La tierra de diatomeas o diatomitas, son algas microscópicas fosilizadas que se presentan como rocas silíceas sedimentarias de color blanco. La tierra de diatomeas constituye en sí misma un eficaz insecticida 100 % natural contra las plagas de cualquier huerto y un poderoso fertilizante ecológico.
Cuando las algas diatomeas mueren, todo el contenido orgánico se destruye, excepto su esqueleto de sílice que se deposita en el fondo del agua y, con el paso del tiempo, forma grandes depósitos de algas fosilizadas conocidas como tierras de diatomeas. Este material es inerte y no tóxico.
Una vez desmenuzadas las diatomeas se convierten en microscópicas
briznas de silicio. Cortantes y mortales para los insectos pero
inofensivas para los humanos y animales de sangre caliente.
Los fragmentos huecos de los esqueletos de las diatomeas son
portadores de carga eléctrica negativa. Se adhieren a los cuerpos
de los insectos de sangre fría (adultos y larvas especialmente),
taladrándolos y absorbiendo todos sus líquidos corporales,
secándolos por completo y provocándoles la muerte por
deshidratación. Al ser un trabajo físico mecánico, (a diferencia de
los venenos convencionales que actúan de forma química), los
insectos no desarrollan resistencia, como sí ocurre con el uso
continuado de los pesticidas químicos, por lo que su uso es
totalmente ecológico.
Las diatomeas son muy efectivas contra: ácaros, arañuelas, babosas,
carcomas, cascarudos, chinches, cucarachas, garrapatas, gorgojos,
grillos, hormigas, jejenes, langostas, moscas, mosquitos, orugas,
piojos, polillas, pulgones, tábanos, termitas, tucuras, vinchucas,
etc.
En los vegetales la tierra de diatomeas actúa como insecticida
natural, pero además aporta una gran riqueza de minerales y
oligoelementos, vitales para el metabolismo de los tejidos
vegetales pero generalmente ausentes en suelos empobrecidos o
agotados.
Los micro minerales que las componen son: aluminio, antimonio,
bario, berilio, cadmio, calcio, cobalto, cobre, cromo, estaño,
estroncio, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, mercurio, níquel,
plomo, plata, potasio, sílice, sodio, talio, telurio, titanio,
uranio, vanadio, wólfram y zinc, entre otros; 38 oligoelementos o
trazas minerales que son vitales para la interacción metabólica de
los tejidos y que, por la desmineralización, las tierras de cultivo
han dejado de aportar a los vegetales por carecer de ellos.
Aplicado en forma foliar, protege a la planta del sol, al reflejar
el espectro de los rayos infrarrojos y ultravioletas. La tierra de
diatomea es un fertilizante eficaz y seguro ya que no es tóxico, ni
fitotóxico. Además, está indicada en la recuperación de nutrientes
perdidos por años sucesivos de cultivos y por el uso de productos
químicos.
El producto puede ser utilizado en plantas que presenten frutos
cercanos a la madurez porque no deja residuos visibles para el
momento de la cosecha.
* Mejora las condiciones físicas del suelo.
* Neutraliza los elementos tóxicos y el exceso de acidez de la
tierra.
* Recupera los suelos que hayan sido trabajados de forma
inadecuada.
* Optimiza la fertilidad del suelo al mejorar la retención del
agua.
* Mantiene los nutrientes en forma disponible para las
plantas.
* Brinda a las plantas capacidad de almacenamiento y distribución
de carbohidratos a través de una mejor fotosíntesis, requerida para
el crecimiento y producción de la cosecha.
* Controla los insectos que atacan los granos almacenados, evitando
el deterioro y la pérdida del valor comercial de estos. En este
caso se aplica en polvo sobre los granos a conservar, apreciándose
en las semillas una mejor germinación posterior al momento de la
siembra.
* Es seguro en agricultura orgánica y se recomienda para todos los
cultivos.
La tierra de diatomeas ha sido ensayada con éxito en cultivos
comerciales de patata, palma, jardines, pasto, frutales,
hortalizas, flores, hongos champiñones, cebolla y otros
Al ser su origen 100 % natural, la tierra de diatomeas es un insecticida inofensivo para los humanos y animales domésticos, ya que no contiene venenos ni sustancias tóxicas.
La diatomita se adhiere al cuerpo de los insectos de sangre fría
(adultos y larvas especialmente), taladrando los mismos y
absorbiendo sus líquidos corporales, produciendo en el insecto la
muerte por deshidratación.
Al ser natural y ecológica se puede aplicar directamente sobre el
pelo de los animales: vacas, caballos, cabras, ovejas, aves,
perros, gatos y otros animales domésticos, para el control de
pulgas, piojos, garrapatas, ácaros, etc.