La villa se asoma al embalse de Linares encaramada a un espolón rocoso. Desde su atalaya parece haberse quedado atrapada en la Edad Media. Solo los coches aparcados con descuido indican que el pueblo está habitado; nadie camina por sus calles milenarias atrapadas en el limbo del tiempo.
La villla de Maderuelo se asienta sobre un espolón rocoso que domina los meandros del río Riaza. Sus aguas, atrapadas por el pantano de Linares inaugurado en 1951 y situado en el término municipal de Maderuelo, cubrieron el antiguo puente medieval que cruzaba el cauce. Hoy la villa se comunica con el mundo a través del puente nuevo. Antes de cruzar este largo puente podemos ver un cercado en el que el el Ayuntamiento ha acogido a algunos burros que fueron abandonados por su dueño. Cruzando la carretera y muy cerca de la ermita de la Veracruz hay un bonito restaurante, propiedad del Ayuntamiento, construido con los fondos destinados a crear un centro de interpretación de la flora y fauna de la zona.
Tras cruzar el puente nuevo se asciende hasta el pueblo por una
empinada cuesta, conocida como paseo de la Solana, que nos lleva
hasta la Puerta de la Villa.
La tranquilidad que se respira en Maderuelo los días laborables
contrasta con el bullicio de los fines de semana, cuando los
visitantes colapsan las estrechas calles del pueblo atraídos por la
nutrida oferta de restaurantes y casas rurales que existe en la
villa. A diario es difícil encontrar a alguien por las estrechas
calles, que parecen un decorado jalonado de amplias plazas y
rincones escondidos. Al igual que en otros pueblos, solo los coches
aparcados en los lugares más inoportunos señalan que está habitado.
Junto a las casas de sobrio porte medieval hay otras que no han
aguantado el paso de los siglos y hoy son ruinas que añoran el
esplendor de tiempos pasados.
Torreón del Oeste
Se trata de un Torreón semiderruido del siglo XIII que defendía el
foso por su flanco oeste.
Puerta de la villa
Entrada emblemática de Maderuelo que protege el acceso oeste. Aún
conserva los cerrojos, la poterna y unas gruesas puertas de madera
acorazada, con blindaje del siglo XV y restos de policromía. Aunque
perdió los torreones que la flanqueaban, hasta principios del siglo
XX disponía de foso y puente.
Plaza de San Miguel
Pequeña plaza cónica que bifurca la entrada a Maderuelo. Tras
cruzar el arco, se abre al frente la escalinata de subida al atrio
elevado de la ermita de San Miguel, que preside el conjunto. Los
altos edificios que circundan la plaza conservan la atmósfera
medieval original. Destacando dos portadas románicas y una
gótica.
Iglesia de San Miguel
Antigua iglesia-palacio ermita románica de ábside semicircular.
Sus muros formaron parte del conjunto defensivo oeste y ha sufrido
profundas remodelaciones.
Plaza del baile
Céntrica plaza de Maderuelo. Posiblemente lugar de mercado desde
tiempos remotos pero que ha sido profundamente remodelado durante
el S.XIX. La casa más antigua data de finales del S.XVIII y otra
casona conserva restos de arcos del SXVI.
Cárcel
Durante siglos los recios muros del actual ayuntamiento sirvieron
de cárcel. Conserva la portada del XVI y las ventanas enrejadas.
Entre la cárcel y la muralla, se abre un amplio patio sobre el
antiguo paso de ronda, con vistas al embalse y al que se accede
desde unas estrechas callejas.
Puerta del barrio
Puerta y torre defensiva que protege el único acceso desde la
muralla de la umbría, al que asciende el camino desde el valle del
arroyo Moralejos. Es una entrada abovedada enmarcada entre dos
sólidos arcos de medio punto, del S.XVI, a los que se adosa una
casa que fue un antiguo torreón. Posteriormente se utilizó como
hospital o albergue de peregrinos y gentes necesitadas. Se denomina
Puerta del barrio por ubicarse aquí la judería o barrio judío de
Maderuelo.
Alcárcel
Mirador espectacular que se extiende entre la muralla y el Pórtico
de Santa María. Aunque sirvió de osario de la parroquia hasta
épocas recientes, es un misterio su función defensiva, sobre todo
en la época de dominio musulmán.
Santa María del castillo
Iglesia del siglo XIII, reformada del XVI al XVII, que destaca por
su tamaño y por la diversidad de estilos que conserva, siendo el
único templo segoviano con restos de estilo califal.
Plaza del castillo
Esta plaza ocupa un espacio que se mantuvo sin edificar hasta
entrado el siglo XX. Es el punto donde convergen las calles de
arriba y abajo.
Torreón del castillo
Vestigio más relevante del castillo, procedente del siglo XV.
Protegía el acceso norte y la residencia señorial.
San Andrés
Aquí se fundó un convento medieval, cerca de la confluencia del
arroyo Moralejos y el río Riaza. Generalmente inundado, no se puede
acceder por la antigua carretera sino siguiendo la «senda larga»
del parque que conduce a la Rivilla o desde la carretera que
circunvala Maderuelo.
Bien merece la pena, un paseo hasta San Andrés, pues nos regala
vistas de Maderuelo a las que no solemos estar acostumbrados.
Paseo del Puente nuevo
Construido a mediados del S.XX, es un excelente paseo tanto de día
como de noche, ya que está elegantemente iluminado y nos conduce
hasta la cercana. Ermita de la Veracruz
A la propia fundación de la villa va unido el mayor tesoro que
guarda en la actualidad Maderuelo: su ermita de la Veracruz, de
principios del siglo XII (primer cuarto), templo románico situado
extramuros. Declarada monumento nacional en el año 1924, existen
indicios suficientes para creer en que la iniciativa de su
construcción correspondió a la Orden del Temple. Las joyas más
llamativas de la ermita de la Veracruz de Maderuelo fueron las
impresionantes pinturas murales que un día decoraron el interior de
su ábside. Los frescos, según W. Cook y José Gudiol, son obra de un
pintor formado en Italia, compañero del maestro de Santa María de
Tahull (Lérida), activo hacia 1123, o quizá del mismo maestro. En
1947 los frescos románicos fueron transportados a lienzo por José
Gudiol, y en 1950 se instalaron, respetando su disposición
original, en el Museo del Prado (en Madrid) donde se pueden admirar
en la actualidad.
Desde 2011 la Ermita cuenta con una reproducción exacta de los
frescos originales para disfrute de vecinos y visitantes. El templo
de la Veracruz es el más antiguo y parece estar reedificado sobre
una ermita visigótica anterior. Algunos entendidos afirman que los
templarios custodiaron en este santuario uno de los lignum crucis
que llegaron a la península.
Puente viejo
Cuando las aguas descienden en agosto, dejan ver esta obra de
sólida sillería, que algunos creen de origen romano. El puente une
el pueblo con la ermita de la Veracruz y las tierras del
páramo.
Paseo de la Solana
Partiendo de la Puerta de la villa, este paseo permite descender
hacia los puentes del valle del Riaza y contemplar las casas y
murallas que serpentean sobre la línea de abruptos riscos que
coronan el cerro.
Ermita de Castroboda
Es una ermita neoclásica de finales del siglo XVIII, bendecida en
1804, que fue construida por el concejo y los vecinos para albergar
a la patrona de Maderuelo. La Virgen de Castroboda era venerada en
toda la comarca, desde la Edad Media, en el cerro del mismo nombre.
El templo fue edificado sobre uno anterior dedicado a San Roque,
protector contra la peste. Destaca por poseer dos torres, una
excepción dentro de su estilo arquitectónico.
La actual villa de Maderuelo es de fundación medieval, y aparece citada documentalmente por vez primera con el nombre de Castro Maderolum por el obispo don Rodrigo Jiménez de Rada, al relacionar las fortalezas recuperadas en el 1010 por el conde Sancho Garcés. Se desconoce si hubo anteriormente alguna población o castillo en la misma ubicación. No obstante, es sabido que en la antigüedad habitaron estas tierras los arévacos, pueblo celtibero, y algunos apuntan la posibilidad de que la calzada romana a Tiermes atravesara el puente viejo de Maderuelo.
En tiempos de la repoblación sepulvedana, el término asignado a la
villa de Sepúlveda se dividió en octavas partes, conocidas como
ochavos. Al concejo sepulvedano le correspondió organizar la
repoblación de los mismos, cada uno de ellos integrado en una
extensa demarcación territorial. Maderuelo sería incluida, en un
principio, como villa supeditada al ochavero de la Villa y Tierra
de Sepúlveda. No obstante, la relación de supeditación
administrativa de Maderuelo con Sepúlveda duró poco tiempo, solo
desde el año 1076 al 1088, pues en esta última fecha se incluye a
la ya Villa y Tierra de Maderuelo en la diócesis de Osma.
Por su importancia militar la Villa y Tierra de Maderuelo llegó a
tener jurisdicción sobre una veintena de aldeas y lugares menores.
Llegó a contar con más de una decena de iglesias parroquiales, que
hoy están reducidas a la de Santa María del castillo.
También a los principios de la Reconquista atribuye la leyenda la
reaparición de la talla de Nuestra Señora de Castroboda, venerada
en Maderuelo como santa patrona de la villa, a la que se celebre
anualmente cada último domingo de septiembre. Las primeras noticias
del Señorío de Maderuelo son del año 1384, en el que el 7 de
noviembre el rey Juan I de Castilla dio la villa y castillo de
Maderuelo a mosén Beraudon de Faudoas, embajador del francés Luis
de Anjou en la corte de Castilla. En el año 1389, la Villa y su
Tierra es comprada por la reina doña Leonor de Navarra. Por merced
de don Juan II, dada en Valladolid el 9 de Septiembre de 1423, se
concede el señorío a don Álvaro de Luna, formando parte del condado
de San Esteban de Gormaz.
A don Álvaro le sucedió su hijo mayor, don Juan de Luna, que solo
tuvo hijas, por lo que la heredad recayó en la mayor, doña Juana de
Luna, casada con don Diego López Pacheco, II marqués de Villena, en
cuya casa y linaje se mantuvo Maderuelo hasta 1811, año en que
fueron abolidos todos los señoríos del reino.
El pueblo de Maderuelo, no obstante, siguió sumido en la Edad
Media hasta casi nuestros días y en la década de los 50 el embalse
de las aguas del río Riaza dejó la villa prácticamente despoblada,
ya que las aguas anegaron las tierras y pastos más fértiles.
Los habitantes de Maderuelo parecen tener nostalgia de tiempos
pasados y el último fin de semana de agosto el pueblo vuelve a la
Edad Media. Son muchos los que se disfrazan y recrean las batallas,
que en esa época eran frecuentes, entre cristianos y musulmanes.
Los vecinos viven con pasión esta fiesta y han construido una
catapulta, situada en el Alcárcel que hay junto a la iglesia de
Santa María del Castillo y desde donde ese día tan señalado se
lanzan sandías a las aguas del pantano. También han construido una
torre de asalto que durante todo el año reposa destartalada junto a
la muralla exterior que rodea al pueblo.