ya que algunos comerciantes piensan que habría menos afluencia de público. Se equivocan, ya que el espacio que ocupan los vehículos lo ganarían las personas que podrían apreciar mejor la esencia medieval del lugar. De nada sirve presumir de ser uno de los pueblos más bonitos de España si los lugares más representativos se usan como parking.
Como ya hemos dicho uno de los edificios más interesantes de la plaza Mayor es la iglesia de san Miguel. Este edificio tiene un encanto especial. El edificio es fruto de la combinación de distintos estilos arquitectónicos. Los restos más antiguos de la iglesia datan del siglo XII aunque se hicieron añadidos y modificaciones hasta el siglo XVIII. El resultado es un conjunto equilibrado con un encanto y una magia  muy especiales. Hasta 1993 fue la casa del párroco, pero entonces se llevó a cabo su última restauración, que dio al edificio su aspecto actual. Hoy es sede de la Oficina de Turismo y paso obligado para todos los que quieran conocer los secretos de Ayllón. También se usa su interior como marco incomparable para representaciones teatrales, conciertos, exposiciones y toda clase de actividades culturales y artísticas.


En su interior se puede contemplar el bello ábside románico con capiteles foliados y canecillos que sostienen una cornisa trenzada. También se encuentra en el interior la sepultura de D. Pedro Gutiérrez de César y su segunda esposa, D.ª Juana Enríquez, marqueses de Villena y tesorero y secretario él de D. Diego I López Pacheco. La sepultura estaba situada originalmente en la iglesia de san Juan, en una capilla gótica dedicada a san Sebastián y cuya finalidad era albergar los cuerpos de la familia anteriormente citada. En las letras góticas esculpidas en el alabastro del precioso sepulcro se puede leer: «Aquí yacen sepultados los muy nobles señores el tesorero Pedro Gutiérrez y María Álvarez de Vallejo, su mujer, que fue natural de Escalona, fundadores y dotadores de esta capilla. Falleció el tesorero año de 1531…» Cuando a mediados de los años sesenta del siglo pasado se vendió la iglesia de san Juan a un particular los vecinos trasladaron el sepulcro hasta la iglesia de san Miguel.


Muy cerca de la plaza Mayor se encuentra la iglesia de santa María la mayor. El majestuoso edificio se levanta en el espacio donde anteriormente existía una vieja parroquia que se hundió en la madrugada del 4 de marzo de 1697. En apenas cuatro años se levantó el nuevo edificio; el 20 de octubre de 1701 se dieron por acabadas las obras. La nueva iglesia es de estilo neoclásico, con planta de cruz latina y cúpula en el crucero y todo el techo está decorado con molduras de yeso. También cuenta con un coro y una torre rectangular en el frontispicio. El retablo del altar mayor pertenecía al convento de san Francisco, desde donde fue trasladado una vez aprobada la desamortización de 1840. En la zona del coro se encuentra una pequeña pila bautismal tallada en piedra que es una auténtica joya.

 

Entrada-principal


El elemento más representativo de esta iglesia es su imponente campanario, de 40 metros de alto. En el cuerpo superior se abren seis arcos para albergar a otras tantas campanas: cuatro al frente y una a cada lado.  Y sobre el campanario se alza la espadaña con tres vanos para las campanas.
Hasta el año 1085 el pueblo se encontraba en el cerro que domina el actual núcleo urbano y todavía hoy se pueden ver los cimientos y restos de los edificios de entonces, como el castillo del siglo XI que fue casi destruido en 1295, durante las luchas entre los reyes y la nobleza. El legado más visible de aquella época es la torre de La Martina, con una espadaña donde colgaban dos campanas y que servía tanto de campanario como de torre vigía. Puede que este sea el monumento más emblemático de Ayllón dado que domina desde las alturas todo el casco urbano.


Desde La Martina y a través del paseo de las Bodegas podemos ir a la parte más desconocida de Ayllón, los Paredones. Estos enormes muros de tapial fueron levantados por los árabes como parte de su fortaleza. Están hechos con la tierra recogida a pie de obra y en ella se pueden encontrar numerosos restos arqueológicos procedentes de los asentamientos que a lo largo de la historia ocuparon el lugar.


Otra iglesia importante de Ayllón es la iglesia románica de san Juan. Levantada en el siglo XIII, de la antigua construcción solo queda un ábside con tres arcos de medio punto de tres arquivoltas. En el siglo XVI se levantó en el mismo lugar una capilla gótica por los marqueses de Villena. El edificio se vendió a un particular a mediados de los años sesenta del pasado siglo. Actualmente parte de la iglesia está dedicada a museo.

 

Abside-iglesia-san-Juan


A la salida del pueblo, en dirección a Aranda de Duero, se encuentra la portada románica de la antigua ermita de san Nicolás. Hoy la ermita ha desaparecido y su lugar lo ocupa el antiguo cementerio. Esta portada es uno de los ejemplos más importantes del románico de Ayllón.


Siguiendo esa misma carretera  y a un kilómetro escaso se encuentra otra de las joyas de este lugar, el convento de san Francisco, o lo que queda de él. Fundado en 1214 por san Francisco de Asís sufrió un incendio y se reconstruyó entre 1733 y1738. Lo más destacable es su imponente espadaña y su fachada de sillería.


Como otros edificios de la iglesia fue expropiado en la desamortización de 1840 y actualmente es un complejo hotelero que se dedica a la celebración  de convenciones y eventos. Otro convento en manos privadas es el de las Madres concepcionistas. La iglesia es de planta grecorromana  y de estilo románico con bóveda de cuatro tramos. Pasó a manos privadas en el año 2007  y actualmente es una hospedería cuyas habitaciones son las que fueran celdas de las monjas durante más de cinco siglos.

 

Exconvento-de-san-Francisco


Además de los edificios militares y religiosos Ayllón cuenta con un buen número de edificios con un uso civil. Uno de los más relevantes es el palacio del Obispo Vellosillo, construido en el siglo XVI por orden de Fernando de Vellosillo, hijo destacado de Ayllón que llegó a ser obispo y señor de Lugo. El edificio fue comprado por un particular hasta que, a mediados del pasado siglo, el Ayuntamiento lo recuperó como bien público.


Actualmente, el edificio acoge la biblioteca y el Museo de Arte Contemporáneo de Ayllón, que cuenta con una colección de arte de gran valor de artistas como Barjola, Lucio Muñoz, Genovés, etc.
Como hemos visto fueron muchos los que poblaron estas tierras. Seguramente los primeros los celtíberos, según muestran los restos arqueológicos encontrados en el cerro donde se levanta la torre de La Martina. Después llegaron los godos, los visigodos, los árabes y los cristianos. Por la villa pasaron Alfonso VI, Alfonso VII, Fernando III, y Fernando IV, María de Molina y el Cid Campeador. También pasaron por aquí santos como san Francisco de Asís, san Vicente Ferrer o santa Teresa de Jesús.


Juan II concedió el señorío de la villa de Ayllón a don Álvaro de Luna, quien en 1423 sería nombrado condestable de Castilla, hecho que se celebra en la actualidad el último sábado del mes de julio.
Para mostrar su rico patrimonio el Ayuntamiento ha tenido la brillante idea de organizar visitas guiadas teatralizadas que, en un recorrido por las calles de la localidad, representan momentos históricos ocurridos en ella desde el siglo XIII hasta nuestros días. Se trata de un recorrido de aproximadamente una hora y cuarenta y cinco minutos de duración dirigido por un guía y en el que se recrean seis escenas teatrales.


Visitas guiadas teatralizadas en Ayllón
Teléfono de reservas: 680 717 278

 

 
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