Se definen como «Especies Exóticas Invasoras» aquellas que no siendo autóctonas de una determinada zona se introducen en ella, colonizándola, aclimatándose y reproduciéndose y perjudicando al medioambiente y al biotopo de esa zona en particular, además de a las actividades humanas, pudiendo ser, además, portadoras de determinadas enfermedades o vectores de las mismas.
En la Peninsula Iberica están catalogadas como especies invasoras 202 especies. En el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras se avanza en la protección de la biodiversidad y del mundo natural. En Castilla la Mancha, entre otras, podemos mencionar:
Uña de león.- (Carpobrotus edulis), procedente de Sudáfrica es una invasora suculenta, perenne, rastrera y que aguanta condiciones que otras platas no soportan, como la salinidad. Son tapizantes y agotan el suelo desplazando a las autóctonas. Al ser su polinización muy elevada compite con la de otras especies, que se ven mermadas y terminan por desaparecer. Aunque tiene usos medicinales está considerada como especie invasora por la legislación española.
Jacinto de agua.- (Eichhornia
crassipes), es altamente dañino. Invade los cauces con una
densa capa que produce la eutrofización (sobreabundancia de
nutrientes) de las aguas provocando la muerte de muchas especies.
Así se favorece la proliferación de los mosquitos. Al ser
tapizantes bloquean los cauces de los ríos impidiendo la navegación
y al no dejar pasar la luz no dejan crecer plantas en el fondo,
anulando así a las plantas de profundidad y toda la vida que se
desarrolla en torno a ellas.
Plumero.- (Pennisetum setaceum),
gramínea procedente del nordeste de África que ha sido introducida
como planta ornamental y estabilizante del suelo. Tolera la sequía
y es de rápido crecimiento y alta producción de semillas. Coloniza
rápidamente laderas, barrancos, setos de carretera, bordes de zonas
boscosas, cauces de ríos, etc. Se adapta a cualquier hábitat
compitiendo y desplazando a la flora autóctona. En la actualidad es
una de las plantas con mayor potencial invasor. Después de un
incendio rebrota vigorosamente. Esta especie aumenta mucho la
peligrosidad de los incendios en los bosques debido a su elevada
biomasa. Es muy difícil de erradicar.
El galápago de florida.- (Trachemys
scripta elegans), originario de EE. UU., su dispersión se
ha producido por su venta como mascota y, aunque su venta está
prohibida, al haberse adaptado a nuestros ecosistemas y tener
una vida media de 20-30 años su erradicación es muy difícil. Son
portadores de la bacteria Salmonella que causa la salmonelosis por
lo que su manejo debe de ser muy cuidadoso y se han de extremar las
medidas de higiene.
Mapache.- (Proyon lotor), se
introdujo desde EE. UU. para la caza, la peletería y como mascota.
Es omnívoro (come tanto vegetales como animales) y es un
vector de contagio de numerosas enfermedades como la rabia y de
parásitos patógenos para el hombre como el Bailisacaris procyonis
(produce la enfermedad de la Larva migrans). En España se vende sin
control como mascota, que, cuando se hace adulta, agresiva y voraz,
es abandonada, convirtiéndose en salvaje y depredando su
entorno.
Cotorra argentina.- (Miopsitta monachus), se
reúnen en grandes grupos, hacen mucho ruido y degradan los arboles,
además de ser grandes depredadoras de su entorno. La ausencia de
otros depredadores favorece su expansión.
Gobio.- (Gobio gobio), es un ciprinido de pequeño
tamaño que vive en el fondo de los ríos. Se alimenta de
macroinvertebrados bentónicos como larvas, crustáceos y moluscos.
Dado su gran poder reproductivo y depredador se considera
invasivo.
Siluro.- (Silurus glanis),
depreda grandes cantidades de pescado autóctono al día
(ciprinidos), acabando rápidamente con la ictiofauna local.
También se aprecia una disminución de aves acuáticas en las zonas
donde habita. No necesita mucho oxígeno para vivir y tolera bien la
contaminación y las zonas de aguas turbias lo que lo sitúa
preferentemente en la zona baja de los ríos. La introducción de
esta especie por el hombre en diversos cauces fluviales está
cambiando el entorno de los mismos muy rápidamente.
Percasol.- (Lepomis gibbosus),
originario de Canadá y de EE. UU., es un omnívoro muy voraz y
dañino, dado que come alevines y huevos de otros peces e
invertebrados. También fue introducido por el hombre para la pesca
y se ha distribuido por toda la península. Suele estar en zonas
profundas y es muy resistente a cualquier condición de calidad del
agua, razón por la cual coloniza cualquier zona rápidamente.
Cangrejo rojo americano.- (Procambarus
clarkii), procedente de EE. UU., transmite a los
cangrejos autóctonos la enfermedad de la afanomicosis, lo que
provoca la extinción del cangrejo autóctono además de aumentar la
erosión en los márgenes de los ríos.
Mejillón cebra.- (Draissena
polymorpha), procede del mar Caspio y a través del agua de
lastre de los barcos y de la navegación fluvial ha colonizado ríos,
charcas, lagos y espacios marinos. Un solo mejillón puede producir
un millón de ejemplares al año, por lo que se expande muy rápido
tapizando densamente las superficies donde se asienta. Genera mucha
materia orgánica, lo que produce falta de oxígeno (anoxia) en las
aguas y degenera el fondo de los ríos. Además al ser filtradores
provocan una disminución del fitoplanton en detrimento de otras
especies. Es una de las especies más dañinas en todo el mundo.
En nuestra región las vías de entrada de las especies invasoras son principalmente: en las plantas la jardinería, por importación de especies ornamentales, tanto en plantas como en árboles o en las algas, la suciedad en el fondo de los barcos de recreo o pesca (biofouling), los aparejos de pesca o los escapes de acuarios ornamentales (alga Caulerpa taxifolia). En la fauna la repoblación cinegética, suelta incontrolada de mascotas (mapache), tráfico ilegal (que es muy importante y canaliza gran variedad de especies), o las huidas de granjas (visón). Por último, en las aves, el tráfico ilegal, la venta legal y la suelta incontrolada de mascotas.
Se puede decir que tanto el tráfico ilegal de mascotas, como la
suelta incontrolada de estas suponen uno de los mayores peligros de
aparición de especies potencialmente invasoras, siendo
imprescindible el estricto cumplimiento de la normativa vigente,
tanto por la población como por las administraciones competentes,
así como una labor por parte de la administración de educación y
divulgación de este problema cada vez más serio. Una vez asentada
una especie invasora es muy difícil, o imposible, su erradicación.
La prevención es el mejor medio de control.
Para la mayoría de las especies catalogadas como invasoras
por ley está prohibido su comercio, la posesión, el tráfico y el
transporte, con sus correspondientes penas, siendo garante de
su cumplimiento el SEPRONA de la Guardia Civil.
La problemática de las especies invasoras se extiende a todo el
globo y causa muchos problemas, tanto económicos como de perdida de
biodiversidad y sanitarios. Económicamente daña la pesca, la
ganadería, las infraestructuras, la agricultura y la industria en
general. Además, hay que añadir que genera unos altísimos costos en
prevención, control, erradicación e información a la población. La
negligencia de un individuo puede tener consecuencias tremendas, de
muy difícil solución. En la actualidad en todo el mundo hay
abiertas muchísimas vías de investigación científica acerca de la
interacción de especies, impacto medioambiental, métodos de
control, detección de amenazas latentes, etc.
El artículo 72 de la Ley 9/1999 de 26 de mayo, de Conservación de
la Naturaleza, establece la prohibición de introducir especies
exóticas en el medio natural, y dispone que diversos organismos
adopten medidas de control de dichas especies.
Ante cualquier duda sobre cómo gestionar un problema con una
especie invasora nos pueden informar en las Conserjerías de
Agricultura y Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma, el Grupo del
SEPRONA de la Guardia Civil, o el teléfono de atención al ciudadano
(900101062) como información general.
Juan Enrique López Carnevali