El cernícalo primilla vive en áreas abiertas: cultivos extensivos, pastizales, zonas esteparias o cualquier entorno de explotación agroganadera tradicional, poco intensiva y que posea cierta diversidad ambiental; si bien necesita así mismo disponer de construcciones aisladas, pueblos o ciudades donde instalar sus colonias de reproducción.
De aspecto bastante similar al del cernícalo vulgar, el primilla se distingue de este por su menor tamaño y por una serie de características morfológicas que algunas veces -como sucede con el color de las uñas: blancas en el primilla, negras en el vulgar- no son fácilmente identificables en el campo. El cernícalo primilla presenta un marcado dimorfismo sexual con respecto a la coloración del plumaje. El macho adulto tiene el dorso rojizo, sin manchas. La cabeza y las grandes coberteras son de color gris azulado; las plumas de vuelo negras y las partes inferiores de un suave tono crema, con tintes rosados y levemente tachonado de pintas oscuras. Carece de bigotera, a diferencia del cernícalo vulgar, y presenta la cera del pico y el anillo ocular de color amarillo. En vuelo ofrece un aspecto muy pálido, tanto en la cara inferior de las alas como en el cuerpo y la cola; esta es de color gris claro y aparece rematada por una banda terminal negra sobre la que destacan las rectrices centrales, que son más largas. La hembra luce un tono general bastante más apagado y homogéneo. Sus partes superiores son de color marrón rojizo, con un profuso barrado transversal, y las inferiores, muy claras, aunque con un moteado más abundante que el del macho. La bigotera resulta menos marcada que la de la hembra del cernícalo vulgar, y en vuelo las partes inferiores son más pálidas y menos barradas. El joven es muy similar a la hembra adulta y también a hembras y jóvenes de cernícalo vulgar. De los segundos se distingue por tener una bigotera poco marcada y ser menos barrado en la parte inferior.
Su mansedumbre en los lugares donde se reproduce es una de sus características inconfundibles, estimándosela como la menos tímida de las aves de presa europeas.
El cernícalo primilla se instala siempre en áreas abiertas:
cultivos extensivos, pastizales, zonas esteparias o cualquier
entorno de explotación agroganadera tradicional, poco intensiva y
que posea cierta diversidad ambiental, si bien necesita así mismo
disponer de construcciones aisladas, pueblos o ciudades donde
instalar sus colonias de reproducción. En las regiones de invernada
la especie escoge igualmente lugares abiertos, como sabanas y
herbazales.
Como el cernícalo vulgar, caza cerniéndose previamente, pero
durante menos tiempo, y más a menudo lo hace lanzándose en
inesperadas «caídas» sobre los insectos que divisa, tanto en el
suelo como en el aire. Suelen cazar varios juntos, a veces forman
ruidosos bandos que vuelan bajo sobre el suelo, a no más de diez a
quince metros de altura, cerniéndose un instante, volando en giros
y volviendo a cernirse nuevamente, pero también volando con
agilidad, como si de una golondrina se tratara, capturando los
insectos en el aire continuamente en mucha mayor medida que el
Falco tinnunculus, que es una especie más dependiente de las presas
terrestres.
Además, sus costumbres gregarias durante la cría se mantienen en
las migraciones y en los cuarteles de invierno en África
Occidental. Lo mismo que sucede en la Península Ibérica. Los bandos
de cernícalos que se ven durante el invierno paleártico en África
son, sin duda alguna, de esta especie aunque allí coincidan también
con el cernícalo vulgar, que incluso es más común. Al emigrar vuela
a más altura que cuando caza y puede fácilmente pasar desapercibido
a causa de su pequeño tamaño.
Se alimenta fundamentalmente de insectos, probablemente el 80 %
del total de su dieta. Los saltamontes vulgares, langostas y
termitas voladoras son esenciales en su alimentación. Las últimas
especialmente en su zona de invernada africana. Los pequeños
roedores y lagartijas, en ocasiones también ranas y muy rara vez
pequeños pájaros, forman igualmente parte de la dieta.
La afición por los insectos ha cambiado en cierto modo las
costumbres de esta especie, que ahora es observada en algunos
lugares bien iluminados durante la noche. Así, relatan que la
colonia establecida en la Catedral de Sevilla prolonga su actividad
varias horas después de la desaparición de la luz natural,
aprovechando la de los focos que iluminan la torre de la Giralda
que atraen y descubren a numerosos insectos voladores.
En el mes de abril, las parejas ya se diferencian bien, pero aún algunas retrasan el emparejamiento hasta los primeros días de mayo; probablemente se trata de los últimos llegados. En cuanto amanece se escuchan los primeros gritos. Las hembras se colocan en un posadero y allí permanecen todo el día, realizando vuelos ocasionales «ala con ala» con el macho. Este lugar elegido por la hembra, que puede ser un alero de un tejado, una almena de un viejo edificio, o un saliente rocoso en un cortado donde exista un agujero, será normalmente el lugar del emplazamiento del nido. Cualquier intruso, otro cernícalo o una Grajilla Corvus monedula, es expulsado del lugar.
Cernícalo primilla
Falco naumanni
Falconidae
Falconiformes
30 cms.
70 cms.
De 100 a 200 gr.
Hasta 7 años
Migrador
Durante casi diez días el macho aporta presas a la hembra realizando un curioso ritual. Las lleva en el pico, se las pasa a las patas y después nuevamente al pico, dándoselas a ella a continuación. La misma operación repite la hembra. Las presas, normalmente, consisten en esta época en escolopendras y lagartijas. Cuando el macho llega con estos regalos, la hembra adopta la actitud de un pollo que va a ser cebado por sus padres, agitando espasmódicamente las alas. Estas ofrendas de alimento no son la única parte en la representación nupcial de los primillas. Igualmente importante parece ser el vuelo «ala con ala» ya mencionado y que la pareja efectúa casi inmediatamente después de que el macho haya llegado con una presa, como el que luego hace la hembra con la presa en el pico recién recogida del macho, y en pleno vuelo y ayudándose con las patas la devora.
Las colonias están formadas normalmente por dos o tres docenas de
nidos, aunque hace años eran muy numerosas las colonias mayores.
Las primeras puestas se efectúan a finales de abril, pero la
mayoría lo hacen en mayo. Estas puestas suelen consistir en de tres
a seis huevos, normalmente cuatro o cinco, que son puestos con
intervalos de dos días. Su tamaño es, menor que el de los de
cernícalo vulgar y tienen el fondo blanco o pardo, manchado
profusamente de amarillento rojizo.
Sobre si la hembra del primilla realiza todo el trabajo o parte de
él en la incubación, existe un desacuerdo considerable entre los
ornitólogos. Durante la cría la zona de caza de los adultos no
parece ser muy extensa y generalmente no pasa de 500 metros. Esto
naturalmente puede ser válido para una determinada colonia. Pero
deberá estar en función de las reservas de insectos en la zona.
Durante toda la duración de la reproducción los adultos son
extremadamente discretos y resultan extrañamente silenciosos
durante el período de alimentación de los pollos, salvo en el caso
de peligro inmediato.
A los 28 días de la incubación nacen los pollos, que están
cubiertos con un corto y fino plumón blanco. El segundo plumón, más
espeso y más largo es del mismo color. Aunque los pollos nacen en
un estado semilarvario, pronto, a los cuatro días, están muy
despiertos y continuamente picotean las presas y se atusan el
plumón. Cuando da el sol, salen del nido y se asoman a la pequeña
plataforma donde la hembra los atiende cubriéndolos con las alas
abiertas si el sol es muy fuerte. En los primeros quince días, esta
los ceba con las presas que a intervalos irregulares aporta el
macho. También este los cubre mientras la hembra se ausenta para
cazar presas que no lleva al nido, sino que las come ella misma. A
partir de los quince días ambos llevan presas al nido, casi siempre
insectos. Una alimentación insectívora forzosamente obliga a los
cernícalos a menudear sus capturas y entonces las llegadas al nido
no suelen ser a intervalos superiores a 15 minutos. A los 18-20
días los pollos tienen ya el cuerpo cubierto de pequeñas plumas de
color marrón, pero la cabeza es aún blancuzca. Ya se les aprecia el
anillo orbital amarillo y la cera del pico del mismo color,
mientras alrededor de los ojos hay un sombreado característico. Una
semana más tarde están en condiciones de volar y se parecen
extraordinariamente a la hembra, salvo en la cola, que aún tiene
las rectrices cortas.
Aun cuando realicen vuelos en compañía de sus padres, estos
jóvenes primillas vuelven al nido donde son alimentados por los
adultos por lo menos durante quince días más. Los cernícalos
mantienen una dura competencia ahora en muchas colonias con las
grajillas, que se multiplican con facilidad y parece que están
expulsando a los primillas de numerosos lugares. Las grajillas se
colocan a la entrada de los nidos de los primillas y cuando los
adultos llegan con la comida, se la arrebatan sin que,
inexplicablemente, estos opongan resistencia.
Afortunadamente en muchos lugares la reproducción de las grajillas
se termina antes del nacimiento de los primillas de forma que
aquéllas ya han dejado el lugar cuando los primillas alimentan
intensamente a sus hijos.
Las masivas pulverizaciones con herbicidas desde avionetas, el uso creciente de insecticidas en las plantaciones agrícolas y otras prácticas modernas, pueden exterminar en pocos años una población de aves antes floreciente. Aparte de sequías y otras causas naturales, el mismo fenómeno puede ser observado en los nuevos países del occidente africano, donde esta y otras especies menores de pájaros están padeciendo mucho con el tratamiento con plaguicidas de forma masiva e indiscriminada.
Causas menores que pueden contribuir aún más a esta baja densidad
de cernícalos pudieran ser la extraordinaria proliferación de los
córvidos, en especial de las grajillas ya citadas, que concurren en
el mismo hábitat con los primillas y a los que pueden desalojar
ocupando antes sus nichos.