Revista 96
Número 96

Atrapados por las redes sociales


Las redes sociales han modificado el paradigma de las relaciones personales. Permiten acercar a quien está lejos y facilitan la comunicación, pero los expertos advierten que un mal uso puede producir un efecto de aislamiento emocional. Se está conectado con más gente, pero de una forma más artificial.

Conozco a personas que hacen ostentación de tener más de 100 amigos en Facebook o en Instagram, personas que, cuando quedas con ellas, no paran de mirar compulsivamente su móvil. Este comportamiento supone una forma de desconexión de la vida real que revela una adicción.

Los creadores de las redes sociales conocen bien la naturaleza humana y han aprovechado las carencias afectivas, la necesidad de reconocimiento y la soledad de las personas. Estas redes están diseñadas para alimentar el ego de los usuarios que buscan la aceptación a base de likes. Se busca la aprobación aunque sea a costa de crear una vida virtual, de sonrisas y amigos, que poco tiene que ver con la realidad.

Este espacio para comunicarse tiene sus propias reglas puritanas que censuran cualquier mensaje que crean ofensivo, con un criterio poco claro y siempre cargado de prejuicios. Así pueden censurar una foto de una mujer en top-less, pero muestran sin pudor comportamientos violentos. En Facebook existe el botón para decir que te gusta el comentario, pero no hay ningún símbolo para decir que no te gusta. Las redes sociales son un lugar donde la libertad de expresión es limitada, nosotros mismos creamos un filtro donde cualquier comentario negativo es censurado inmediatamente. Así se crean estratos horizontales compuestos por personas con gustos similares que se retroalimentan y no se relacionan con personas de otros grupos. En este teatro virtual es fácil pensar que uno es el protagonista, que es el más guapo o el más listo.

Los algoritmos de las empresas de Internet imitan el algoritmo de nuestro cerebro. Facebook favorece al pesado que no para de contar su vida, o al pseudointelectual que habla excátedra y reiteradamente expone el mismo discurso, que reiteradamente aplauden las mismas personas: esos a los que cuentas como amigos pero a quienes ni siquiera conoces.

El escritor y semiólogo Umberto Eco comenta que: «El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad», Según el escritor «Las redes sociales le dan derecho de palabra a legiones de imbéciles que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la colectividad». Creo que Umberto se ha pasado un poco con esta afirmación, pero hay que reconocer que algo de razón tiene. Es fácil que una persona inteligente pase inadvertida en el mundo virtual, pero en la red no existen límites para un tonto constante.

Para acabar os dejo una frase del botánico y filósofo francés J.F. Leroy: «Twiter te hace pensar que eres sabio, Instagram que eres fotógrafo y Facebook que tienes amigos. El despertar va a ser duro».


Rogelio Manzano Rozas

 
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