Revista 97
Número 97

Sisón común

Antaño estaba más extendido por amplias regiones de la geografía peninsular, el sisón ha sufrido un gran declive como consecuencia de las profundas transformaciones experimentadas por los paisajes agrícolas. Las principales poblaciones de nuestro territorio -donde se encuentra el mayor contingente europeo- se localizan en la meseta sur y en Extremadura, aunque la especie está presente en muchas otras regiones, que reciben también durante el invierno ejemplares procedentes de la reducida población francesa.

Sison-en-vuelo

 

Especie gregaria y muy terrestre, el sisón comparte con su pariente, la avutarda, muchas características adaptativas, como el plumaje críptico, las patas fuertes y rematadas en tres dedos preparados para la marcha y una dieta mixta. El macho del sisón, en plumaje nupcial tiene un llamativo cuello negro con un collar blanco muy destacado, que forma ángulo en la parte delantera, abajo y por detrás arriba, de tal manera que el dibujo completo es un verdadero zigzag. Un espacio blanco en la base del cuello está limitado por debajo por una línea negra que se ve mucho contra el fondo general blanco del plumaje de las partes inferiores. El píleo o parte superior de la cabeza y el dorso, tienen un color pardo arenoso vistos de lejos, pero a corta distancia o en la mano sorprende el finísimo dibujo en pequeñas ondas ocráceas muy claras y negras. La cara y la garganta son grises azuladas. Las alas son en gran parte blancas comprendiendo este color las plumas secundarias completas, la base de las primarias y la mayoría de las cobertoras. Las puntas de las primarias son negras y cuando el sisón vuela sorprende por su color muy pálido, que a distancia parece completamente blanco. La cola, de color pardo, tiene de una a tres franjas estrechas negras. Las patas son largas y en vuelo sobresalen por detrás de la cola. Tienen color amarillo grisáceo y son fuertes, con las rodillas abultadas. El pico es también muy fuerte, gris azulado excepto por encima y en el extremo que es negruzco. Los ojos tienen color amarillo pálido.

 

Clasificación
científica

Nombre común:

Sisón común

Nombre científico:

Tetrax tetrax

Familia:

Otitidae

Orden:

Gruiformes

Envergadura:

90 cms.

Longitud:

42 cms.

Peso:

De 600 a 900 grs.

Longevidad:

hasta 10 años

Estatus:

Residente

La hembra posee el color pardo arenoso con rayitas onduladas negras formando un complicado y fino dibujo en el píleo, cuello, dorso y parte superior del pecho. Vista de lejos parece parda, pero de cerca el complicado y bello dibujo del plumaje llama la atención y, aunque no tan finamente rayado como el del macho, su especial diseño lo mismo recuerda diminutas flores, como hojas de begonias, sobre todo si el pájaro, para protegerse del calor, infla las plumas. Las partes inferiores son beiges blancuzcas y en los flancos se aprecian cuando vuela unas marcas oscuras. La garganta es blanca. Después de la muda postnupcial los machos se parecen a las hembras, pero su dorso es más claro, no tan rayado de negro como el de aquéllas. En el invierno no es fácil distinguir los sexos a no ser teniendo los pájaros muy cerca o en la mano. Los jóvenes sisones se parecen a las hembras. El patrón alar de los machos es diferente al de las hembras. Las primeras tres primarias son semejantes en ambos sexos, pero la cuarta del macho tiene una muesca en la base blanca que hace que la pluma pierda la línea regular y hay un entrante por un lado y un saliente por el otro que da a la cuarta primaria una curiosa apariencia. Esta forma especial se cree que es la causante del silbido peculiar que se escucha en cada batido de las alas de los machos al volar. La, llamémosla, anormalidad en esta pluma les dura hasta por lo menos los 16 meses de edad. Después de la primera muda completa no parece quedar rastro de ella.

 

Hábitat y costumbres

El sisón común, Tetrax tetrax habita campo abierto, llanuras, praderas de vegetación herbácea rala, estepas y páramos, campos de cereales y laderas de colinas, sintiendo especial aversión a lugares habitados y proximidades de granjas, aunque la creciente densidad de población y, consecuentemente, muchas más construcciones campestres, le obligan a vivir a menudo cerca del hombre.


El sisón común tiene el vuelo en cierto modo parecido al de un pato, con batidos de alas poco profundos, pero muy rápidos, y en conjunto vuela con potencia y se levanta del suelo produciendo un matraqueo bien sonoro. Vuela erráticamente y de forma ondulada, nunca se le observa en vuelo directo. A menudo lo hace a mucha mayor altura que la avutarda común, pero si se le sorprende y asusta vuela a baja altura y por cortas distancias, sobre todo si en su camino hay un campo de vegetación alta donde inmediatamente se oculta. Muchas veces al ser descubierto corre por el suelo buscando donde esconderse y no son raras las ocasiones en que se le ve echado en tierra con el cuello y la cabeza bien estirados y pegados al suelo, intentando pasar desapercibido, lo que indudablemente debe conseguir con frecuencia si tenemos en cuenta la mimética coloración de su plumaje.

 

Alimentación

Podemos decir que se alimenta fundamentalmente de materia vegetal. Come hierbas, semillas, brotes tiernos de plantas y frutos, tanto de plantas cultivadas como de arbustos y matojos silvestres. Cuando se le ve en rastrojeras, sin duda come muchos granos de cereales y semillas de gramíneas. También en la dieta entra considerable cantidad de materia animal. Sobre todo cuando las hembras acompañan a los jóvenes. Así, come lombrices de tierra, moluscos, insectos, arácnidos, saltamontes y grillos comunes que, donde abundan, concentran buen número de sisones en el verano.

 

Reproducción

Cuando los sisones ocupan sus territorios de cría en el mes de abril, comienzan los cortejos de los machos que, muy excitados, pelean entre ellos con fiereza, de tal manera que muchos quedan con las plumas negras del cuello bastante deterioradas. Inflan el plumaje, entreabren las alas y despliegan la cola echando hacia atrás el cuello y la cabeza, produciendo un insistente sonido ¡¡zrrr!! Cada 15 o 20 segundos dan saltos en el aire ayudándose con las alas y este cortejo se prolonga también durante la noche. Los machos eligen normalmente una pequeña elevación del terreno y desde allí dominan el coro de hembras que los contempla con fingida indiferencia. Todo su interés parece concentrado en la mayor o menor proporción de plumaje blanco que muestran los machos. Algunos son polígamos y esto podría explicar los muchos huevos encontrados a veces en un solo nido.

 

Hembra-de-Sison


Las primeras puestas se pueden encontrar a finales del mes de abril, pero lo más corriente es verlas durante mayo y aún en junio y julio. El nido es un hueco en el suelo, de diámetro variable, que generalmente contiene muy pocas hierbas y tallos, a veces ninguno, y que también puede estar cubierto de los tallos de las plantas que crecen próximas a él. La puesta consiste en 3-6 huevos, normalmente 5 en Iberia, sobre todo en el Sur y Portugal. Parece comprobado que cuanto más al Norte las puestas son más cortas. Si la primera es destruida por el ganado que pasta, la roturación de la tierra o un tractor que pasa, el sisón efectúa otra más reducida, normalmente no superior a 3 huevos. Esto no ocurre con la avutarda que si ve depredado su nido no repite la puesta. Los huevos tienen forma muy variable y son difíciles de identificar. El color es pardo oliváceo con manchas y rayas pardas muy suaves. Solamente la hembra incuba, aunque el macho está siempre presente muy cerca y si se les molesta, ambos vuelan en círculo juntos sobre la cabeza del intruso. La incubación dura normalmente 21-23 días y los pollos al nacer tienen un plumón de color pardo arenoso muy manchado de pardo muy oscuro. Mientras la hembra incuba resulta difícil de ver: tanta es su inmovilidad que incluso a veces podemos llegar a tropezar con ella antes de que se levante del nido y deje los huevos. Ella sola atiende a los jóvenes, alimentándolos con insectos al principio. Después de un mes ya se defienden solos y vuelan bastante bien. Solamente se ha comprobado una cría al año, a no ser que la primera sea destruida, en cuyo caso puede haber otra de repuesto.


El sisón común, conocido en España con este nombre por el curioso silbido que produce al volar como ya se ha descrito, es una especie ciertamente poco numerosa en nuestro país y en Portugal. Este pájaro ocupa en Iberia sensiblemente la misma área de reproducción que la avutarda común, pero existe una mayor continuidad entre las diferentes zonas habitadas por la avutarda. Cuando los jóvenes son capaces de volar, los machos y hembras forman bandos que vagan por los campos en todas direcciones, sin que pueda decirse que la especie sea ni migradora ni quizás trashumante. Lo que sí está claro es que las mayores concentraciones de sisones durante el otoño e invierno se producen en el Sur y Oeste Peninsular, aunque no faltan tampoco en otros lugares incluyendo los campos gallegos y cantábricos. Estos movimientos, que podemos calificar de interiores, no están bien estudiados y se estima que no se pueden considerar como una verdadera migración, Falta, además, por descubrir qué participación pueden tener en ellos los numerosos invernantes que llegan de Europa a invernar en la Península. La llegada de sisones en otoño a través de ambos extremos de los Pirineos está bien comprobada.

 
Contacto:
Tel: 620 61 21 82
eMail: revistasolana@gmail.com
Web: www.revistasolana.es
Director: Rogelio Manzano Rozas
Diseño: Rogelio Manzano
Foto Portada: Rogelio Manzano
Fotos Excursión: Rogelio Manzano
Colaboran:
Fotos fauna: AGE
Corrección: Silvia Soldado
Viñeta: Miguel Arqués
Foto portada: Rogelio Manzano